CAPÍTULO 16

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                    Mi corazón latía fuertemente contra mi pecho y los recuerdos se empeñaban en inundar mi cabeza con los labios de Junhoe sobre mi cuerpo. El escalofrío recorría mi piel desde la punta de mis pies hasta mi cuero cabelludo, erizando mis vellos en el proceso.

Toda aquella tarde que habíamos pasado en la habitación desnudos uno contra el otro, él se había encargado de limpiar nuestro desastre, con las mejillas rojas como tomate y con la vergüenza inundando la habitación rápidamente justo en el momento en que nos habíamos separado.

Pese a toda la tensión y la mirada incomoda que sabía ambos teníamos en nuestro rostro me las había arreglado para preguntarle si quería tocar mejor mi vientre y sentir al bebé. Su sonrisa se había ensanchado de par en par y con algunos torpes movimientos colocándose su playera y su bóxer había llegado hasta mí y colocado inseguramente sus palmas contra mi piel.

Luego de aquello el ambiente se había relajado muchísimo, la tensión había descendido considerablemente. Nuestra relación pareció evolucionar de alguna manera extraña y la incomodidad luego del beso el día de la visita de Donghyuk se había evaporado, sí, la ligera tensión y el rubor en mis mejillas me coloreaban el rostro cuando miraba fijamente durante mucho tiempo al chico. Pero estaba bien, suponía que todo eran las hormonas del embarazo hablando por mí, Junhoe no había mencionado nada sobre lo que había sucedido, por lo que tanto para él como para mí continuaba siendo lo mismo. Sólo sexo.

Me encontraba sentado en el sofá del departamento, ese mismo sofá que continuaba siendo la cama nocturna del chico que parecía no querer abandonar mis pensamientos. Sin embargo, tenía algo mucho más importante e inquietante que continuaba dando vueltas: faltaba menos de una semana para navidad. Tres días para ser exactos y por primera vez en mi vida no sabía que era lo que haría. Todos los años luego de la obligatoria cena de navidad con mi padre, me escabullía con Hanbin hasta algún club y agotábamos nuestras energías hasta el día siguiente, este año, aquello no sería una posibilidad.

Junhoe tendría planes con su familia y entendía aquello totalmente, sin embargo, las hormonas aún eran una cosa, y no me sentía muy cómodo pasando navidad solo, tal vez podría hacer algo con Hanbin en su departamento, sólo si él no tenía planes con su prima.

Todo esto de las fiestas de fin de año habían pausado las consultas con el doctor Kim, limitándolas desde la distancia por mensajes y llamadas diarias, había tenido que salir por unos cuantos días fuera de la ciudad y aunque me había hecho la invitación a continuar con el monitoreo semanal con el doctor Hwang, me había negado. No podía verlo luego de todo lo que había ocurrido; pese a ello, Jinwoo me había asegurado que estaría bien siempre y cuando siguiera sus indicaciones y le informara cualquier cambio extraño que pudiera tener.

Había tratado de no alarmarlo con cualquier cosa minúscula, por lo que el sangrado que había tenido durante los últimos días no era algo de lo cuál debía preocuparlo. Comenzó con ligeras manchas en la ropa interior, de las cuales no me había percatado hasta que los había cambiado, luego de ello, los siguientes días fue un poco más como un fluido espontáneo, pero mucho más visible, alarmar al doctor Kim al respecto era algo que no quería hacer, mucho menos a Junhoe, me había dado a la tarea de investigar en internet y era una cosa totalmente normal, inclusive aparecía luego de mantener relaciones sexuales, aquello me había hecho arder el rostro de vergüenza al recordar lo sucedido con Koo, sin embargo, me había dejado muchísimo más tranquilo, por lo que alarmar a Jinwoo o a Junhoe era innecesario.

Miro el reloj en la pared de la sala, es casi hora de que Junhoe regrese y no he iniciado la cena, el chico come por tres personas y aquello es tan jodidamente adorable porque me recuerda que es más joven que yo. Sonrío mientras me pongo de pie y me dirijo hasta la habitación para ponerme algo mucho más cómodo e iniciar a cocinar algo rápido.

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