Yoongi

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BITÁCORA DE J. HOSEOK

Agosto

Necesito salir de este lugar.

°•=•°

Yoongi cerró las tapas del cuaderno y lo dejó sobre la cesta de donde lo había tomado.

Había querido ver qué era lo que Hoseok escribía todas las noches, pero al tomar el cuaderno, la página que se abrió fue la última, con esas simples palabras, y Yoongi no quiso leer más.

Necesito salir de este lugar

Hacía una semana que Hoseok ignoraba a Yoongi, incluso cuando salían los dos, Tata y Jimin por provisiones: lo hacía de una forma tan sutil que Jimin nunca sospechaba nada, así que Yoongi pasaba el día triste y desanimado.

¿Qué es lo que había hecho Yoongi para que Hoseok ya no lo quisiera?

Jimin se lo dijo, dos días después, cuando finalmente notó que estaba triste.

—¡Los humanos son malos! —vociferó, molesto. Siempre se enojaba cuando estaba preocupado—¡Los humanos son sucios! Harían cualquier cosa con tal de sentirse bien, sin importar que aquello lastime a otro humano.

Yoongi se mordió la curva del labio inferior, pensativo.

—¿Como cuando me persiguen tus animales o te doy a beber veneno?

Jimin se ruborizó como manzana, frunció más el ceño.

—Eso es diferente —aseguró, aunque no parecía muy seguro—. Nosotros somos resistentes.

—¿Pero el sentimiento no es el mismo…?

—¡Ah, deja de defenderlo! —zanjó Jimin, tan molesto que sin querer pisó la cola al zorrillo al que estaba liberando de bolitas de plantas espinosas, y éste los roció a ambos instintivamente.

• • •

Jimin le había dicho hasta el cansancio que Hoseok era malo, y que las cosas que había hecho con él eran la más grande prueba del egoísmo humano. Jimin le contó a Yoongi que los humanos se apareaban de forma tal que no necesariamente engendraban, y que la sensación física para ellos era tan intensa que dejaban de pensar, y entonces llegaban a engañar, a obligar y a forzar a otros humanos con tal de obtener aquella sensación física.

Jimin le había dicho a Yoongi que Hoseok era perfectamente consciente de que las hadas no sentían ningún placer físico porque no habían sido creadas para reproducirse como los animales, y aún así, había hecho a Yoongi participar en esos rituales de apareamiento humano.

Yoongi se lo contaba todo a Jimin, pero se arrepentía ahora un poco, porque Jimin lo miraba con tristeza a él e ignoraba a Hoseok.

Hoseok parecía preferir la soledad, de todos modos.

Pero si Hoseok era tan malo, Yoongi no entendía cómo es que salía cada día al bosque y era… Precioso.

Desenredaba los tallos de las plantas en crecimiento, les removía la tierra, humedecía sus raíces, cortaba sus hojas secas y las salpicaba con gotitas plateadas; había dejado de cazar, porque ahora salía a acariciar a los conejos y a hablar una o dos cosas con las ardillas. …Eso era extraño, pero Yoongi se lo atribuyó a su soledad misma.

Bitácora de J. HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora