Una decisión cambio su vida por completo.
Después de su viaje al pasado, Young Mi tendrá que retomar su vida.
Pero nada volverá a ser igual, tendrá que vivir recordando Goryeo y el amor que dejó ahí.
¿Podrá ser feliz, como lo fue en el pasado? ¿Yo...
—Padre no me niegues esta petición, amo a ese hombre y quiero estar con el —mi padre suspiro y me dirigió una mirada inquisitiva.
—Entonces supongo que estuviste con el esa noche —mi cara se sentía caliente, no me sentía cómoda revelando tal cosa y menos a mi padre— Por tu reacción veo que si, no estoy contento con todo esto Young Mi...
—Padre yo...
—Sin embargo, creo que esto es mejor, a que estés comprometida con el hijo mayor de Madame Lee —sonreí agradecida— Pero, esto no significa que apruebe tu comportamiento. Si ese joven te ama, deberá presentarse apropiadamente ante la familia.
Asenti con una sonrisa, sabia que mi papá no tan fácil aceptaba una decisión, pero tampoco iba a preguntar. Me despedí de mi padre y salí de ahí, tenía que hablar con So.
—¡Noona! —sentí un fuerte abrazo— Que bueno que hayas venido, te extraño —Eun me soltó y me volvió a abrazar, yo lo rodee con mis brazos.
Eun no dejaba de ser ese chico tan lindo y transparente. Los recuerdos me atacaron y una lágrima se escapó de mis ojos. Hubiera sido terrible si no lo hubiéramos salvado a él y Soon Deok de una muerte tan cruel.
—Aigoo, mi Eun-ee, yo también te extrañé. Vendré más seguido, ¿de acuerdo? —Eun asintió— A propósito, ¿cuándo le dirás a Soon Deok que sea tu novia, eh?
—¡Noona! No digas esas cosas... yo... —Eun parecía un tomate rojo— Esa chica... ella —solo me limite a sonreír, sabia que en el fondo el quería a Soon Deok— Ella... es solo que...
—Eun-ee, solo dile lo que sientes —palmee su cabeza— No pienses demasiado las cosas, solo deja que tu corazón hable, ¿ok?
—Pero Noona...
—Invítala a la casa para el sábado, y no dudes en decirle como te sientes —Eun abría la boca sin decir nada— Me voy, saludame a Soon Deok.
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Después de hablar un momento con mi mamá, le llamé a So. Necesitaba dejar en claro el tema y lo que se iba a venir cuando diéramos a conocer el compromiso. Llegue a su departamento, So vestía una musculosa gris, con unos pantalones deportivos, se veía tan atractivo aún con esa clase de ropa, suspire al decirme que todo era real.
—Se que quieres mirarme todo el dia, pero es mejor que entres —me dijo con esa sonrisa de galán.
—Que presumido eres So —dije fingiendo indignación, mientras pasaba y golpeaba ligeramente su brazo.
—¿Quieres tomar algo? —dijo So dirigiéndose hacia la cocina.
—Solo agua, por favor —me senté en el sofá y me vinieron recuerdos de hace unas noches.
—Ten —me extendió un vaso con agua y se senté a mi lado— Me alegro que hallas llamado, también necesito hablar contigo.
—¿De que querías hablar? —pregunte dejando el vaso en la mesita de centro.
