Capítulo 20

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¡El gran día llegó!

Luego de casi un mes de planificación llegó el día de nuestro baby shower. Las chicas se encargaron de que todo esté perfectamente, tal y como lo planearon. La decoración en el jardín en tonalidades celestes con blanco hace lucir todo muy lindo. Los arreglos de mesas con la imagen de una cigüeña llevando a un bebé se ha robado mis suspiros, y es que estoy muy emocionada al saber que falta poco para la llegada de mi bebé.
Alexeyn se encuentra en el jardín para recibir a algunos amigos. Viste un pantalón casual negro y una camisa blanca que lo hace ver muy bien.
Leonore, Lorena y Gia reciben algunos invitados y los colocan en su mesa. Entretanto, mi padre y Nicole se hallan conmigo sentados en la mesa principal de la familia.
—Cariño, estoy tan feliz. —Acaricia mi vientre—. Ya dentro de poco tendremos a Caleb con nosotros.
—Yo también estoy feliz, papá —comento—. Juro que ya no doy más, siento que en cualquier momento voy a explotar.
—Ya hasta pareces un globo, amiga. —Nicole ríe—. Un hermoso globo.
—¡Oye! —me hago la indignada.
Ella y mi padre ríen. Alex se acerca a la mesa y se coloca en cuclillas frente a mí, toma mis manos y las besa.
—¿Cómo te sientes, hermosa?
Sonrío y beso su frente.
—Muy bien, aunque ya Caleb se me está empezando a hacer más pesado.
—Te tengo una sorpresa. —Se levanta y me agarra de las manos, ayudándome a levantarme—. Sé que te encantará.
Mi padre y Nicole lo miran extrañados.
Caminamos hasta pasar todo el jardín y entrar a la casa. Antes de entrar a la sala, Alex cubre mis ojos. Camina detrás de mí para guiarme, hasta cuando nos detenemos.
—Alex, ¿qué sucede? —Río nerviosa—. ¿Por qué me cubres los ojos y me traes hasta acá?
Me descubre los ojos. Cuando veo frente a mí, quedo totalmente en shock.
—Porque quería que fuera una sorpresa. —Se acerca a mí y me abraza—. ¿Acaso no te gusto?
—¡Austin! —Lo abrazo emocionada al verlo después de tanto tiempo sin saber de él.
Hace más de un mes que no tenia contacto con él y me sentía un poco melancólica al pensar que no estaría en este momento tan importante con nosotros. Él sigue siendo una persona importante en mi vida y siempre lo será.
—Alexeyn se encargó de contactarme, y cuando me dijo lo de tu baby shower, sin duda debía estar aquí. —Besa mi frente—. ¿Cómo has estado?
—Muy bien, aunque ya me hacía falta hablar contigo, tontito.
Golpeo su brazo y él ríe. Me giro y dejo un beso en los labios de Alexeyn.
—Muchas gracias, cariño. —Le sonrío—. Me encantó su sorpresa.
—Los dejaré para que hablen un poco. —Me devuelve el beso—. Estaré afuera.
Sale de la casa, dejándome a solas con Austin. Tomamos asiento en el sofá. Austin toma mis manos, observa mi anillo de compromiso y sonríe.
—Es un anillo de compromiso, ¿cierto? —Asiento—. Me alegra mucho por ustedes. Merecen toda la felicidad del mundo.
—Tú la mereces más. —Acaricio su mejilla—. Eres un gran hombre. La mujer que esté a tu lado deberá sentirse orgullosa por eso.
—Y llegará en su momento, hermosa, de eso estoy seguro. —Ríe—. Lo que me importa ahora es saber cómo ha estado este hombrecito y estar aquí para su nacimiento.
—Para eso hace falta casi un mes. —Lo veo sonreír—. ¿Te quedarás?
—Ya llevo tres días en la ciudad. —Me cruzó de brazos—. Renté un departamento en el centro para estar más cómodo.
—Papá también está aquí. Lleva casi dos meses con nosotros.
—¿Y tu madre dónde está? —pregunta confundido.
Niego.
—Papá se está divorciando de mi madre. —Suspiro—. Ella aún piensa que soy la mala de esta historia y sigue apoyando a Lía.
—Hablando de ella —se remueve incómodo en el sofá—, fue a verme hace unos días junto a un hombre para contarme todo lo que sucedió, pero obvio desde su versión.
—¿Y para qué? —Me levanto del sofá con dificultad—. ¿Qué quería?
—En un principio dejé que creyera que no sabía nada y me contara todo. Luego le pregunté qué quería hacer al respecto. En pocas palabras, me pidió que la ayudara a vengarme de ustedes. Al negarme, me dijo que también iba a terminar pagándola. Discutí con aquel hombre y seguridad los terminó por sacar de la empresa.
—Estoy segura de que ese hombre es Andrés, el hermano de Alexeyn — expreso preocupada—. Hace mucho no sabemos de ellos y Alexeyn piensa que algo traman.
—Pues yo presiento lo mismo, Emm, y es mejor tener cuidado. No sabemos de qué son capaces.
Asiento un poco preocupada. Lo tomo del brazo y salimos al jardín, donde ya se encuentran todos los invitados. Lo llevo a la mesa familiar. Mi padre lo saluda con un apretón de manos.
—Muchacho, es bueno verte de nuevo. —Le da un abrazo—. Hace mucho no sabía de ti.
—Lo mismo digo, señor Emil. Es un gusto verlo de nuevo.
—Austin, ella es Leonore, la madre de Alexeyn. —Leonore se levanta y le extiende la mano—. Leonore, él es Austin, mi mejor amigo.
—Un gusto, señora. —Besa la palma de su mano.
—Leonore solamente, cariño, y el gusto es mío.
—Austin, ella es Gia, la hermana de Alexeyn. —Austin la observa por unos segundos. Gia se levanta y le extiende la mano mirándolo con minuciosidad—. Gia, él es Austin, mi mejor amigo.
Ninguno de los dos dice nada. Gia solo se limita a asentir y vuelve a tomar su asiento.
—Ella es Lorena, la madre de Nicole.
Lorena se acerca y le da un beso en la mejilla.
—Al fin tengo el gusto de conocer a ese gran amigo del cual habla Emma.
—Austin ríe—. Es todo un placer, muchacho.
—El placer es todo mío, señora.
—Y ella es Nicole.
—Claro, me acuerdo muy bien de ella. —Nicole le extiende la mano y él deja un beso en ella—. Es un placer verte de nuevo.
—Lo mismo digo, tío.
Tomamos asiento en la mesa. Austin empieza a conversar con mi padre, la madre de Alexeyn y su tía, las cuales les hacen preguntas. Lorena habla de negocios con él. Nicole y Gia solo se limitan a escuchar, al igual que Alexeyn. Agarro su mano y me acerco a él.
—Me encantó tu sorpresa —le susurro—. Sé que no es fácil para ti, por eso es muy especial para mí.
—El pasado es el pasado, nena. —Me sonríe—. No tengo nada en contra de Austin, al contrario, le debo mucho, porque fue quien te cuidó cuando yo no lo pude hacer. Además, es tu mejor amigo. Por eso sabía que era muy importante que él estuviera aquí.
Beso sus labios y lo abrazo. Amo a este hombre y no me arrepiento de eso.
Leonore se levanta con Lorena y Nicole y hacen levantar a mi padre, al igual que a Austin y a Alexeyn. Llaman a otros chicos invitados y empiezan a hacer retos muy divertidos.
El resto de la tarde la pasamos entre música, juegos y risas.
Uno de los chicos encargados en repartir las bebidas en la fiesta se acerca a mí y me entrega un vaso.
—La señorita Nicole mandó a preparar esta bebida especialmente para usted. —Me la entrega—. Está hecha de fresa, kiwi y arándanos. Espero que la disfrute.
Bebo un sorbo para degustarla; sabe deliciosa. La tomo de sorbo en sorbo hasta terminármela toda. Le entrego el vaso al chico y me levanto para acercarme a mi padre y a los chicos. Cuando llego donde están, Nicole y Gia se acercan.
—Estaba muy deliciosa esa bebida que me mandaste a preparar.
—¿Cuál bebida? —inquiere extrañada—. No sé de qué me hablas, amiga.
—Uno de los camareros me llevó una bebida de kiwi, fresa y arándanos. Me dijo que tú la enviaste a preparar especialmente para mí.
—Quizá se equivocó —dice Gia—. Yo mandé a que preparan bebidas sin alcohol para ti y algunos otros invitados, no Nicole.
Me quedo extrañada por un momento. Busco con la mirada al chico, pero no lo encuentro por ninguna parte. Sigo compartiendo con Alexeyn y los invitados el resto de la tarde. Llega la noche y los invitados poco a poco empiezan a marcharse, por lo que queda solo la familia. Cuando me levanto de mi puesto para acercarme a mi padre, siento cómo un dolor fuerte se instala en la parte baja del vientre, haciéndome caer de cuclillas al piso.
—¡Alex! —chillo de dolor, llamando la atención de todos—. Algo está mal.
Alexeyn corre a mi lado, al igual que Austin y mi padre.
—Cariño, ¿qué sucede? —Alexeyn me carga—. ¿Qué pasa, cariño?
—Alex, llévame al médico. —Lloro en su hombro—. Algo no está bien. Me duele mucho. Algo no está bien con Caleb.
Camina hacia la salida, empieza a gritar el nombre del hombre encargado de la seguridad de la casa y le pide que aliste una camioneta. En segundos, uno de ellos se encuentra frente a nosotros con la camioneta ya lista. Me acomoda con cuidado y sube a mi lado, al igual que mi padre. La camioneta sale rápidamente de la casa. En cuestión de diez minutos, nos hallamos en un hospital privado. Me retuerzo de dolor. Dos médicos se acercan a nosotros con una camilla y Alex me sube en ella.
—¿Qué sucedió? —interroga la chica mientras coloca un estetoscopio sobre mi vientre—. ¿Qué tiempo de embarazo tiene?
—Empezó a tener dolores fuertes hace poco. No sabemos qué sucedió, si aún falta un mes para que nazca nuestro hijo.
La médica me remueve la mano, que tenía en la parte baja de mi vientre. Cuando la retira, me percato de que está manchada de sangre. Alexeyn palidece.
—Necesitamos entrarla a quirófano pronto —expone la médica. Entretanto, empujan la camilla por el pasillo—. Tenemos sangrado y las pulsaciones del bebé son bajas.
Un fuerte mareo me empieza a golpear. Siento cómo mis ojos empiezan a cerrarse con lentitud. Escucho las voces a los lejos. Sin poder aguantarlo más, mis ojos se cierran, quedando en total oscuridad.
Alexeyn DiAngelo
Veo cómo entran a Emma por un pasillo. Un grupo de enfermeros me impiden pasar. El señor Emil se acerca a mí y me toma por los hombros para tratar de tranquilizarme.
—Alexeyn, necesitas calmarte. No hacemos nada volviéndonos locos en este momento.
—Es que no entiendo. ¿Qué ocurrió? Todo estaba bien —grito asustado—. ¿Por qué se puso así? No quiero que nada malo le pase a ella ni a nuestro hijo.
—Y yo menos, muchacho. Estamos hablando de la vida de mi hija y de mi nieto. Sin embargo, estas cosas pasan y hay que tener fe de que nada malo les sucederá.
Me giro enfurecido y golpeo la pared para intentar controlar mis nervios, pero sobre todo mi miedo. Miro cómo entran por la puerta de urgencias mi madre, Gia, Nicole, mi tía y Austin. Todos se acercan a nosotros preocupados. Cuando me ve lloroso, mi madre corre hacía mí.
—Cariño, ¿qué sucedió? —La abrazo, dejándome caer—. ¿Dónde está
Emma?
—No sabemos qué sucedió —dice el padre de Emma—. Mi hija empezó a sangrar y gritaron que debían llevarla a quirófano porque los latidos del bebé eran bajos.
—¿Eso qué significa? —inquiere Austin serio.
—Que la vida de Caleb está en peligro. —Nicole solloza—. Pero ¿por qué sucedió esto?
Una de las médicas que entró con Emma sale y se acerca a nosotros.
—¿Quién de ustedes es la pareja de la señorita Ritcher? —indaga.
