Ayuda "Profesional".

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Nada salió como esperaba.

Damián era un idiota de primera.

No sabía de dónde había sacado tanta paciencia y aún después de preguntarle casi 20 veces seguía evadiendo la respuesta con excusas tan buenas y otras tan ridículas que ya no sabía que hacer.

— Mamá... — era hora de tomar medidas mayores, necesitaba ayuda, aún si eso significaba revelar su secreto.
— ¿Que sucede Jon? — hablo de manera suave la mujer, limpiando unos cuantos recipientes que habían quedado.

— Y-yo... — la salió paso lentamente por su garganta, sintiéndose acorralado.
— M-Me gusta Damián... — lo soltó en un susurro lo bastante audible, más no esperaba el gritó de la mujer y unos pasos apresurados de su padre, el cual estaba todavía fuera de la casa.

— ¡Lo sabía! ¡Lo-sa-bí-a! — Clark comenzó a hacer un baile extraño mientras que Lois yacía en el suelo con un ambiente de depresión.
— ¡Mis 100 dólares! — fue ahí cuando entendió todo.

— Esperen, esperen, esperen... ¿¡Hicieron una apuesta!? — gritó algo confundido mientras un ligero rubor comenzaba a teñir su rostro.
— Claro hijo, yo aposté que te gustaría Damián y Lois que te gustaría Kathy o Maya. — la mujer soltó un gruñido, sacando su billetera para darle los dólares al kriptoniano.

— Muy bien... — Lois se sentó frente a su pequeño con una sonrisa.
— Necesitas ayuda, ¿Cierto? —

— ¿Cómo supiste? —

— Era cuestión de tiempo de que me preguntarás como conquistar a alguien, aunque es nuevo terreno haré lo posible para que se enamore de ti. — el menor sonrió dulcemente, de verdad quería mucho a su mamá.
— Comencemos por lo primero... —

[...]

— Ugh... — se quejó el chico de tez morena levantándose de la cama, bajando las escaleras hasta llegar a la cocina, donde busco algo que comer.

Las noches de insomnio eran más normales en él que de costumbre.

Eras las 4:38 de la mañana, parecía que todos estaban seguían dormidos, incluso Alfred y sus demás mascotas.

Miles de pensamientos inundaron su mente, sabía que aquellas personas que lo molestaban eran inferiores a él pero no podía evitar sentirse algo mal por el simple hecho de que no sabía cómo hablar contigo la demás gente.

Era como un puercoespín, cuando más ase acercaba a alguien, más lo hería.

Y temía quedarse solo.

Una vibración lo saco de sus pensamientos, era su teléfono anunciando que se había vuelto tendencia.

La verdad es que la nueva línea de ropa que su padre le había obligado a promocionar era una sensación y casi todo el mundo ansiaba tener una.

Tenía algunos mensajes de los Titanes burlándose de ello, patético, sabía que por lo menos alguno quería ocultar su interés ante la situación.

Entre sus cosas, encontró una fotografía de Jonathan con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que comía una helado, Kori la había tomado cuando salieron como equipo al cine.

Una sonrisa apareció en su rostro sin poder evitarlo.

— ¿Insomnio? — escuchó una segunda voz, giro su rostro encontrando a Timothy en la puerta de la cocina.
— No importa... — no era una respuesta agresiva ni nada por el estilo, simplemente susurro aquello apagando su teléfono.

Drake asintió poniendo algo de agua a hervir para hacer su preciado café.

O eso pensaba Damián.

Momentos después, el de tez pálida le tendió una humeante bebida con una sonrisa algo cansina.
— Es de manzanilla, te ayuda a relajarte... — el chico asintió, no tenía ganas de llevarle la contraria a alguien justo ahora.

Cada uno estaba sumido en un silencio casi sepulcral, hasta que Damián rompió el silencio.
— ¿Es algo normal para ti? —

— ¿Hm? —

— Tener insomnio. —

— Oh, la verdad si, me acostumbré a no dormir durante mucho tiempo mientras era Robin, ahora es como un hábito despertar a mitad de la noche y venir a tomar un café. — una sonrisa surco su rostro recordando como varias veces cuando iba a dormir el sol ya estaba apareciendo.

— ¿Y tú? — pregunto mirando como el chico tomaba la bebida con calma.
— No lo sé... —

— ... — ambos guardaron silencio, sintiéndose bien con la simple presencia del contrario.
— Se que mientes. — hablo Tim levantando una de sus manos deteniendo al moreno antes de que dijera algo.

— Pero está bien si no querés decirme, yo tampoco estaría muy cómodo diciendo cosas tan personales... — suspiro, mirando como el menor se calmaba.

Volvieron al silencio hasta que cada quien terminó su té.
— ¿Cómo sabes cuándo amas a alguien? — esa pregunta tomo desprevenido al mayor, mirando como el chico tenía su barbilla en la mesa con una clara faceta de vergüenza.

El tercer Robin sonrió.

— Pues... —

[...]

Yo opino que matarlos es la mejor opción, podemos hacer que luzca como un accidente. —

— ¿Pardon? Jason esto es serio, no quiero bromas. — regalo Richard.

— Estoy hablando enserio. —

— ¿Por qué no los asustamos? Uno tan grande que tengas traumas de por vida. — Timothy estaba con una sonrisa macabra, cosa que no pasó de largo para los otros dos hermanos.
— No, ¿Y si le decimos a Bruce-

— ¡No! — gritaron tanto Jason como Drake, Dick solo asintió.
— Bien, entonces hagamos esto, sin traumas, solo... ¿Amenazas? — los tres asintieron.










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¡Lxs amo!

Enamorando a un Wayne «JonDami»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora