Ha pasado un mes aproximadamente, desde el estresante encuentro entre la pareja valirente y el conde y ahora en la mañana del segundo día, ambos se encontraban en una situación un tanto incomoda
—Katiuscria lo siento por molestarte, pero tenemos que prepararnos, para poder reunirnos con el conde para en la fortaleza.
Yulio apresuro suavemente a su esposa, que se encontraba en el baño expulsando todo su interior, debido a sus nauseas matutinas.
—¡No me molestes y has algo útil y adelanta las cosas bueahhhh!—Termino vomitando Katiuscria antes de terminar de dar las ordenes, a quien Yulio, que tenia una cara de compasión, las entendió y le dijo.
—Bien lo siento..., ya me voy, espero que mejores.
Con eso dicho, Yulio salio de la habitación a terminar de preparar todo para la visita a la fortaleza, por suerte para ambos luego de 2 horas aun a buen tiempo, se encontraban ambos a medio camino a la fortaleza, en un humilde carruaje conducidos por 2 soldados, quienes ademas de conducir serian sus escoltas.
—Bueno Yulio, repacemos, esta es la ultima visita que podríamos hacer este año a la fortaleza, ya que pasado mañana el conde Monterio regresara a su territorio a prepararse para el invierno.
—Si lo se, esto significa que es nuestra ultima oportunidad.
—Exacto, Ya sabemos que el conde, esta haciendo algo ilegal y terrible en el bosque que podría ser la causa de todo, solo nos faltan las pruebas de su crimen y saber que es exactamente.
—Si, las pruebas..., ¿donde podrían estar?, cada vez que visitamos no encontramos nada.
—Cierto ni siquiera en su habitación encontramos algo, estoy empezado a dudar de la calidad de nuestro confiable ladrón.
Katriuscria a terminar de nombrar al dudoso personaje, una voz lastimosa salio de abajo de del asiento de Yulio.
—Mi señora, ten piedad y compresión por este humilde siervo.
—Ya te he tenido suficiente piedad en no ejecutarte, cuando te capturamos hace 2 semanas, luego de capturarte por robar nuestras cosas.
—Mi señora piedad, yo en ese entonces no comprendía mi insignificante existencia—suplico el ladron.
—Si tanto quieres clemencia, entonces demuestra cuanto vales y limpia todos los secretos de esa fortaleza y tráelos ante mi, esta es tu ultima oportunidad, si no, entonces vas a ayudar a Yulio con sus entrenamiento mágico como los demás convictos.
—¡Por Eures!, le juro que no quedara secreto sin descubrir, se lo prometo, ademas en estas 2 visitas anteriores me dieron la oportunidad de saber la arquitectura del lugar, los recorridos de los guardias, así como descartar varios sitios difíciles.
Prometió fervientemente el pobre ladrón, al saber la horrible tortura que le esperaba a mano de su señor, si no cumplía las expectativas
—No quiero excusas, quiero resultados.
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La tirana y el inadaptado
Fantasyla futura marquesa es enjuiciada injustamente por su prometido el príncipe e iba ser sentenciada a una vida de esclavitud si no fuera por un joven noble tímido que pidió clemencia, la cual como giro del destino aceptaron su clemencia enviándolo...