Me le acerco.
—Yo soy su prometido. ¿Qué sucede con ella, doctora? —susurro—. ¿Cómo está mi hijo?
—La vida de su prometida y su hijo están en peligro debido a que la señora consumió una fuerte cantidad de amitriptilina, y eso estuvo a punto de acabar con la vida de su hijo y de ella.
—¿Qué es eso? —pregunta el padre de Emma—. No entiendo nada.
—La amitriptilina se usa para tratar los síntomas de la depresión. Pertenece a una clase de medicamentos llamados antidepresivos tricíclicos. Consumida en una gran cantidad puede acabar con la vida de cualquier persona.
—¿Qué quiere decir con eso, doctora? —cuestiona Austin aún serio—. Sea más clara, por favor.
—Que la vida de Emma y del bebé penden de un hilo. En este momento ella se encuentra en el quirófano ya lista para realizarle una cesárea de urgencia para poder salvarlos.
—Por favor, doctora, haga lo que sea para salvar la vida de mi mujer y mi hijo.
—Eso estamos haciendo, señor. —Palmea mi hombro—. Les informaremos cualquiera novedad.
La médica vuelve a ingresar por la misma puerta que salió, dejándonos en un silencio totalmente doloroso.
—Nicole —dice Gia seria—, ¿te acuerdas de la bebida que nos dijo Emma que le dio el chico?
—¿Qué bebida? —Me giro y me acerco a ella—. ¿De qué chico hablas, Gia?
—Alex, cálmate. —Nicole se me acerca—. Un chico de los encargados de entregar bebidas en la fiesta se le acercó a Emma y le entregó una bebida de kiwi, fresa y arándanos diciéndole que yo se la había mandado a preparar especialmente para ella.
—¿Y fue así? —pregunta Austin y ella niega—. ¿Creen que pudo ser eso?
—Emma no tomó nada más en la fiesta —murmuro—. Claro que tuvo que ser eso. Nicole, tú contrataste al bufete que estuvo a cargo de toda la comida y bebidas, ¿cierto? —Asiente—. Necesito que busques toda la información de esa empresa. Necesito una lista con todo los nombres de las personas que entraron a nuestra casa. Pídele a David los videos de todas de las cámaras de la casa.
Nicole saca su teléfono y empieza a llamar. Busco el mío y le marco a mi jefe de seguridad para pedirle que traiga al hospital la computadora con todo los videos que grabó la cámaras esta noche.
Mi madre y mi tía se llevan al padre de Emma a la cafetería a tomarse un café para calmarlo un poco. Luego de varios minutos, David llega con lo que le he pedido y Nicole ya tiene en su teléfono la lista de empleados que entraron a la casa con sus respectivas fotos. Empezamos a ver los videos hasta encontrar el momento en que el chico se le acerca a Emma. Después de eso, vuelve a la cocina, deja la bandeja en su lugar y sale, yéndose de la casa. Ampliamos la foto del chico y la comparamos hasta encontrar de quién se trata.
—David —se acerca—, necesito que te encargues de buscar a este chico. —Le entrego una fotocopia de su foto—. Se trata de Jackson Bill. Encuéntralo, y cuando lo hagas, me avisas.
—Entendido, señor. —Asiente y sale del hospital junto a dos chicos más que pertenecen al grupo de seguridad.
Nicole y Gia se van a la cafetería para ver cómo están mi madre. Austin me contempla.
—¿Que piensas hacer? —Se acerca—. ¿Qué piensas hacer cuando des con el culpable?
—Lo pienso matar con mis propias manos —me levanto de la silla—, pero primero tendrá que decirme por qué lo hizo.
—Estoy seguro de que le pagaron por hacerlo, y ambos sabemos quiénes fueron. Solo te diré una cosa —se deshace de su corbata—, si vuelvo a ver a tu hermano, yo mismo lo mataré con mis propias manos, te lo juro.
Lo observo. Estoy seguro de que habla en serio. Asiento y no digo más palabras, pues el mismo deseo que tiene él ahora lo tengo yo. No voy a parar hasta encontrar a ese par de desgraciados y terminar con todo esto.

Mi Pequeño  Gran SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora