¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de aquella charla con Ms Samsan y que le comentase a mis padres acerca de mi "salud mental" nos encontrábamos los cuatro en el coche.
Yo era muy pequeño para entenderlo.
Pero lo que aquella mujer les había dicho a mis padres era que debía ir a un psiquiátrico por un tiempo.
-¿Qué es un psiquiátrico, San?
-Es un lugar en el que la gente que está loca vive por un tiempo. Es como un hotel en el que te obligan a comerte pastillas, inyecciones y a escuchar a locos.
-Pero yo no estoy loco.
-Ya, pero los adultos te quieren separar de mí, pero no te preocupes, nunca me iré.
-Cariño, ¿estás hablando con San? -preguntó Seonie con miedo.
-¡Sí! Le he preguntado que es psiquiátrico, pero yo no tengo que ir ahí, yo no estoy loco. -sonrió con inocencia Wooyoung.
-¿Dónde está San?
Los padres de Wooyoung decidieron tomar el tema con calma, hasta que buscaran un buen lugar en el que se hospedara su hijo, ya que mientras lo buscaban, él estaría hablando con Samsan, la psicóloga.
-Está sentado a mi lado.
Seonie tragó saliva.
-¿Puedo hablar con él?
-Si ella quiere.-respondió sin ganas San.
-Dice que vale.-volvió a sonreír Wooyoung.
-¿Por qué estás aquí?
-Cuando mueres, tienes dos opciones, ir al cielo a descansar o quedarte en la tierra hasta que puedas cumplir el objetivo que querías vivir mientras estabas vivo.—respondió San.
Wooyoung volvió a repetir las palabras de San, para que así su madre supiera lo que le estaba respondiendo San.
-Interesante. ¿Cuál es tu objetivo?
La risa de San comenzó a penetrar los oídos de Wooyoung.
-Eso nunca se lo debes preguntar a un fantasma.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Sehun, ¿por qué tiene que ser un niño? -preguntaba Seonie frustrada por el género de su progenitor.
-Dejemos el tema, yo debo de ir a trabajar, llegaré en la tarde. Tan solo no hablemos más del tema.-respondió y depositó un beso en su mejilla.
Recogió su maleta de trabajo y se dirigió a la puerta, que abrió y próximamente se despidió con la mano.
-Deberías de haber nacido niña y créeme, me da igual que seas un chico. Vestirás de chica y te obligaré a actuar como una.-hablaba Seonie hacia el bebé que llevaba cargando desde hace ocho meses atrás.
La mujer se levantó y se dirigió al garaje.
Se montó en el coche y emprendió un viaje hacia el centro comercial de la ciudad.
[...]
Seonie comenzó a dejar toda la ropa que había comprado para su bebé en el maletero.
Un bebé no deseado por ambos y que deseaban que fuera una niña.
Ellos no querían un niño, querían una niña que vestir con vestidos, maquillar y peinar con trenzas y coletas.
Una vez terminó la tarea de acomodar las cosas en el maletero, se dirigió a la puerta delantera del coche, que abrió y se montó.
Emprendió viaje hacia su hogar.
Pero...
Cómo te estás esperando.
El coche nunca llegó y San nunca nació.
Un hombre hablaba por teléfono mientras conducía, no se dio cuenta del semáforo en rojo y pasó a toda velocidad.
Seonie se desmayó y el golpe fue en su estómago, dónde su bebé perdió la vida.
Pasó un año desde el accidente y San veía a sus padres hablando.
-Si te soy sincera, me alegra haber perdido al niño.-habló Seonie mientras ponía la comida en la nevera.
-El próximo me gustaría que fuese un niño.- dijo Sehun con un semblante serio.
-De acuerdo.-sonrió Seonie.
San apretó sus puños y comenzó a sentir envidia del bebé que estaban planeando.
¿Por qué querían ahora un niño y antes no?
¿Qué iba a tener él que le hacía diferente?
—Te vas a enterar, niño. Me perteneces.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
