🥀[Aᴍᴇʟɪᴇ Rɪᴅᴅʟᴇ ] ʟᴀ ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴛᴏᴍ ʀɪᴅᴅʟᴇ🥀

Capítulo 6:Es Halloween y corro con mi Némesis hacia un troll

Comenzamos con el capítulo!!
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Hubo un alboroto. Se necesitaron varios petardos morados que explotaron desde el extremo de la varita del profesor Dumbledore para traer silencio.

"Prefectos". Él retumbó.

"¡Dirige tus casas a los dormitorios de inmediato!" Isabella saltó de su asiento y luego comenzó a escuchar a todos los estudiantes de Ravenclaw por el pasillo, como un pastor para sus ovejas.

"¡Sígueme! ¡Quédate juntos, los primeros años! ¡No hay necesidad de temer al troll si sigues mis órdenes! Quédate cerca de mí, ahora. ¡Abran paso, los primeros años que vienen! ¡Disculpe, prefecto!" Gritó Isabella.

"¿Cómo podría entrar un troll?" Scarlet me preguntó, pero sacudí la cabeza mientras subíamos por unas escaleras.

"No me preguntes, se supone que son estúpidos", le dije.

"Quizás Peeves lo dejó para una broma de Halloween", declaró Ivy cuando pasamos frente a diferentes grupos que se apresuraban en diferentes direcciones.

Mientras nos abríamos paso entre una multitud de Hufflepuff confundidos, agarré los brazos de mi amigo.

"Acabo de pensar, Hermoine", le dije, Ivy, me miró confundida.

"¿Que hay de ella?" Ella dijo.

"Ella no sabe sobre el troll", le dije y Scarlet se mordió el labio.

"Rápidamente, será mejor que vayamos a buscarla". Los tres asentimos el uno al otro.

Agachándonos, nos unimos a los Hufflepuff en dirección opuesta, nos deslizamos por un pasillo lateral desierto y nos apresuramos hacia el baño de la niña. Acabábamos de doblar la esquina cuando escuchamos pasos rápidos detrás de nosotros.

"Dispara", dijo Ivy y todos nos escondimos detrás de una estatua de una bruja jorobada.

Mirando a su alrededor, vimos que era Snape. Cruzó el pasillo y desapareció de la vista.

"¿Que esta haciendo?" Susurro Harry.

"¿Por qué no está en las mazmorras con el resto de los maestros?" Scarlet cuestionó.

Lo más silenciosamente posible, nos arrastramos por el siguiente corredor después de los pasos de Snape.

"Se dirige al tercer piso", dijo Ivy, pero levanté la mano.

"¿Puedes oler algo?" Pregunté y un hedor asqueroso llegó a nuestras fosas nasales, una mezcla de calcetines viejos y una especie de baño público que nadie parece limpiar.

Y luego lo escuchamos: un gruñido bajo y los pasos arrastrados de pies gigantes. Scarlet señaló con el dedo: al final de un pasaje a la izquierda, algo enorme se movía hacia nosotros. Nos encogimos en las sombras y vimos cómo emergía en un parche de luz de luna. Fue una visión horrible. Doce pies de alto, su piel era de color gris opaco y granito, es un gran cuerpo lleno de bultos como una roca con su pequeña cabeza calva encaramada en la parte superior como un coco. Tenía patas cortas gruesas como troncos de árboles con pies planos y córneos.

El olor que provenía era increíble. Sostenía un enorme palo de madera, que se arrastraba por el suelo porque sus brazos eran muy largos. El troll se detuvo al lado de una puerta y miró dentro. Agitó sus largas orejas, tomando su pequeña mente, luego se deslizó lentamente hacia la habitación.

"La llave está en la cerradura," murmuré.

"Podríamos encerrarlo", dijo Ivy.

"Buena idea", dijo Scarlet nerviosamente.