Ashton
Aquí, justo hace un año, fue cuando le embarré sus pinches plátanos a mi novia.
Agradecido con el de arriba por haberme puesto a esa ridícula directioner en mi camino, cuando yo solamente iba a divertirme en el gusanito extremo.
Ahora, estábamos sentados en la banqueta en frente de mi farmacia. Y yo ya iba por mi cuarto postrecito de la noche, nada más y nada menos que un hot cake gigante, con bien harta lechera, no mía, del botecito de leche condensada...
Como sea, el Santi andaba bien Felipe jugando con sus compas de la cuadra, con un morrito que le decían Wicho y otro morro más grande que se llamaba Axel. Lo estaban intentando convencer a que hablara con una vecinita que le gustaba, la Hermayoni; pobre morra, sus jefes eran Pottermaniacos. Ni pedo, pos ora sí que ya de cada quien.
Al fin yo me llamo Ashton.
Pero bueno. No cuestionare los gustos de mi jefecita.
—Ashton, voy por unos esquites—. Me dijo mi morrita levantándose de la banqueta. Es aquí donde les pregunto: ¿Cómo los llaman ustedes?, ¿Esquites o elote en vaso?, como dice mi compa, ay ese pinche Maikol, cómo extrañaba a ese cabrón, pero desde que le pusieron el mandil ya no sale a cotorrear.
Le di la última mordida a mi hot cake y como soy un pinche bote de basura, me levante y fui a ver qué más tenía la doña de los postres. Al fin, mi Magda andaba por ahí peleando porque le pusieron a sus esquites chile del que no pica. La amo. Me decidí por unos plátanos, pero esta vez pensaba compartirlos con la Magda.
Regresamos juntos a la banqueta y le ofrecí de mis plátanos acercándole el plato, pero cómo no, la culera tomó todo el plato y agarro el más grande, pero después la muy desgraciada me los aventó en toda mi playera de Nirvana.
—¡No mames, Magdalena Contreras!, tú la vas a lavar eh, culera.
Pero como yo también traía mi mandil bien puesto, la abusiva nomás me dio un beso tronadito y la perdone, y eso que era bien penosa... en la calle.
A pesar de todo lo qué pasamos, naiden nos pudo separar. Le Lalo ya se había regresado a Europa, al Tony por fin lo habían anexado, nuestras jefas andaban re felices por nuestra relación y pues el mamoncito también andaba contento porque ya tenía con quién jugar el Formais.
Esta es nuestra historia y no la cambiaría ni por unos plátanos fritos.
FIN
Nota de las autoras:
Gracias, a todos los que llegaron hasta aquí y esperaron nuestras actualizaciones durante más de un año. Voten y comenten, plis.
Además, tenemos unas sorpresas, ya vienen en camino: "Michael, el regio" y "Mi crush, el carnicero" (Calum).
Si tienen ideas, nos pueden escribir por chat o por comentario, estamos abiertas a escucharlos.
Esta idea surgió de leer algunas historias de los pendejos como mexicanos. No tenemos intenciones de copiar a otros autores pero quisimos escribir algo similar porque tomamos esas historia como una inspiración.
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El wey de la feria (#1)
FanfictionSe me antojaron unos plátanos fritos pero un wey me los embarró. Me las va a pagar... pero nunca pensé que me lo pagaría enamorándome. Humor mexicano. Ashton Irwin Fic