5- Azazel

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Abrí los ojos lentamente mientras observaba un gran resplandor que se encontraba encima de mí, me sentía confundido y algo mareado, en mi pecho podía sentir vendajes y algo de dolor, comencé a observar a mi alrededor, me encontraba en un cuarto de hospital, había flores en un mueble que se encontraba al lado de mi cama y había una pequeña manguera de plástico conectada a mi brazo transfiriéndome sangre, los vendajes me molestaban un poco, después repentinamente me di cuenta que no estaba solo en la habitación, en la esquina de la habitación sentado cómodamente en un sillón se encontraba una persona que nunca había visto antes, sonreía sin razón parecía apuesto, tenía el cabello de color negro y largo, usaba un elegante traje negro con una corbata roja.

-Disculpe -trate de ser lo más amable posible- ¿quién es usted?

-¿no me reconoces Evans? –Me pregunto con su voz gruesa mientras se ponía de pie- pero si nos conocemos desde hace mucho tiempo.

-No lo recuerdo –comenzaba a intrigarme- por favor dígame quien es usted.

-Creo que es normal que no me recuerdes –Se acercó a mi cama y después agrego- mi nombre es Azazel, y soy el ángel que milagrosamente salvo tu vida.

Sentía que lo único que decía eran tonterías, por su atuendo era difícil creer que era un doctor así que me hacía imposible creer que él me haya salvado la vida de forma milagrosa, así que comencé a creer que tal vez esto solo era una broma bien planeada, tal vez de alguna cadena de televisión así que decidí no caer en ningún truco.

-Entonces -empezó a sonreír y burlándome continúe- si eres un ángel haz un milagro-

Ese sujeto sonrió de forma macabra, después extendió los brazos sin ninguna razón hasta que de su espalda se extendieron un par de alas majestuosas de color negro, lo cual yo no podía creer pues era imposible, entonces el camino hacia a mí.

- Creo que me explique mal, pues yo no soy un ángel –su voz me hacía sentir miedo- incluso me asemejo a un demonio.

Mi corazón latía demasiado rápido, por alguna razón sentía miedo y lo expresaba en mi rostro, me había quedado sin palabras ante esa persona que inexplicablemente portaba un par de alas fuera del Sekai.

-Mejor dicho yo soy tu locura, yo puedo llevarte a una desesperación continua, a un amor sin fronteras puedo llevarte a un camino carmesí y hacerte caer en él y al caer en el podrás ir notando cálidas gotas de tu pasado y como lo gastaste, yo te salve no fue un milagro ni un favor menos por ti, lo hice por mí- después Azazel soltó una carcajada.

-es imposible –en mi tono de voz se apreciaba el miedo, después lo cuestione- ¿mi locura?-

-lamentablemente así es, antes yo era un ángel, ahora soy a lo que llaman un ángel caído, que vago por este mundo- Su expresión cambio totalmente ya no sonreía más- hace algunos años entre en tu cuerpo convirtiéndome en tu locura, el día en que tu Ksword fallo por un simple error de activación, tu locura era increíble, te llevaron con distintos médicos y esa locura creció, después yo fui el que no te permitió usar el Ksword para alimentarme de ese sentimiento que nació en ti desde que el mundo comenzó a rechazarte-

-¿Entonces tú? -yo sentía como algunas lágrimas brotaban de mis ojos en ese momento- por tu culpa yo fui aislado e insultado, ¿por qué lo hiciste?-

-Porque si hubieras sido un chico normal, no estarías preparado para lo que sigue –Azazel volvió a sonreír de forma macabra- aun tienes mucho por enfrentar, yo me tengo que retirar, puedes llamarme después, hasta luego Evans.

Abrí los ojos, me sentía muy confundido y me levante asustado, estaba sudando, me encontraba en el cuarto de hospital, minutos después un doctor entro a la habitación.

-Parece que ya despertaste –Me dijo el doctor de forma amable- déjame decirte joven que perdiste mucha sangre a causa de ese accidente.

-¿accidente? –pregunte confundido.

-Si, en clases cuando estabas en el Sekai tu compañero uso una técnica que no controlaba y accidentalmente te atravesó el pecho- si recordaba eso, después el doctor continuo hablando- de verdad fue un milagro el que te hayamos podido salvar, creo que te dejare descansar, hasta luego.

El doctor salió de la habitación, me exalte con lo último que dijo el doctor y comencé a convencerme que lo que había experimentado hace un momento no había sido solo un mal sueño, no me sentía cansado así que ignore la orden de descansar, ya estando solo yo mordí mis labios y a los minutos me decidí a llamar a la persona con la que soñé.

- ¡Azazel!- grite no muy fuerte.

Espere unos minutos y nada había pasado, comencé a creer que tal vez si había sido un simple sueño, después la puerta de la habitación comenzó a abrirse lentamente y entro la bella figura de Alice

-Hola, caballero del sekai –Dijo Alice saludándome- ¿cómo estás?-

-hola Alice- la salude sonriendo y después respondí a su pregunta- mucho mejor ahora-

-tus padres salieron un momento y fue cuando despertaste pero creo que ya los han llamado- me dijo mientras se acercaba a mi cama- yo he venido a verte algunos días-

-Muchas gracias Alice –

Estuvimos a solas Alice y yo alrededor de media hora solo riendo y charlando, ella me ponía al tanto de lo que había sucedido en la escuela y gracias a ella me di cuenta que dormí dos días enteros recuperándome, también me relato de como Takeshi estaba muy preocupado por mi estado, después la puerta volvió a abrirse solo que esta vez entraron dos personas, mis padres

-Evans, mi bebe –exclamo mi madre lanzándose a abrazarme, mi madre era una mujer no muy alta de cabello rubio.

-Que gusto que ya estés bien –dijo mi padre con voz gruesa y de forma firme mientras sonreía, mi padre era un hombre alto de cabello castaño siempre vestía muy formal y usaba anteojos.

-Yo me tengo que ir, tengo demasiada tarea–Dijo Alice despidiéndose y después camino hacia la salida.

A pesar de estar en un cuarto de hospital había pasado un momento muy agradable con la chica más hermosa de toda la clase aun que no podía dejar de darle vueltas al asunto de ese extraño sueño y sobre ese sujeto, Azazel...


The Other Wordl New Legends (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora