Epílogo

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"El modelo central de la presentación será Yang Jeongin. Ambos CEO's de SW Models, han dado a conocer sobre su fascinación de la personalidad necesaria para portar la marca de ropa de esta agencia, aún así, juro por Dios que encontramos a la heredera de su exitosa carrera en el mundo del modelaje femenino.

Kim Yuna (hija del prestigioso fotógrafo Kamg Yeosang) está arrasando las pasarelas desde Milán hasta las portadas de People, Elle y revistas y bocas top. ¿Pero cómo no hacerlo? Esta muchacha es hermosa."

Wooyoung miraba la televisión recostado en el hombro de su marido. Habían pasado los años, sus cabellos tintados cubrían las canas pero ambos seguían causando la misma impresión que cuando estaban en sus épocas de oro.

—La hija de Yeosang tuvo mucha suerte en que su padre haya ganado la custodia. Escuché que se irán de vacaciones a Hawái. — habló San, acariciando aquel hombro.

—Dahyun me lo comentó. Dijo que Yeosang le comenzaba a mimar en los viajes.

Ambos rieron antes de que la puerta de entrada se cerrase violentamente.

—Es una puta.

Wooyoung frunció el ceño.

—¡SeungMin!— habló Wooyoung y su hijo dio un salto.

—¡Papá! Lo siento.

Su hijo era atractivo, lo sabía: sus ojos y nariz eran de Wooyoung mientras que el resto (la mayoría) decía que era solo de San.

Y su reputación, según lo que se habían conocido sus padres, estaba en pleno auge como su padre San: internacional playboy.

—¿Por qué hablas así de una mujer?— San frunció el ceño.

—No es una mujer, es Yuna. — gruñó SeungMin. — Es una narcisista que cree que todo mundo va a estar a sus jodidos pies cuando lo que lo demás quieren es tirarla y joderla hasta que...

—¡Ok, entendimos!— habló Wooyoung y su hijo solo comenzó a subir las escaleras.

—Me cambiaré y me iré a la piscina.

El matrimonio volvió a quedarse solo y ambos sonrieron.

—Malcriada narcisista. — susurró San. — Siento que ya sé como se siente.

Wooyoung sonrió y se lamió sus labios.

—Creo que por eso Yuna me sienta tan bien.

Esa noche, mientras que Yuna y SeungMin estaban en el patio; Yeosang, Dahyun, Wooyoung y San estaban ocupados en sus copas de vino y seleccionando las fotos para el spot publicitario de la agencia.

—Esta, el rojo le sienta bien a Jeongin. — habló Wooyoung y Yeosang lo miró.

—El rojo y Londres. Hyunjin publicó una foto de Jeongin en café top.

—Jeongin está hecho para todo lo top. — habló Dahyun y San sonrió.

—Está hecho para Hyunjin.

Wooyoung sonrió y se levantó de su asiento para buscar la carpeta con los diferentes diseños de spot. Tenía que pasar por la galería que daba hacia la piscina y lo hizo justo a tiempo.

—Entre tú y yo, sabemos quién ganará.

Esa era la voz de Yuna... y ¡Oh! Pobre SeungMin.

Cuando se marcó las tres de la madrugada, San abrazó a Wooyoung por su cintura. Estar en sus 40's había mermado completamente sus explosiones sexuales pero había abierto la puerta a los momentos tímidos y dulces.

Wooyoung acarició la mano y el antebrazo de su esposo.

—¿Crees que la historia es capaz de repetirse?— susurró.

San besó su nuca y enredó sus dedos.

—Creo que la historia o el destino te da lo que necesitas, cuando lo necesitas.

—¿Osea que SeungMin se merece un yo en versión femenina?

San lo giró tan fácilmente en la cama que Wooyoung rió bajo.

—Cuenta lo que sabes.

Woo rió y besó sus labios y frente.

—Los escuché hablando en la piscina. ¿Recuerdas ese día que llevaste a Yeosang la primera vez? ¿Cuando dijiste que me ganarías?

—Me diste a entender que tú serías el vencedor. — San pasó sus dedos por aquel sedoso y castaño cabello, jugando con los mechones.

—Eso mismo le dijo Yuna a SeungMin. — susurró Wooyoung y suspiró. — ¿Crees que deberíamos interrumpir?

San hizo una mueca.

—SeungMin comparado conmigo, conoce los límites, sabe hasta donde llegar y no es tan terco como yo. No creo que llegue a ese momento que te hice vivir.

Wooyoung asintió con la cabeza antes de sonreír apenas.

—Abrázame, quiero dormirme mientras me abrazas.

San no ocupó ni cinco segundos para cumplir su pedido.

—Eres mi mejor amigo. — murmuró San en su cabeza.

—Y tú eres el mío. Eres mi mejor amigo,  eres mi amor, mi amante y mi compañero.

San suspiró y sonrió.

—¿Sabes lo que le pido a Dios cada día?

—¿Que se achique tu nariz? Él no tiene tanto poder. — Wooyoung carcajeó cuando San le pellizcó el trasero antes de hacerle cosquillas. — ¿Qué le pides?— preguntó cuando su risa mermó.

San lo abrazó más fuerte.

—Que si me tengo que ir, que me lleve contigo. No soportaría verte solo por fotos o vídeos y no poderte abrazar. No me gustaría, odiaría, despertar y no escuchar tu voz nunca más.

Algo dentro de Wooyoung se quebró.

—No tenía nada antes de ti. — susurró San. — No creo haber sido tan malo para que Dios me haya puesto el mundo y la vida en mis manos para después dejarme solo... ¿Wooyoung? ¿Estás llorando?

—Calla idiota, calla. — murmuró Wooyoung y subió su cabeza para besarlo, sus mejillas mojadas. — Yo también deseo eso... también deseo que estemos juntos incluso en la otra vida.

Y allí se durmieron, abrazados el uno al otro.

Al día siguiente, como todos los días, se saludaron con un beso, desayunaron con SeungMin y comenzaron la rutina.

Ambos con la pura verdad en su cabeza: cuando llega el amor indicado para tu vida, se transforma en todo aquello que jamás sabías que deseabas.




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"ϲєο ϲєяємοиγ"  ωοοѕαиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora