Capitulo 11

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Punto de vista de Samantha.

Me levanté a eso de las nueve de la mañana y abrí mi armario para vestirme. Cogí una camiseta roja y unos pantalones negros, me agarré el pelo en una coleta y salí de casa hacía la de Gia, pues ayer no nos vimos en todo el día y tengo ganas de verla.

Al llegar a la casa de los Morgan Peterson, la puerta me la abrió Gia medio dormida, no lo podía creer le repetí mil veces anoche que hoy quedaríamos.

- Ay lo siento. Olvidé que habíamos quedado- yo suspiro y ella se hace un lado para que pase. - pasa, me ducho y nos vamos.

Asiento mientras Gia se aleja por las escaleras y voy hacia la cocina donde está la señora preparando algo de desayunar.

- Hola - digo cuando llego a su lado.

- Hola Cariño - me dice sonriente. - ¿Quieres algo de desayunar?

- No, gracias. No tengo hambre - le devuelvo la sonrisa y ella sigue cocinando y mi mente viaja hasta Alex, me pregunto si seguirá durmiendo o en cualquier momento puede aparecer bajando las escaleras. El teléfono suena y Lila deja de cocinar para coger el teléfono.

- Debe ser Alex - dice yendo por el teléfono- este chico está cogiendo la costumbre de no dormir aquí. - Agacho la cabeza y siento como un pequeño punzón en el pecho al saber que no durmió anoche aquí y que quizás pasó la noche con Hayley. - ¿Pero está bien?

El tono de preocupación de la señora me preocupó a mí, ella cortó el teléfono y su cara era de preocupación.

-¡Gia! - chilló - ¡Gianna! - la rubia enseguida bajó al salón totalmente vestida y terminada para nuestra quedada.

- ¿Que pasó mamá? - dice la chica.

- Tú hermano que está en el hospital porque ha tenido un accidente por conducir borracho y la policía lo quiere detener por desorden público - conforme las palabras de la mamá de Alex salían más alucinaba yo.

- ¿y qué hacemos aquí? Vamos a por el - dice Gia.

- ¿Puedo ir? - ambas me miran y asienten y salgo con ellas hacia el coche de la mamá de Alex y nos dirigimos al hospital. No podía evitar sentirme culpable, y no tenía ni idea de por qué. Al llegar las tres bajamos y entramos al hospital.

- Señorita venimos por Alexandro Morgan Peterson. - la recepcionista del hospital miró en el ordenador y nos dio la información de donde se encontraba el cuarto de Alex. Nicholas, Jairo , Jasón y Pablo estaban ahí. - ya podéis contarme los cuatro que ha pasado.

- Alex ya tuvo problemas en el Green y tiene la entrada vetada pero anoche decidió volver a ir pero tenemos contactos allí y nos avisaron de que Alex había llegado borracho y enloqueció al llegar allí - contaba Nick mirándome.

- Voy a pesar a verle - dijo Lili y yo me senté al lado de Nick.

- ¿fue a verte ayer? - me dice Gia.

- Si, pero no imaginé que haría eso.

- Pasa que no te das cuenta que Alex está loco por ti - dice Pablo y yo bufo.

- No empieces Pablo. - le digo.

- Te cierras en banda - yo ruedo los ojos.

- Cada vez que le rechazas pierde los papeles como si hubiera perdido alguna parte de su alma. - dice Jairo.- y yo solo lo veía así en secundaria cuando le gustabas.

- Si el juego era, el que se enamora pierde, para mí que habéis perdido los dos - salta el de pelo rubio teñido.

- Dejad el tema ya. - dice Gianna al verme la cara de desagrado. Estaba claro que yo no tenía nada claro de lo que sentía por Alex, pero el juego ya no se llevaba a cabo y no sabía que era lo que más extrañaba, si las noches de pasión que compartíamos o estar con él. Quería entrar a verle pero tampoco sabía qué hacer o como reaccionaría solo quería asegurarme de que estaba bien. Lili salió del cuarto asegurándonos a todos que él estaba bien y se fue a hablar con el médico.

- Vamos pasa. Tenéis mucho de que hablar - me dice Ariadna sentándose a mi lado.

- no tanto dado que soy la causante de esto. - le digo con la mirada fija al suelo.

- El culpable es Alex, por enloquecer cuando le rechazas en vez de asumirlo. - me dice suspirando. - Ha de entender que no siempre puede tener todo lo que quiere y que has tomado tu decisión.

- Es que en realidad no sé ni qué decisión tomé. Solo terminé el juego - apoyo mis codos sobre mis rodillas - pero la verdad siento que lo extraño.

- Ay amiga mía. Te gusta - yo bufo negando.

- no me gusta. Te enamoras de alguien cuando compartes momentos inolvidables a su lado y no solo la cama. - repito.

- No, te enamoras de alguien cuando no quieres que nada malo le pase, cuando el simple contacto visual te hace erizarte la piel y cuando te das cuenta que su sonrisa te causa la tuya. - entonces ya me di cuenta de que ya no hablábamos de mi, sino de ella.

- ¿sientes eso con Jairo? - le digo. Y ella mira al mexicano.

- Si.

- Deberías hablar con él, está claro que él también siente.

- Y tú deberías hablar con Alex. Y entonces yo hablaré con Jairo, te lo prometo. - señaló la puerta del ojiverde. Yo me levanté de mi asiento y me dirigí hacia la puerta azul Marino que había me paré frente a ella y suspiré sintiendo como mi corazón aumentaba por segundo. Coloque mi mano sobre el mango de la puerta y lo giré suavemente para abrirla. Una vez en el interior la cerré tras mi clavando la mirada en el chico que dormía sobre la camilla.

Me acerqué lentamente hasta él y le contemplé durante unos segundos, se veía tan lindo así que no pude evitar sonreír. Pasé mi mano por su cabello negro y suave y sus ojos se abrieron con dificultad rápidamente quité la mano.

- Lo... lo siento - me disculpo y él sonríe.

- No, tranquila está bien. - le devuelvo la sonrisa.

- ¿cómo estás? - le digo mientras él se reincorpora un poco haciendo una mueca de dolor.

- Mejor de lo que merezco la verdad. - ambos reímos. - Ay. No puedo reírme, duele.

- tranquilo no te rías - le toco el hombro y él me mira con ternura a la vez que me siento a su lado de la cama y rodea con su brazo mi cintura y me hace mirarle.

- extrañaba tenerte cerca. - Miré fijamente sus ojos verdes y no pude evitar que ciertas mariposas se movieran dentro de mí como si quisieran parar el tiempo y que este momento junto a él durara toda la vida.

- Alex tenemos mucho de que hablar - su mano viaja hasta mi mejilla y me acaricia haciendo que mi piel se erice - como por ejemplo que enloquezcas cada vez que estamos mal.

- Shhh - pone su dedo sobre mis labios. - tenemos que hablar de una infinidad de cosas pero no ahora. - Sus ojos se fijan en mis labios y veo que muerde el suyo inferior mientras se acerca hacía mi y los pega junto a los míos y se mueve al compás, al segundo nuestras lenguas se encuentran y siento la acidez electrizante de la saliva del beso. Nos separamos por falta de aire. - Necesitaba un poco de eso. - Nuestras frentes se unen mientras sigue acariciando mis mejillas. De repente la puerta se abre de golpe y ambos nos giramos a mirar a una chica de morena de vestido rojo.

- Alex mi amor - se acerca a él por el lado que yo estaba. Comencé a sentirme incómoda y me separé de Alex dirigiéndome hacia la puerta.

- Hayley suéltame por favor - dice el cubano mientras yo me dispongo a salir. - Sam yo... no tienes que irte.

- No importa tranquilo. Disfruta con ella - la rabia en mis palabras era evidente y Antes de que él emitiera palabra salí de la habitación enfadada.

- Lo siento Hayley se coló- me dice Jason.

- No es tu culpa Jasón. Alex está mejor con ella - pongo mi mano en su hombro y me voy hacia la salida del hospital donde veo a Ariadna y Jairo hablando y sonrío, ella cumplió su promesa.

El Que Se Enamora Pierde [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora