una noche juntos

1.4K 130 18
                                    

El polaco y el alemán se encontraban caminando juntos por las calles de la ciudad de México que apenas eran iluminadas por la livida luz de la luna llena que los guiaba, dirigiéndose al hotel del menor en estatura

- Ale, te puedo hacer una pregunta? - cuestiona Polonia viendo un poco de reojo a su acompañante

- claro - contesta tranquilo, sin querer verlo pues sentia que su mente se revolvía con aquella simple acción, de por si ya sentía como su corazón se alborotaba con solo escuchar aquel apodo salir de entre los labios del bicolor y con aquella dulzura que solo él podía pronunciar

- te gusto venir a la fiesta? - pregunta un poco curioso manteniendo su mirada fija en el pavimento de la calle en la cual caminaban, sintiendo un pequeño escalofrío por lo solitarias que se encontraban las calles a tan altas horas de la noche

- supongo que... - dio una pausa, reflexionando un poco sobre lo ocurrido en la fiesta y, a pesar de haber estado horas en el lugar, de todo ese tiempo solo fueron alrededor de tres o cuatro minutos los que disfruto verdaderamente- supongo que fue interesante, más que nada durante el juego de entrar al armario - admite con una pequeña sonrisa serena, viendo de reojo al bicolor al lado suyo - no te parece?

Ante aquello Polonia se queda algo sorprendido por ver como le devolvía la pregunta, nuevamente el recuerdo de aquel juego llega a su mente y con este el color rojo vuelve a apoderarse de sus mejillas

- s-si.. s-supongo que tienes razón - responde no muy seguro, jugando nerviosamente con sus manos intentando disipar aquel recuerdo de su mente por el bien de su rostro pero... sin mucho éxito

Nuevamente una punzada se hizo presente en la cabeza del alemán, quien, de una forma algo discreta, para que su acompañante no lo notara, se toma la cabeza con algo de fuerza con una de sus manos

Para su desgracia, Polonia si que había notado aquello y le miró algo inquieto

- Alemania? estas bien? Necesitas algo? - pregunta el menor viendo atentamente al mayor, por un momento le pareció haber visto una mancha oscura en aquel rostro pero debió haber sido la oscuridad del lugar que le hizo aquella jugada

- solo... solo es un leve dolor de cabeza - responde con serenidad sin atreverse a ver directamente al polaco, desviando la mirada a cualquier lugar y, sin quererlo, su vista se topó con una farmacia abierta a esas horas - iré a comprar algo para el dolor de cabeza, espérame un momento - señala el lugar que estaba viendo con anterioridad, haciendo que el pequeño bicolor mirara aquella misma dirección y asintiera

- bien... -  responde sin mucho ánimo pues no quería quedarse solo en aquella calle oscura pero tampoco quería hacer notar aquel pequeño pánico que sentía

Alemania lo notó pero no quiso decir nada, se alejó del polaco con un " no me tardo" y con aquello presente el polaco confía en su palabra así que lo espera

Las paredes del lugar al que ingresó Alemania eran mayormente de vidrio, por lo cual Polonia pudo ver como el tricolor se acercó a la muchacha que atendía el lugar y esta le dio un frasco

Polonia quedó intrigado ante aquello,¿realmente era necesario un frasco cuando pudo haber comprado solo una simple pastilla?

- hey, angelito - una voz completamente desconocida resonó a espaldas del bicolor de forma inesperada, rápidamente se gira asustado por la inesperada aparición del dueño de aquella voz, sintiendo un horrible escalofrío - a donde te diriges a estas horas? Es demasiado tarde como para que un angelito ande solo - aquellas palabras salían tambaleantes y enredadas entre sí, por lo que Polonia no pudo entender del todo bien lo que le dijo pero si sabía que no era nada bueno por el tono de voz que empleaba en aquella frase. Inquieto, busca alejarse pero aquel señor de tamaño intimidante impide que la distancia se agrande al acercarse de forma insistente al menor

podríamos... intentarlo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora