LISÉRGIDA ➬ KrisTao┃EXO

Capítulo 17 - ZITAO

Te hubiera dejado si lo supiera
¿por qué no lo dices?
Ni siquiera te diste cuenta
no puedes adaptarte más
Tienes que mantenerme enfocado
¿lo quieres? Entonces dilo
Ha pasado mucho tiempo desde que te enamoraste
No estás saliendo de tu caparazón
realmente no has sido tú mismo

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— ¡Me lastimas!

— ¡No te lo lleves! Por favor , por favor. No es su culpa, no hizo nada.

— ¡Callate! — Kris tomó mis codos apegandome a él para mirarme al rostro. A pesar de la escasa luz, podía ver que estaba muy enojado.— Dile que se calle o lo mataré.

— ¡Matame pero dejalo libre! — ChanYeol seguía gritando, tratando de quitarse las esposas y las cadenas.

Pasamos un par de días ahí. A penas nos trajeron algo de pan y agua. ChanYeol me había contado del cómo llegó allí, de cómo el chico que salvó le trajo comida dos veces y como se besaron. Al comienzo me sorprendió pero al final no importaba, ambos estábamos encerrados como ratas de laboratorio, o quizá de una peor forma. Ya ni los presos vivían de esa manera.

El sujeto que conocía como Kris me sacó a rastras de ahí. Quise soltarme y gritar, morderlo, patearlo o cualquier cosa para huir pero fue inutil, estaba débil por la escasa comida que me habían dado.

— Callate, o te van a golpear y violar. ¡Y no te voy a defender!

— No necesito que me defiendas. — Chille. Algunas personas pasaban. Nos veían y se reían. Quise pedir que me ayuden pero era claro que eran de la misma calaña que mi secuestrador.

— Si lo necesitas. ¡Eres del tipo que cualquiera de aquí podría amarrar para violarte! No quiero problemas — Abrió una puerta y me metió allí. Parecía una habitación.

Rápidamente me fui hacia la pared para poder defenderme si se me acercaba, estaba un poco más alerta que antes.

— ¿Que quieren de mi? Pasaron dos días y nadie nos dijo nada.

Estaba molesto. Nunca pensé estar en esta situación y prefería estar incluso en la casa de SeHun que en este infierno. Y la casa de los Oh no era ningún paraíso.

— ZiTao Callate.

— ¡No! ¡Quiero irme! — Había aguantado el llanto y ya no podía más. Estaba hastiado. Lloraba de rabia e impotencia , porque nunca hice nada malo en mi vida para terminar aquí.— ¿quieres violarme tu? ¡Por eso me trajiste aquí!!

Estaba llorando y odiaba hacerlo. No quería verme débil pero era claro que mi falta de azúcar me haría perder cualquier batalla contra el sujeto frente a mí. Las manos y el cuerpo me temblaban, el nudo en mi garganta me estaba quemando y mis ojos soltaban las lágrimas sin permiso alguno.

Quería irme a casa.

Quería estar con mis abuelos y mi madre.

Hasta prefería estar en la universidad.

— Bien. Lo diré rápido por que realmente no tengo tanta paciencia. Odio estar de niñera, ¡mucho más de niños inmaduros como tú!

Me quedé callado. Mis manos tanteaban la pared, como si pudiera hallar una puerta secreta.

— Que quieren...— mi voz se estaba quebrando

— Si haces lo que te digo, tú y tu amigo podrán irse sanos y salvos

— ¡No quiero!

— Entonces que los maten y te violen, ¡joder! —sus manos pasaron por sus cabellos negros y luego los jaló algo exasperado.