Una invitación

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Es la mañana del segundo día desde la impactante noticia, y la pareja se encontraba impaciente en una nueva y gran mesa en el comedor en compañía con algunos soldados, repasando la planificación para la visita del conde;  hasta que de la puerta se anuncio un soldado desde el otro lado de la puerta, paralizando las conversaciones.

—Disculpen me, aquí el cabo Ridley solicitando permiso a la comandante para entrar, trayendo consigo noticias del conde.

—Permiso concedido— dijo autoritariamente Katiuscria

El soldado al haber obtenido el permiso, ingreso solo unos 3 paso después de la puerta ,para luego ponerse firme y empezar a hablar.

—Mi comandante, los exploradores han visualizado a lo lejos la carroza del conde Moterio, se calcula que llegaran en aproximadamente 2 horas.

—gracias soldado, buenos señores, ya escucharon, tenemos 2 horas para prepararnos como teníamos planeado,cada quien ya saben lo que tiene que hacer, !en marcha¡— Ordeno Katiuscria luego de escuchar la noticia.

Luego de la orden todos en la mesa se pararon y empezaron a realizar los preparativos que incluían , escolta y comida. los cuales se realizaron sin ninguna falla a buen tiempo de que la caravana del conde ya estaba a 1 kilometro del pueblo, la cual fue recibida con 2 soldados bien presentados recibiéndolo en la entrada , para seguidamente otros 2 a acompañarlo a paso de prisa, por la calle principal, la cual estaba despejada, impecable y resguardada y decorada a ambos lados de la calle con disciplinados soldados en cada esquina, dando como único defecto las aun deterioradas casas las cuales por lo menos , se limpiaron lo mejor posible para el evento.

—Jumm..., tal parece que los informes de los nuevos barones son ciertos de que la joven señora Valirente hace honor a su antiguo estatus de genio y hija de militares, para poner en orden este desastre jejeje, esto va ser interesante—  comento una vanidosa voz de un hombre adulto, adentro de la oscuridad de la carroza mientras pasaban por la calle.

Pasado un tiempo la carroza llego a su destino el cual posicionándose de costado al frente de la mansión de la joven pareja la cual estaba esperando con elegantes vestidos , al frente a la puerta de la entrada junto con algunos soldados.

Una vez estacionada la carroza, el chofer se bajo del carruaje, para abrir la puerta de la carroza, la cual desde el interior salio un hombre elegantemente vestido de mediana edad a mitad de sus 40, de tez pálida, con algunas arrugas,  pelo rojizo adornado con mechones de canas,  ojos azules, y una dura y astuta templanza.

una vez que el sujeto hubo salido de la carroza , Yulio como siguiendo el protocolo , se adelanto al hombre , el cual también empezó a caminar hacia a el, y una vez que estuvieron a 2 paso de uno del otro , Yulio lo saludo estrechándole la mano diciéndole.

—Bienvenido conde Monterio ,yo soy el nuevo barón Yulio Valirente— Seguidamente dejo de estrecharle la mano para señalar a su esposa diciendo —Y ella es mi querida esposa Katiuscria Valirente

Cuando Yulio la presento, Katiuscria ahora arropada con un bello vestido, se medio agacho mientras extendía elegantemente los bordes de su falda con sus manos, para luego retomar tu postura, y todo esto mientras saludaba.

—Mucho gusto

—Mucho gusto  señor y señora Valirente, como suponieron correctamente, soy el conde Edruin Monterio, me complace ver a ambos tan vigorosos en esta situación y también me alegra que por lo visto han dado ha este pueblo vida y esperanza— dijo amablemente el conde con una voz profunda.

—Gracias por sus cumplido, nos da gusto saber que nuestro humildes esfuerzos ,que aunque son pocos, son bien valorados por una persona de su renombre— comento Yulio actuando como un noble educado y lame medias.

La tirana y el inadaptadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora