III

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"A veces los ojos son la ventana del alma"

—¿Y qué si quiero aceptar?

San frunció el ceño y lo miró.

—No digas eso. — gruñó el CEO.

—No puedes tomar decisiones por mí. — Wooyoung separó sus manos de sus hombros y se alejó..

—Soy tu jefe, tu CEO, puedo decidir sobre tus actividades e incluso estás casado conmigo. ¡No puedes posar para una revista porno! ¡Nadie tiene que verte desnudo sobre una cama o donde fuera!

—¡Quiero sentirme sexy de nuevo, San!

Y el joven Choi se acercó rápidamente y le jaló el cabello de la nuca para atraerlo hacia si.

—¿Estás desafiándome?

—Estoy diciendo la verdad.

—Perfecto. — una sonrisa peligrosa se posó en sus labios y lo tiró a la cama.

Wooyoung tragó saliva, hacía mucho que no veía ese brillo oscuro en sus ojos, tan deseosos y dirigidos hacia él.

—¿Quieres sentirte sexy? ¿Quieres quedarte afónico para mañana por culpa de que te haga sentir así?— gruñó San mientras se quitaba la camisa y desabrochaba sus pantalones.

Wooyoung se lamió los labios y, cuando San se colocó encima y comenzó a devorarle la boca, moviéndose lentamente sobre él, una voz inocente apareció detrás de la puerta cerrada.

—¡Papi Woonnie!— la voz apareció llorosa.

—¡SeungMin!— Wooyoung empujó a San y se levantó rápidamente de la cama.

Abrió la puerta y SeungMin estaba con su peluche y su pijama de León. Sus ojos estaban llorosos y Wooyoung no pudo evitar alzarlo entre sus brazos.

—Cariño, ¿Por qué lloras?

—El..  el... tuve un sueño feo... — SeungMin se aferró a su camisa y Wooyoung sintió la tibieza del pecho de San en su espalda.

El joven Choi los abrazó a ambos, Wooyoung sintió en su trasero una dura erección.

—Shh... sólo fue un sueño. — murmuró San mientras que acariciaba su espaldita suavemente. — Nada va a pasar.

—Papi Sannie tenía lastimado... — susurró SeungMin y el nombrado solo giró a Wooyoung para besar la cabecita de su hijo.

—Nada me pasará bebé, hay personas que cuidan a papá San.

SeungMin estiró sus bracitos y San lo sostuvo.

—¿Qué te parece si te llevo a la cama y te leo un cuento?— murmuró San como si fuera un secreto súper importante.

Los ojitos del niño brillaron y asintió con la cabeza.

San le dió una mirada que estaba clara: "No. Te. Duermas"... más que una amenaza, fue una advertencia... y la piel de Wooyoung cosquilleó realmente.



☆☆☆



Eran cerca de las 02:40 cuando la puerta de su habitación se abrió.

Wooyoung, que estaba mirando por el ventanal, sintió la boca de San en su cuello, marcándolo más de una vez.

—Mmh... — jadeó y se apoyó sobre su pecho.

Las manos de San acariciaron sus caderas y bajó por dentro de sus pantalones y bóxers.

—Jamás vuelvas a decir que quieres que otros te vean desnudos. — gruñó San.

El modelo se giró y su labio inferior fue mordido y chupado, cayó de espalda a la cama y el cuerpo de San fingió una embestida cuando se acomodó entre sus piernas, Wooyoung jadeó.

Las manos del joven Choi lo despojó de toda la ropa al igual que Wooyoung a él. Los besos fueron desde su cuello y bajaron suavemente hacia abajo, por su pecho, mordisqueó un pezón, bajó aún más y siguió por su cadera, lo dejó duro y siguió bajando por sus piernas.

Mordió el interior de sus muslos y Wooyoung movió sus caderas, estaba malditamente deseoso.

San frotó la cabeza de su erección en su entrada y Wooyoung cerró sus ojos.

—Por favor... — jadeó Woo, sintiendo las manos acariciar sus caderas.

Poco a poco, sintió su entrada abrazar la erección de San. Su esposo gimió bajo y no paró hasta sentirse completamente adentro.

—Dios... — Wooyoung se lamió los labios, San besó su pecho y comenzó a moverse.

Lentamente primero y, cuando sintió las uñas duramente en su espalda, las embestidas fueron duras al chocar piel con piel.

—Jamás... vuelvas... a... desafiarme... — San apoyó sus manos a cada lado de su cabeza, sus caderas chocando lenta y duramente.

—Más... por favor... — gimió Wooyoung, arqueándose hacia él.

San marcó sus hombro y trabó con una mano su cadera en el colchón, Wooyoung solo podía recibir lo que quisiera darle.

—San por favor... — chilló Wooyoung, enredó  sus piernas en las caderas de su esposo, sin éxito. — Necesito más... m-más...

San le mordió el labio, Wooyoung lamió el labio superior de San.

—¿Quieres... sentirte sexy? Toma lo que puedas... no habrá nada rápido... querías hacer el amor con papi... — gruñó en su oído y Woo sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.

Y así pasaron los minutos y minutos y minutos... San torturando lentamente en la cama a Wooyoung, tocando su próstata a cada segundo y Wooyoung sólo tratando de no gemir tan fuerte, rogando por algo más duro, más crudo...

San le hizo el amor de la manera más torturante posible, repartiendo besos y marcándolo por todo su cuerpo sin acelerar sus embestidas... Wooyoung estaba experimentando el más dulce castigo.

Cuando Wooyoung llegó al clímax, lloró y San lo besó desesperado para evitar el terrible y placentero gemido que escapó de su boca.

El modelo gimió bajo cuando lo sintió correrse dentro de él. Ambos quedaron agotados, demasiado agitados como para poder controlar su respiración.



☆☆☆



Wooyoung despertó suavemente, sintiendo un peso sobre su cuerpo.

Cuando separó sus párpados, observó el  brazo de San sobre su brazo y pecho y la pierna del mismo sobre su cadera.

Dios... recordar todo lo que San le hizo la noche anterior en esa cama hizo su piel picar.

Pero se sentía tan bien... tan jodidamente bien y dulcemente cansado que agradeció que San no haya aceptado sus ruegos.

—Buenos días. — murmuró San, besando su nuca. — ¿Cómo amaneciste?

—Muy bien cariño... — Wooyoung sonrió y acarició el brazo antes que su muslo. — Ahora más que nunca.

—Tengo una sorpresa para ti. — murmuró San en su oído. — Pero primero vamos a bañarnos.

Demás estaba decir –o si quiera imaginar– que ese baño de espuma fue... duramente increíble.

Aunque si hubo tiempo para el juego previo, Wooyoung lo montó hasta tomar todo de San.

Horas después, mientras Wooyoung ataba los cordones de las zapatillas de SeungMin, San se sentó al lado de su hijo.

—¿Así lo vestirás?

—Estará en casa y no pierde el glamour. — Wooyoung lo miró y rió. — ¿Por qué lo preguntas?

—Hoy tenemos que abordar el avión, tenemos que ir a Okinawa.

—¿Oki... nawa?— Wooyoung lo vió.

—Sí, nos iremos de vacaciones.



☆☆☆

"ϲєο ϲєяємοиγ"  ωοοѕαиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora