Una decisión cambio su vida por completo.
Después de su viaje al pasado, Young Mi tendrá que retomar su vida.
Pero nada volverá a ser igual, tendrá que vivir recordando Goryeo y el amor que dejó ahí.
¿Podrá ser feliz, como lo fue en el pasado? ¿Yo...
La boda fue aplazada unas semanas más, para que así se pudiera recuperar Young Mi. Toda la familia estaba emocionada con la llegada de un nuevo miembro a la familia.
En el caso de Yeon Hwa, su sentencia solo fue a estar bajo arresto domiciliario, con la condición de acudir por ayuda profesional. A pesar de que So insistiera en que recibiera un castigo mayor, Young Mi decidió no presentar cargos.
Flashback:
—Así que has venido a restregarme tu felicidad —decía Yeon Hwa mirando a Young Mi.
—Deberías cambiar, Yeon Hwa. Afortunadamente, no hubo nada que lamentar. Solo vengo a decirte que deseo que encuentres paz —Young Mi deseaba que ese destino enredado se terminara.
—¿Paz? Dudo que mi alma la encuentre algún día. Jamás pude ser lo que yo quise, ni logré nada para mi familia. Así que tendré que ser miserable incluso en mi próxima vida —Yeon Hwa sonreía sin sentirlo.
—Todos merecemos y podemos ser felices, mientras no lo hagamos a costa de los demás o lastimemos a alguien. Aún estás a tiempo de que tu destino sea diferente.
—¿Te vengaras igual que hiciste en Goryeo? —Yeon Hwa esperaba que así lo hiciera Young Mi.
—No lo haré. Admito que la rabia me cegó y el rencor se instaló en mi corazón. Pero esa no es la solución —Young Mi no iba a repetir la historia— La Concubina Oh me dio un consejo aquella vez, que viviera mi vida y olvidara el daño que me habían he hecho. El rencor, solo iba a dañar mi alma. Ahora entiendo sus palabras, y también deseo lo mismo para ti.
Young Mi se fue sin esperar la respuesta de Yeon Hwa, esperaba no volverse a encontrar con ella. Las cosas habían tomado ese rumbo, pero aún podían cambiar.
Fin flashback.
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Al verse al espejo, Young Mi recordó su boda en Goryeo. Nunca imagino encontrar a la persona que amaría por siempre en un personaje que solo había leído en libros. Ahora se casaba con un hombre que tenía la esencia de el Cuarto Príncipe, pero que cada vez que lo conocía más se enamoraba.
Los recuerdos se hicieron presentes, como había llegado a Goryeo, y todo lo que enfrentó para sobrevivir. No se arrepentía haber salvado a aquella desconocida en el parque, eso la llevó a encontrarse con su destino. Cambio su vida e hizo que tuviera la familia que siempre soñó.
No creía en los cuentos de hadas, sabía que el felices para siempre era algo que cada quien podía crear día a día. Pero eso lo iba a lograr con el hombre que amaba y con quien empezaban una familia.
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—¿Te gusta? —So llevaba de la mano a Young Mi para una sorpresa que el había preparado.
Era su luna de miel y ambos iban a disfrutar de ese momento. Lagrimas corrían en las mejillas de Young Mi.
—¡Es hermoso! —exclamó Young Mi al ver la habitación decorada y al centro una mesa para dos con algunos platillos, un poco de vino y velas.
—Creo que se parece un poco a Goryeo —dijo So.
—Un poco, aunque esto es mejor —Young Mi le dio un casto beso en los labios a So— Lo que importa es que estamos tu y yo.
Ambos se besaron, disfrutando de la noche, tenían toda una vida por delante. Se amarian por toda la eternidad, superando juntos cualquier prueba que se les interpusiera.
Juntos demostraron que ni siquiera la muerte los iba a separar. Su amor cada momento, cada día, se haría más fuerte.
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Incluso si quisiera irme lejos, los recuerdos que nos atan me lo impiden
Incluso si no estamos en el mismo lugar, es difícil olvidarte.
Está bien, incluso si llegas tarde, Si es cosa del destino, Nos encontraremos de nuevo
(Forgetting You / Davichi)
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