enfrentamiento

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Tan solo quería un día calmado, un día normal donde pasear fuera de su hogar con su mascota no sea motivo para que insulten su sola existencia.

Desde un principio supo que aquel día no sería de los más tranquilos, sabía que no podía irse tan fácilmente, sabía que no cambiaría nada de su pasado, que los murmullos no cederían y el pensamiento que todos tenían sobre él no había cambiado en absoluto.

Aún así, una milésima fracción de su ser anhelaba equivocarse, deseaba que, con el paso de tantos años, algo hubiera cambiado, así sea la cosa mas mínima.

Para su desgracia, algo si que cambio, pero no para el gusto del tricolor que, ante la retirada brusca del cuerpo del polaco, y la sonora cachetada que había recibido, no pudo más que mantener la cordura y sujetar fuertemente a su mascota, la cual empezó a ladrar al notar la agresión que había recibido su dueño.

Quedó impactado un momento, viendo cómo Polonia y otros países que se encontraban dispersos miraron aquella escena con notable asombro y confucion. Nadie sabía con certeza lo que pasó, solo escuchar al perro ladrar y al alemán sostener fuertemente su mejilla con expresión indescifrable fue suficiente para conseguir que los más chismosos se acercarán y rodearán a los dos países implicados. Polonia solo podía estar detrás, sujetado por Francia, pues la situación logro llenarlo de miedo y confusión, no entendía nada y solo pudo sentir la necesidad de revisar si Alemania estaba bien.

– ¿por qué sigues acercándote a él? – empezó a hablar Inglaterra, su mirada únicamente dirigida al alemán estaba impregnada de notable asco y disgusto, ya no solo por la situación, sino, por la misma persona a la que no había dejado de considerar como un ser despreciable.

Alemania solo se limitó a devolver una mirada carente de vida, claramente Inglaterra no estaría satisfecho solo diciendo aquello. Sabía que se desquitaria completamente con él sin importar que estuvieran llamando demasiado la atención, su conciencia en este momento no se encontraba presente, solo una fulminante irá, la cual Alemania ya se hacía una idea de cómo afrontar.

– ¿Qué más quieres? – vuelve a hablar el inglés, cargando cada palabra con furia, expulsando cada sílaba de una forma un tanto lenta para asegurarse de que el contrario pueda entenderlo a la perfección, de lo contrario, con tantas cosas que tiene por decir, seguro termina perdiendo el control de su propia lengua – ¿Acaso pretendías cambiar? Pasaron ya once agradables años donde se sintió una increíble paz, ¿Por qué volviste? ¿Convenciste a alguien de que no eres un asqueroso loco? – de no ser por el can alterado que seguía fuertemente sostenido entre las piernas del tricolor de lentes, Inglaterra sin dudas se hubiera acercado para volver a golpearlo – no debieron haberte permitido salir, eres solo un asqueroso bicho que no puede convivir con nadie más, una sanguijuela que solo lucha por seguir aferrándose en arruinar a otros, ¿O me equivoco? – de sus labios escapó lo que parecía ser una risa sarcástica, sin ningún rastro de humor, más su boca no mostraban ninguna sonrisa – sigues siendo el mismo puto enfermo de mierda. Aún si no recuerdas, o si tratas de cambiar, sigues teniendo la cabeza podrida – busca cargar cada palabra con veneno, dispuesto a dar guerra de ser necesario. Aquello ya no afectaría a los países, solo sería una pelea ente ellos dos, sus territorios no deberían verse involucrados en discusiónes o peleas cómo estás – sigues siendo el mismo puto loco de hace años, la única diferencia es que ahora al menos te tomas la molestia de ser inteligente y disimular lo mal que estás de la cabeza.–

Alemania siguió inmóvil. Al ver que esperaba alguna respuesta, miro a su al rededor disimuladamente. Entre tantos susurros, solo podía distinguir los que estaban de acuerdo con todo lo que había dicho Inglaterra. Polonia solo se veía aterrado, y Francia parecía no poner verdadera atención, solo luchaba por conseguir alejar al polaco del lugar, una tarea difícil considerando que el pequeño no se dejaba tocar, por lo que solo podía agarrarlo de la ropa.

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