CAPÍTULO 2

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                    No había parado de mirar el reloj durante el resto del día. Inexplicablemente me encontraba nervioso con los resultados, temía porque fuera algo mucho más grave, inclusive que una ulcera.

— ¿Pensando todavía en eso? — Miré sobre mi escritorio encontrándome con Hanbin quién había irrumpido dentro de mi pequeña oficina. Aunque trabajábamos en áreas diferentes para la misma empresa, las distancias de nuestras áreas eran cortas. — Ya casi es hora, tranquilo, todo saldrá bien. — Terminó por adentrarse, donde tomo asiento frente a mí.

—Lo sé, es sólo que, no lo comprendo. Algo dentro de mí, me dice que es algo más grande. — Hice una pausa tomando aire, fijando mi vista en el reloj, que marca las cinco menos veinte.

— ¿Seguro no quieres que te acompañe? — Cuestionó con la mirada preocupada.

—Seguro Hanbin.

— ¿Quieres que nos veamos en el Mont's luego? — Tomé un respiro hondo y comencé a terminar de cerrar los documentos en mi ordenadora, alistándome para salir.

—Bien. Les aviso cualquier cosa ¿vale? — Mi amigo se puso de pie asintiendo lentamente mientras se acercaba a la puerta.

—De acuerdo. Nos vemos más tarde entonces.

Salió dejándome solo nuevamente, antes de comenzar a darle más vueltas al asunto comencé a cerrar los pendientes y concluir los documentos que no terminé durante todo el día.

Casi treinta minutos después me encontraba en marcha al hospital. Manejaba conscientemente aunque mi cabeza se encontraba dándole vueltas al asunto; era algo extraño, jamás había estado tan nervioso por algo. Dentro de mí intentaba convencerme que todo saldría bien, que no era más que una estúpida infección, pero había otra parte que me decía que no era sólo aquello.

Bajé del auto luego de aparcar en el estacionamiento, caminé moderadamente hasta el elevador que se encontraba dentro del subterráneo. Presioné el botón correspondiente y esperé hasta que las puertas metálicas se abrieron en la recepción del lugar.

Dentro el hospital se miraba más vivo que durante la mañana, varias personas esperaban cerca de la entrada y otras más caminaban por el lugar en direcciones contrarias. Caminé directamente hasta la recepción, donde la chica del día anterior me recibió con una media sonrisa.

—Vengo a recoger unos estudios de orina y sangre. — Comenté al mirar su inmediata curiosidad. — Kim Jinhwan.

—Oh, — inmediatamente comenzó a teclear rápidamente sobre el ordenador y en segundo se volvió hasta mí — justo a tiempo, el doctor Hwang te espera en su consultorio según dice aquí. — Fruncí el ceño de inmediato.

— ¿El doctor Hwang? Creí que me seguiría atendiendo el doctor Kim.

—Por lo que veo aquí, el doctor Hwang tiene tu cita que es en tres minutos, exactos. Consultorio A, tres. — Dijo sonriendo. Asentí extrañado, no esperaba que el doctor Kim transfiriera mi historial de inmediato, no a menos que se tratara de algo malo. Me tensé sintiendo el frio subir por mi columna.

Caminé lentamente por los pasillos hasta el consultorio indicado. Me detuve frente a la puerta, nervioso por lo que pudiera suceder luego. Instintivamente miré en dirección a mi estómago; rápidamente negué y toqué levemente la puerta.

Luego de un "adelante", giré la perilla y entre sorprendiéndome al instante de percatarme de la presencia no solo del doctor Hwang, si no, también del doctor Kim. La sonrisa nerviosa de Jinwoo me tensó nuevamente. Mientras el señor Hwang me miraba expectante mientras entraba por completo.

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