Capítulo 11

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Ya pasaron unas horas desde la consulta a la falsa terapeuta, ahora la pareja está en camino a Nerima en la motocicleta del azabache. No tardaron mucho en llegar, puesto que no quedaba muy lejos de Tokyo. Al llegar, dos niños salen a recibirlos.

- ¡Hola tio Ranma! – Dicen dos pequeños pelirojos de aproximadamente tres y cinco años en la entrada del dojo.

- Hola Hikaru, hola Ichiro... tanto tiempo – Saluda el aludido a sus sobrinos, mientras se dirigen a la casa.

Al entrar, lo primero que registra la peliazul son unas fotos encima de un aparador. Le llama la atención una en particular, en donde se encuentra un joven hombre de lentes con un gi color claro y encima de sus hombros un pequeño niño de cabello negro trenzado.

- ¿Quién es ese hombre? – Pregunta Akane, señalando la fotografía.

- Es mi papa, en sus días en los que entrenaba para ser artista marcial – 

- Así que, supongo que ese niño eres tú – D

- Si, así es. Entrené desde muy chico junto con él, es por eso que me gustan mucho – Le comenta el joven – Pensé algún día hacerme cargo del dojo de la familia, aún estoy a tiempo... pero para eso tendría que casarme, formar una familia... y yo...

- Querías descubrir la vida de la ciudad y no quedarte estancado en este lugar siendo tan joven, ¿no es cierto? – Dice la periodista.

- Si, es verdad... pero algún día quizás vuelva, mi familia me necesita aquí. Si consigo un buen puesto en la agencia me ayudará a poder publicitar el dojo, de otra forma el lugar no sería reconocido y no habría discípulos – 

- Te entiendo – Dice Akane, cuando de repente, entra una mujer con un bebe en brazos.

- Hola querido, me alegro que hayan venido – 

- Hola, ¿cómo estás mamá? – Saluda el azabache - ¿Sabes quién es ella? -

- Claro, como no voy a saber – Responde la mujer – Ten, toma a Keiko, ya debo cambiarlo – le entrega a Ranma su pequeño sobrino de un año – Hola hija mía, que gusto me da conocerte al fin, eres tan linda como suenas por teléfono – Dice la señora Saotome, mientras escucha a lo lejos a su esposo llamándola – ¡Ya voy! ¡Patrañas! -

Akane queda descolocada con el grito de la mujer, ¿por qué dijo patrañas? No tiene la mínima idea de lo que significa.

- Ve con mamá, yo iré a cambiar a Keiko – Dice el publicista.

- Oh, bueno... está bien – Akane encamina hacia el jardín, donde se encontraba la familia del joven. Al llegar al lugar, se encuentra con los padres de Ranma jugando a las cartas, junto con la abuela y el cuñado del mismo.

El viejo Saotome nota a la recién llegada y la llama – Ey, mira quien está ahí... ven aquí pequeña, siéntate con nosotros – 

- Hola a todos, soy Akane Tendo, un gusto conocerlos – 

- El placer es nuestro jovencita, mi nombre es Genma Saotome y soy el padre de Ranma, a mi esposa Nodoka ya la conoces, ella es mi madre Cologne y él es mi yerno, Kinnosuke Kashao – Al terminar de presentarlos, entre ellos se hacen una breve inclinación en señal de un saludo respetuoso.

- Juega con nosotros querida – Dice la madre del azabache – Estamos jugando "patrañas" -

- Oh, lo siento, pero no conozco ese juego – Responde ella.

Ranma y Akane: Cómo perder a un hombre en 10 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora