Cinco

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Gideon, fue el primer chico que besé.

Estaba echada en la azotea mirando el cielo celeste con muchas nubes esta vez. Con muchos pensamientos en mi cabeza, pero lo que más de repetía era, como la profesora besaba a aquella chica. De alguna manera, eso me excito en ese momento.

— Ah....

Suspire, sin poder hacer nada contra esas hormonas de diecisiete años. Mire mi celular y busque el número de Gideon. Lo había anotado, simplemente porque pensé que en algún momento lo necesitaría.

Me sobé los ojos y revolví mi cabello.

— Odio esto.

Esta vez suspiré ruidosamente y comencé a interiorizarme. Cerré los ojos y vagué en mis pensamientos.

¿Está bien que me guste mi profesora? ¿Está bien desearla de esta manera? Primero ¡¿Está bien que me guste una mujer?!

Simplemente cada respuesta era negativa, sobre todo porque ella no sentía lo mismo.

— ¡Clover! Ya termino el receso.

Escuche la voz de Sophie. Baje mis brazos y ella retrocedió un poco.

— ¿Estas bien?

— Todo está bien.

Sophie me miró fijamente.

— Hay que saltarnos esta clase Clover ¿sí?

Sophie sonrió inocentemente. Yo asentí, no tenía ganas de asistir a su clase, no quería verla.

¿Porque tenía que enseñar el curso que más me gustaba? Pensé.

— Sé que solo nos juntamos en los almuerzos y que nuestra amistad no es tan cercana, pero siempre he querido ser una amiga especial para ti Clover, siempre pareces fuerte, independiente y fría, pero a veces esa fachada se desmorona... Como ahora.

¿Qué clase de expresión tenía ahora?

— Oye... Gracias por acompañarme.

— No hay de qué. Aparte, lo sé todo.

Mire a Sophie sorprendida ¿Saberlo todo?

— Te gusta la profesora Joanne ¿verdad?

Al solo mencionar su nombre, mis mejillas se ruborizaron. Asentí.

— Cuéntame todo Clover, así no sufrirás sola.

Al decirme esas palabras empecé a contarle como poco a poco me había enamorado de ella y que paso después del karaoke.

— Ah... Entonces por eso no estaban Gideon y tú, bueno pensé que algo así habría ocurrido. Entonces ¿cómo era aquella chica?

— Uhmmm, no sabría describirlo bien, estaba algo drogada y por la luz no se veía bien. Pero, era una chica con unos pechos enormes, un vestido rojo apretado y cabello negro, no vi bien su rostro, pero parecía delicada y a la vez llamativa.

— Y la profesora ¿Cómo estaba ella?

— Ella parecía... ella, tenía su cabello recogido, pantalones y llevaba una camisa blanca. Se veía igual que en la escuela, solo que su aura era diferente.

— Bueno tu Clover no tienes nada que envidiar, eres hermosa por dentro y por fuera.

Empecé a sonreír un poco. A veces necesitaba que alguien me diga esas palabras, saber que otra persona opinaba de mí.

— Gracias Sophie.

Abrace a Sophie y suspire.

— Puedes llorar si quieres, el primer amor siempre es doloroso.

Al decir eso, llore en su hombro. Había abierto mi corazón por primera vez a alguien y estoy feliz que esa persona haya sido Sophie.

— Bien bien, suéltalo todo.

Empezó a darme palmaditas en la espalda y al hacer eso solte una gran carcajada.

— Siempre sabes que decir.

— ¿verdad? Volvamos a clases, ya término su hora.

Al terminar ambas regresamos al salón de clase, nos reíamos de varias cosas en el camino, pero nos cruzamos con la profesora en el camino. Ella miró Sophie de una manera algo despectiva y después dirigió mi mirada hacia a mí, solo me miro y siguió su camino sin decir nada.

Me hubiera gustado que al menos me pregunté ¿porque no fui a su clase?

Afuera Hace FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora