Quedé a las nueve de la noche para prepararme. Fui con Patti y Noelia a casa de Chris. Me encanta hacer esto con amigas. Vestirnos, comparar ropa.
En cierto modo no soy tan extraña. A veces me gusta arreglarme.
Tardamos un par de horas en estar perfectamente peinadas (rizos perfectos y pelos lisos), maquilladas (ojos oscuros y labios rojos) y vestidas (cada una con su perfecto vestido).
Dos de los amigos de Christina nos llevaban en coche. Un chico (un tío alto y fuerte, rubio y de ojos oscuros) y su novia (pequeñita, de ojos color miel y pelo anaranjado) nos acompañaron en el viaje.
El chico, Robert, hacía muchos chistes y ponía música de rock, mientras que Noah le reñía por las canciones. Hacían una pareja bonita y envidiable.Cuando llegamos al lugar ya estaban todos sus amigos. No recuerdo el nombre de ninguno de ellos, pero eran graciosos y simpáticos. Aquella noche prometía.
Una larga cola se extendía por la calle de la ciudad. Hacía un frío helador.
Esperamos un tiempo hasta que nos tocó. El hombre de la puerta nos miró de reojo.
- ¿Carnet?
Mierda. Robert sacó su carné del bolsillo y se lo mostró. El gigante puso cara de aprobación y nos hizo una seña con la mano para pasar. Uf, gracias a Dios.
Cada uno le entregamos nuestra entrada y entramos al local. ¡Wow! Era un sitio grande. Había mucha gente. Y no todos eran de universidad.
Así que así eran las fiestas de universitarios. Bueno, las de aquí.Todos empezaron a bailar. No me separé de mis amigas en toda la noche, aunque en alguna ocasión nos perdimos.
No pasó mucho tiempo hasta que Robert trajo unos cuantos vasos y nos los dio.
- ¡Toma! Te va a encantar.
- ¿Qué es?
- Adivina
Sonreí y le di un trago a la bebida. Sabía amarga. ¿Qué sería? No estaba mal.
- ¡Qué buena! Gracias
Robert se alejó. Yo seguí bebiendo.
Pasó un tiempo- No sé cuanto- hasta que me empecé a encontrar mal.
¿Qué era esa bebida? Debía de llevar mucho alcohol, porque en seguida me empecé a marear.
Busqué a Robert.
- ¿Qué era eso que me has dado? Ya me está haciendo efecto.
Robert se rió.
-Emborrachamiento fácil. Tranquila, no lleva nada raro. Sólo mucho alcohol.
Sonreí, a pesar del mal cuerpo.
Cogí otro vaso y me lo bebí de un trago. No sabía por qué. Todo empezó a tener mucha más gracia, así que bebí otro. Y varios más.
Ya había perdido la cordura. Me reía de todo lo que me decían. Más bien no sabía lo que hacía.
- Lea, ¿estás bien? ¿Quieres que te llevemos a casa?
- No, tranquila. Estoy bien.
Intenté sonreír y no parecer una borracha. No le iba a joder la fiesta a Chris, ella se lo estaba pasando bien.No sé qué hacía en ese momento. Estaba sola intentando buscar a mis amigas. Pero no las vi a ellas. Lo vi a él.
Era Josh. Estaba hablando con un par de chicas y con algún que otro tío.
No me podía controlar.
Me acerqué a él.
-¡Jooooooooooosssshhhhhhh!- Me empecé a reír como una loca.
Puso una cara extraña, pero sonrió y me saludó.
- Hola, Lea. ¿Estás bien?
- Perfectamente- me estaba tambaleando, a punto de caerme al suelo.
- ¿Segura?
-Seguriiiiiissshima- Me tuve que agarrar a él.
- ¿Y qué haces en una fiesta así?
Sonreí con los ojos entrecerrados.
- Unos amigos
Él me sujetó para no caer. Me cogió del brazo y me dirijo hacia afuera. Salimos al pasillo de los baños.
- Oye, ¿estás segura de que no quieres que te lleve a...?
Ni si quiera terminó de decir la frase. Le había besado. Sin pensármelo.
Él apartó la cara.
-Lea, estás fatal. Deja que llame a un taxi.
-Cállate- Le puse la mano en la cabeza y le volví a besar. No se apartó.
No sé cuanto tiempo pasó hasta que noté un empujón seco. Alguien me había cogido del brazo y me había apartado.
- Lea, nos vamos ya.- Chris me agarró fuerte del brazo y me empujó hasta las taquillas.
- ¿Qué haces?
- Lea, estás borracha. Voy a llamar a un taxi.
- Déjame en paz, que estoy bien, joder.
Christina cogió mi llave de la mano, abrió mi taquilla y cogió mis cosas, junto conmigo. Me arrastró hacia afuera.
Me giré. Josh ya no estaba en el pasillo.
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Historia de amor, o algo parecido
Novela JuvenilRealmente las historias de amor no eran mi punto fuerte. Los odiaba a todos y a cada uno de ellos. Jamás había tenido una relación. Me dedicaba a sobrellevar mi desastre de vida y mi loca familia, llevando algo bien los estudios y engañándome un poc...