- Bueno, no es lo que esperaba... - Comenta la jefa editora al leer el artículo terminado – Es mejor... felicidades -
La aceptación de Nabiki para Akane supone un gran alivio, ya que ahora se vería más libre para poder realizar un reporte sobre lo que en realidad deseara, tal y como ella se lo había prometido.
- ¿Eso significa que ya puedo escribir sobre lo que quiera? -
- Así es, desde ahora eres libre de escribir lo que sea –
- ¿Lo que sea? –
- A donde te lleve el viento –
No cabía mas felicidad en la peliazul - ¿Hasta política?
- El viento no sopla en esa dirección... -
- "Maldita mentirosa, ¡ella me lo prometió!" – Piensa Akane, desintegrándose por completo la enorme sonrisa que tenía dibujada hace menos de un minuto - ¿Qué tal religión, economía...? –
- Este viento es más bien como una brisa ligera... -
- ¿De qué puedo escribir Nabiki? –
- ¡De lo que tú quieras! Zapatos, terapia de láser, vestimenta para tu tipo de cuerpo... no lo sé, ¡Usa tu imaginación! El cielo es el límite –
Akane está realmente desilusionada, pensó que con ese articulo seria libre de las ataduras ridículas de la moda, pero nada resultó como ella esperaba. Perdió al hombre que quería y perdió la oportunidad de destacar en lo que a realmente le apasiona.
- Gracias por esta oportunidad Nabiki... -
- Claro, no hay de qué –
- Y gracias por facilitarme el poder rechazarla... - Responde la periodista con una sonrisa, encaminándose directo a la salida.
Nabiki no dice nada, solo se que queda viendo como su mejor empleada se aleja de su oficina.
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- Escucha, no es algo que me enorgullezca, es obvio que si pudiera hacerlo otra vez... lo haría diferente. Es bueno hablar contigo, enserio lo es – Ranma se encuentra en su oficina hablando nada más ni nada menos que con... Mimi, si... con el perro, el cual le responde con ladridos – Arg, si lo sé, eres el único que nos conocía a los dos... - Observa con tristeza sobre su escritorio la entrada de la competencia de artes marciales, a la cual había invitado a la peliazul cuando regresaron de Nerima. Mimi la toma en su hocico y se la acerca a él - ¿Quieres ir? Anda ve, porque yo no iré –
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En otra parte de Tokyo más tarde, dos jóvenes periodistas están sentadas en el sofá del departamento de la falsa terapeuta, viendo la competencia de artes marciales por la televisión mientras esperaban la comida rápida china.
- Amiga, yo tampoco hubiera ido. Me gustaría haber ido... pero probablemente no me dejarías – Le comenta Yuka entregándole una cerveza – Hiciste lo correcto, tranquila... - La pelirubia consuela a Akane acariciándole el pelo, cuando de repente escuchan que alguien llama a la puerta - Oh que bien, llego la comida china – La joven deja la cerveza en la mesita del living y se dirige a la entrada de su departamento – Veamos... ¿Cuánto... - La pregunta del valor de la comida queda en la nada cuando Yuka levanta la vista y se da cuenta que no es la repartidora china.
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Ranma y Akane: Cómo perder a un hombre en 10 días.
RomanceAkane Tendo es una periodista que debe terminar un reportaje poco usual y dispone tan sólo de diez días. Se trata de escribir, basándose en experiencias de primera mano, sobre las cosas que las mujeres hacen sin querer y que provocan el alejamiento...