—¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué haces aquí?!—Levantó la voz Jonnathan.
—Me dijeron que me mudara a tu habitación,porque necesitaban más espacio y tu cuarto es muy amplio,lo siento—Se disculpó Copia.
—Como sea—Emeritus III se vio al espejo mientras pensaba en algunas cosas. La noche había caído y ya no tenía con quién quejarse. Comenzó a quitarse cuidadosamente el maquillaje.
Copia se le quedó viendo,esa noche en específico,le llamaba la atención,más de lo normal. Maldición,nunca se había tomando el trabajo de observarlo y apreciarlo detenidamente. Era delgado y tenía una cintura pronunciada. Sus brazos también eran delgados y delicados. Uno de sus ojos era de un fuerte verde oscuro,mientras que el otro,era blanco con un ligero tono azulado. La mayor parte del tiempo,sus ojos eran inexpresivos. El cardenal se preguntaba por qué.
Su mirada se detuvo en sus labios,ya descubiertos y de un tono rosado. Estaban perfectamente humectados y eran atrayentes. Lo miró quitarse los guantes,sus manos se veían suaves,se las imaginaba al tacto.Jonnathan volteó a verlo y eso hizo que Copia se incomodara,ya había encontrado una forma nueva de molestarlo. Se acercó a él,que estaba sentado en el borde de su propia cama,que poco antes había sido movida hasta ahí. Emeritus puso su mano en la mejilla del contrario lentamente y pronunció:
—Es suave ¿Verdad?
—¿Q-qué haces? Por favor,detente —Tartamudeó. Sentía como el calor subía por su cara lentamente,nunca se había sentido así.
—Ay por favor,me mirabas como si quisieras que te tocara—Terzo sonrió malévolo.
—Y-yo...—Cerró los ojos con fuerza. No sabía por qué,pero parecía que una fuerza superior lo llamaba a besarlo.
—¿Tú qué?—No dijo nada más cuando el cardenal lo tomó por el cuello de la camisa de forma firme y pegó sus labios a los de él.
Jonnathan trató de empujarlo con los manos,pero Copia era más fuerte. Finalmente,él lo soltó y Emeritus III casi cae al suelo,totalmente shockeado por lo que acababa de pasar.
—¡Perdón! —Dijo el cardenal,totalmente sonrojado,no sabía ni por qué hizo eso. Sentía que había perdido la cordura, o tal vez el instito le ganaba. El de menor estatura no le dijo nada en toda la noche.
Pasaban las horas y Copia era incapaz de dormir,su mente no dejaba de repetir la escena una y otra vez. Por la mañana,y para sorpresa del cardenal,el otro lo trataba como si nada hubiera pasado,decidió que era mejor olvidar ese "traumático" incidente.
La Hermana Imperator,lo llamó para hablar con él,le dijo que debía empezar a componer sus propias canciones a partir de ese día. También dijo que podía pedirle ayuda a alguien si eso necesitaba,pues no sería una tarea fácil. Salió de la oficina y se puso a buscar a Jonnathan,ni sabía por qué tenía tanta necesidad de pedirle ayuda específicamente a él,pero terminó por convencerse de que solo quería que aprendieran a llevarse bien. En eso,Dewdrop lo detuvo.—¿A dónde vas? ¿Quieres que te acompañe?—Le preguntó el pequeño demonio.
—Oh,verás,la hermana me dijo que ya podía componer mis letras,así que fui a buscar ayuda de...Alguien,je—Sonrió.
—¿Quieres que yo te ayude? Puedo hacer eso—Le informó.
—De hecho...—Titubeó—Iba a pedirle ayuda a otra persona,ya sabes,con más experiencia,lo siento.—Estaba por retirarse pero el ghoul de fuego lo sostuvo del brazo con sus garras,eso lo asustó un poco.
—¿Seguro? —Ladeó la cabeza—Yo no tengo problema,y tengo mucho tiempo libre.
—Sí,estoy seguro...—Liberó el brazo de su agarre y se marchó.
—Raphael—Susurró,estaba por detenerlo una vez más,sin embargo,decidió quedarse en su lugar esta vez.
Cuando Copia por fin localizó al ex papa,tomó valor y se acercó. Lo llamó por su nombre y este volteó a verlo,lo interrogó con tranquilidad:
—¿Qué quieres?—Un aturdidor silencio invadió el ambiente un par de segundos.
—Quería preguntarte sí...Podías ayudarme a componer,es que,no creo ser tan bueno en eso como tú—Le dijo sonriente,no lo había notado,pero sus mejillas se teñían de a poco a un fuerte color rosado.
—Mmmh...—Involuntariamente soltó un:—Claro,basura. Será un placer iluminar tu pobre ser con mi conocimiento.—Se sorprendió a sí mismo con esas palabras,y más lo sorprendió lo que le contestó el cardenal.
—¡Gracias! ¡En serio! —Se veía realmente feliz.
—Como sea—Suspiró.
Ese día,pasaron todo lo que quedaba de la tarde y parte de la noche trabajando juntos. Era raro,pero parecía que en ese momento en específico,había más harmonía de lo normal,a pesar de los ocasionales insultos que escupía el mayor.
Ya era de madrugada,Raphael se había quedado un rato más en la habitación,a solas,pero ya se iba. Aseguró la puerta y comenzó a caminar por los pasillos,en dirección a su habitación. Paró al lado de una puerta,la de la oficina de Imperator,cuando escuchó voces ¿Estaba despierta a tales horas? ¡Y no estaba sola! Cuidadosamente y sin hacer ruido,se acercó.
—Más vale que cumplan con su deber,cuanto más rápido,mejor.—Ordenó Imperator.—Sino,ya sabes cuáles son las consecuencias.
—Por supuesto—Murmuró. A pesar de que muy pocas veces escuchó su voz,reconoció a Mercury.—No se haga problema. Solo denos unos días,y le aseguro que los hijos del papa estarán bajo tierra.
Copia se cubrió la boca con fuerza para ahogar su jadeo,por poco no le daba un paro cardíaco ahí mismo.
—¿Oíste eso?—Dijo la hermana. Raphael no quiso escuchar nada más y huyó hacia la habitación que compartía con JonJon,tenía que avisarle ya.