Habían pasado ya un par de semanas.
Raph salió de la alcantarilla justo debajo de la ventana de Kathe. Se escuchaban los gritos desde el subsuelo.
—¡Llevamos dos meses de retraso por tu culpa, este es en tercer aviso que me da el casero!
—¡El que tiene que pagar eres tú!
—¡Tú también vives aquí!
—¡Se supone que eres tú el que me tiene que mantener!
—¡Ya eres mayorcita para pagarte la vida!
—¡Si pudiera pagarme la vida no tendría que verte la cara!
—¡Si trabajaras a jornada completa no tendríamos estos problemas!
—¡Si no te fundieras el sueldo en salir de noche yo no tendría que trabajar, para empezar!
—Sí, claro ¡Y amargarme por no poder divertirme!
—¡¿Y tú te crees que yo me divierto entre trabajar y estudiar?!
—¿Estudiar? ¡Tú no estudias! ¡Eres imbécil y sus notas son una mierda!
—¿Imbécil yo? ¡Si no hubieras vendido la puñetera batería podría ganar dinero e irme de este infierno de casa!
—¡Ese cacharro solo era una distracción! ¡Además, no eres tan buena, no habrías llegado a ninguna parte! —Kathe apareció en la puerta de su habitación, roja de la ira.
—¡Ese cacharro era lo que más quería en este mundo y lo vendiste por doscientos dólares a mis espaldas solo para trasnochar!
—¡Y fue una gran inversión! —Kathe cerró de un golpe que hizo temblar la ventana. Luego apoyó la frente en la puerta mientras intentaba calmarse. Raph vio cómo sus hombros temblaban, y su mano sujetaba el pomo con fuerza, los nudillos blancos.
Después de unas cuantas respiraciones profundas, la chica se irguió y echó el pestillo de la habitación. Solo entonces Raph se atrevió a llamar al cristal. Kathe se volvió y se frotó los ojos por debajo de las gafas al verlo, luego abrió la ventana.
—¿Va todo bien?
—No, pero nunca va bien, no te preocupes —sonrió ella. A Raph no le convenció ese gesto, pero unos golpes en la puerta no le dejaron decir nada.
—¡Katherine! —el hombre intentó abrir la puerta y, al no poder, volvió a llamar más fuerte. Kathe miró a Raph, nerviosa.
—Vámonos ya, por favor. —Kathe salió del cuarto y cerró la ventana. Raph saltó al siguiente piso y le tendió una mano a la chica para tirar de ella hacia arriba.
Cuando estuvieron en el tejado, Kathe inspiró profundamente. La semana anterior se habían trasladado al tejado de ese mismo edificio, pues era más alto y no se arriesgaban a que alguien los viese. También era el lugar en el que Kathe se escondía cuando el mundo se hacía demasiado pesado. Tenía ahí una pequeña tienda de campaña con mantas y un saco de dormir.
—¿Hoy son treinta? —preguntó.
—Si eres capaz.
Katherine empezó siguiendo las indicaciones de Raph. Esta vez no se quejó de nada. Estaba demasiado alterada para seguir discutiendo y solo quería desahogarse. Raph, por su parte, daba indicaciones como siempre, pero le preocupaba el hecho de que todavía no habían discutido ni una sola vez. Subió al bordillo y le dijo a Kathe que hiciera lo mismo.
—Los puños delante de la cara, para proteger. Retrasa la pierna derecha y flexiona la izquierda. Debes cambiar la posición cada vez que des un paso. A cada uno me das un puñetazo. Cada tres, dame una patada con la pierna que tienes atrás. —Katherine asintió, pero siguió sin decir nada. A cada paso que daba Katherine, Raph daba uno hacia atrás, hasta que llegaron al final—. Ahora te voy a atacar, para esquivarme debes moverte como lo estaba haciendo yo.
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Lies (Mentiras) [TMNT 2012]
FanfictionMi nombre es Katherine, o Kathe, me da igual. Y tengo un secreto: soy una mentirosa. Y también un problema: tengo muy mala memoria. De manera que guardo todas mis mentiras en un cuaderno. Cada vez que conozco a alguien, escribo su nombre en una pági...