Capítulo 1: ¡¿Un compañero?!

5.5K 237 12
  • Dedicado a Ana Far.
                                    

-Señorita Madox, ¿podría callarse?- el profesor me miró por sobre sus gafas y yo asentí.

Giré mi cabeza hacia Stacy y modulé con la boca "luego te cuento". Ella rió y las dos intentamos poner atencióna la clase. Enrollé un mechón de cabello en mi dedo y toda mi concentración se centró en esa simple acción. Estaba cansada y necesitaba comer algo.

Había tenido que pasar noches completas "trabajando" y no era nada bueno para mi salud.

La campana sonó y mis ojos se abrieron como platos. Veinte minutos de mi vida desperdiciados en girar un mechón de pelo.

Tomé mis libros y me levanté. Quería correr hasta mi apartamento en el campus y marcharme para las vacaciones de verano. ¿Por qué esas malditas dos semanas se pasaban tan jodidamente lento? Por suerte para mí era viernes y podría dormir toda la noche.

-¡Chloe!- llamaron a mis espaldas.

Me di la vuelta y me encontré con la cara de mi mejor amiga expectante. Lo había olvidado.

-¡Stacy!- respondí ensanchando mi sonrisa. Dejé que ella me alcanzase, aunque solo me retrasó más.

-Prometiste terminar de contarme el libro.

Gruñí mentalmente por haber nombrado ese maldito libro en frente de ella. Era unos de los pocos que había leído, aunque me encantaba hacerlo. Lancé una maldición hacia mi trabajo por impedirme leer.

-Claro: al final el chico se queda con la chica y el mejor amigo termina solo por toda la eternidad. La hermana se casa con alguien y la madre se muere. Fin- narré poniendo los ojos en blanco. Intenté recordar si me faltaba algún detalle, pero nada.

-¡Eres tonta!- chilló dejando sorda a una chica que estaba parada cerca nuestro- No quería que me dijeras el final... solo lo demás.

La miré de la manera más sarcástica que mis ojos me permitían. Tan solo si me hubiesen dotado con esa ceja que se levantaba...

Me encogí de hombros y me despedí con un lo siento para nada sincero. ¡Era un libro! Yo era de esas personas que les daban demasiada importancia, pero ese ni siquiera había estado bueno. El final pudo haber sido mil veces mejor.

Cuando ella desapareció por el otro extremo del corredor, saqué mi móvil y marqué el numero de Michael.

-Preciosa- respondió al tercer tono. Sin verlo supe que estaba sonriendo.

-Idiota- le dije a modo de saludo.

Abrí mi taquilla y saqué algunos libros mientras unos chicos detrás mío me miraban. Me di la vuelta, les enseñé el dedo del medio y una sonrisa falsa.

-¿Qué son esas risas? ¿Te estás divirtiendo sin mí?

-Oh, cariño, pero si siempre me divierto sin ti- reí-. Y esas risas son de unos monos mirándome el culo.

Él soltó una de esas carcajadas que tanto me divertían. Sonreí más ampliamente -si eso era todavía posible- y comencé el regreso a mi apartamento.

-Sí que eres mala.

-Ahora escucha, Mike. Esta noche estaré muy ocupada relajándome y necesito que distraigas a Stacy. Quiere ver una película de romance y cursilerías.

-Claro que la distraeré.

Reí nuevamente e hice una mueca de asco al imaginarme lo que Michael estaba pensado hacer con mi mejor amiga.

-Hey, quiero ducharme y descansar antes de que...

Un chico andando en bicicleta chocó contra mí e hizo que mi móvil saliera volando. Caí al suelo y él calló encima mío. Su camisa se abrió, rota por el pedal de su maldito vehículo y mi blusa se cortó de punta a punta. Me dolía la pierna y estaba segura de que me sangraba la espalda.

She's a Fighter ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora