En una noche, días después del regreso de Yulio, el capitán Lier estaba solo en su oficina, cuando de repente la oscuridad invadió el lugar.
—Pero que rayos—dijo Lier sorprendido y parándose de su escritorio.
Fue entonces que desde zona donde estaba la puerta, ahora todo envuelto en negro, una silueta de una persona apareció en ella, la cual la única parte que poseía color en tal oscuridad era sus ojos rojos como la sangre.
—¿Eres tu....?—pregunto Lier, con signos de reconocer al misterioso ente.
—Si soy yo, ha pasado mucho algún tiempo ¿no fisgón?, o debería llamarte Lier Filsen capitán de las tropas de las sombras.
"ladrón, fisgón, ahh estos apodos cuando acabaran"
—Si tal parece, vampiro, dime que es lo que quieres.
—ya te lo había dicho cuando nos conocimos, que te daría un regalo.
—Y tu crees que recibiría algo de los siervos de Serex el dios del mal, solo estas aquí con vida, por que no puedo matarte.
—Serex, por favor no me menosprecies, Serex estaría muy preocupado si te escuchara,ju ju ju.
—Tu ¿que eres...?—dijo luego de tragar, Lier ante la espantosa declaración del vampiro.
—Och, parece que dije cosas de mas, no te preocupes, has como que soy una deidad oculta de los vampiros o algo así.
—Tu..., como crees que aceptaría tus mentiras.
Pero Lier lo sabia, tomaba sus palabras enserio, ya que la vez anterior cuando lo encontró por accidente, en algún callejón oscuro, hizo lo imposible como creyente de Eures el dios del bien, de acabar con el, pero sus ataque o no llegaban, o lo atravesaban, pero esto empeoro con que nunca pudo ver su cuerpo ni su rostro solo sus ojos rojos, pero lo que lo perturbo mas es que luego que el se cansara, la figura quien no ataco hasta ahora, en un parpadeo, lo tele-transporto junto a el a alguna montaña desolada, donde cariñosa mente le ofreció un regalo por sus esfuerzos.
y ahora volviendo a la actualidad la figura le respondió.
—jejeje, claro que no, solo ofrecía una explicación de consolación.Pero ya enserio, no has pensado lo de mi regalo.
—te lo dije esa vez, y te lo diré otra..
—vamos, vamos, no te pongas así, que me vea tenebroso no significa que sea malvado, ahh esto pasa cuando las religiones se ponen duras, pero bueno, que se va hacer, umm, bueno al final tampoco me importa que aceptes o no, también esa lealtad y fe es buena para el futuro, así que te lo daré igual de todas formas, siéntete honrado.
—Tu... yo jamas aceptare..
—Listo
—¿Ehh, pero?
—que listo, que creías alguna magia trillada, o que entregara algo siniestro, pues no, lo siento.
—Entonces que me distes.
—Una semilla de un gran don.
—¿Como?.
—este don crecerá y se nutrirá a lo largo de la generaciones hasta estar completo, que forma dará al final, se mantendrá la forma original planeada, o cambia de forma, quien sabe, pero felicidades, por el regalo y protege bien a tus señores, que en un futuro lejano para ustedes, su poder podría ser necesitado...
Y con eso dicho la luz volvió a la habitación y la silueta desapareció, dejando a Lier perturbado , confundido, y con la paranoia de estar maldito. Pero una cosa es segura, sin importar lo que dijo el protegería a sus señores.
*
*
*
*
mas halla en algún techo de alguna casa del pueblo, la silueta apareció en el, y no solo esto otra silueta mas pequeña apareció luego junto a el.
—¿Otro capricho tuyo?,¿no tienes mas que suficiente con descubrir esta variable de los Valirentes?.
—Me atrapaste, pero nunca es suficiente, nunca esta de mas invertir en futuros héroes.
—Eres imposible, ven, vamos a casa, todo el mundo te espera.
—Si, si, vamos pues.
Con eso dicho, las figuras desaparecieron en el aire como si nunca hubieran estado hay, siendo Lier y su regalo la única pista de su existencia.
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La tirana y el inadaptado
Fantasyla futura marquesa es enjuiciada injustamente por su prometido el príncipe e iba ser sentenciada a una vida de esclavitud si no fuera por un joven noble tímido que pidió clemencia, la cual como giro del destino aceptaron su clemencia enviándolo...