Enamorando a un Wayne «JonDami»

Sonrisa Wayne

— Eres un imbécil. —

— Pero Dami... —

— Silencio. — le reprendió el mayor entrando al cine, Jonathan tenía puesta la chaqueta de Damián y también su bufanda.
— Uhm... ¿Dami? —

— ¿Qué? —

— ¿Tú no tienes frío? — pregunto al verlo solo con su camisa de botones negra.
— Crecí en un ambiente helado, esto no es nada. —. Respondió con simpleza llegando a la caja.

— Hola niños, ¿Donde están sus padres? ¿Planean comprar un boleto? — habló la mujer mirándolos con ternura, hasta que el de tez canela dijo.
— Si, veremos... Esa, ¿Te parece, Jon? — era una de terror, y lo sabía, pero le encantaba molestar al de ojos azules.

— Oh, bien, ¿Cuántos boletos? — dijo la chica tecleando rápidamente aún con la sonrisa.
— Dos. — saco una tarjeta negra con letras plateadas que decían "Wayne" y se la entrego a la cajera.

Después de aquello, Superboy eligió lo que comerían en la sala, se sentaron lado a lado mientras la película se proyectaba en la gran pantalla.
— Hnn... — se quejó el mitad kriptoniano cerrando levemente sus ojos al ver una escena violenta.

Damián solo veía con tranquilidad, eran mentiras, la mujer no sobreviviría con una herida de esa magnitud, pero bueno, ¿Que podía hacer?

[...]

— ¿Jon? —

— ... —

— ¿Ahora que? —

— ... — hizo un mohín sin mirarlo, típico berrinche de un niño.
— Jonathan. —

— ¡¿Por qué tuvimos que ver esa!? — gritó de la nada con sus mejillas teñidas levemente de un rosa.
— Haz visto cosas peores, no seas llorón. — el de ojos jade soltó un característico «tt»

— Dami... — hizo un puchero volviendo a mirarlo.
— Eres un idiota... — miró a otro lado evitando sus ojos.
— Dami... — volvió a decir haciendo su gesto más grande.

— ¡Bien! ¿Quieres un café o algo? Tengo dinero en efectivo. — se dio por vencido, caminando por el parque.
— ¡Síii! — Jon abrazo al contrario escuchando sus quejas.
— ¡Kent! ¡Sin abrazos, mierda! — lo separó de él.

Caminaron por el lugar llegando a un Starbucks, el chico más grande en estatura pidió algo caliente mientras que el contrario algo frío.

— ¿Ya le dijiste a Star? — le cuestionó ya estando ambos sentados en una de las bancas del parque.
— No, supongo que cualquier manera ya lo sabe. —

— Damián... — susurro Jon llamando la atención de su compañero.
— Gracias por invitarme a salir... Hacía mucho que no me sentía libre. —

— Puedes volar llorón. —

— Sabes a lo que me refiero. —

— Sí... Lo sé. — el de ojos azules pudo notar una ligera sonrisa en sus labios, provocando que el hiciera lo mismo, ansiaba poder verla más seguido.
— Tu sonrisa es bonita. — soltó sin pensar mirando como el contrario se levantaba.

— Mañana saldremos de vigilantes, ¿Tienes algún inconveniente? — volvió a su faceta seria mirándolo.
— No, ninguno. —

La noche paso rápido, ambos siendo solo Jonathan Kent y Damián Wayne, no había necesidad de ponerse sus máscaras y uniformes.

Poco después, el mayor llevo a casa al hijo de Superman, despidiéndose de Lois.
— Muchas gracias Damián, siempre puntal como siempre... — acarició la cabellera de su hijo sonriendo al verlo tan feliz.

— Un gusto, señorita Lane, si me disculpa, tengo que irme, padre espera mi llegada. — con su faceta seria, se puso su casco para subirse a su motocicleta.

Los dos miraron como se iba hasta ya no verlo.

Bruce había llegado después de patrullar, estaba algo agotado, Alfred atendía sus heridas cuando escucharon la voz de Damián.
— ¿Cómo estuvo? — le cuestionó poniendo su casco en el estante.

— No tan mal, ya sabes, algunos soldados del pingüino y así. — le respondió mirándolo.
— ¿Y tú chaqueta? —

— Se la di a Jon, le daría algo por estar de imbécil. —

— Damián, cuida tu boca. —

— Dimiin, ciidi ti bici, vamos Bruce, el niño libera tensión nada más. — Todd estaba presente, ambos se miraron unos momentos y siguieron con lo suyo.

— Iré a mi cuarto, no me molesten. — hablo subiendo las escaleras con un claro sonrojo.