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✽。fluff | fantasía | 926 p.
✽。Una pequeña fresa se despierta en un mundo de papel. Creyendo estar rodeado de soledad, su asombro es grande cuando descubre que el gran árbol en el que cuelga posee vida como él.

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Árboles y plantas de papel hechos cuidadosa y laboriosamente aguardan en una habitación refrescante y cálida, donde los rayos solares entran por los ventanales a pesar de que, al no ser seres vivos como tal, las plantas y flores no lo necesiten.

Es entonces cuando, en la copa de un arbolito, los pequeñísimos ojos de un ser se abren al mundo por primera vez al darse cuenta de que está por fin crecidito. Él tiene tantas ganas de hincarse el diente en un costado puesto que ha nacido como una frutilla, pero comerse a sí mismo es totalmente extraño e inmoral. En cambio, prefiere observar el magnífico mundo a su alrededor, todo hecho de papel en la habitación que por un momento le hace creer que él también es de ese material, pero no, su fragancia a fresa es demasiado natural.

Todos y cada uno de los árboles y demás plantas pequeñas están hechas de papel, desde las rosas hasta las margaritas y los girasoles, desde el bonsái hasta los cedros y naranjos; tan pequeños y nacientes que caben todavía en una maceta. No obstante, Baekhyun es una frutilla real, tan real que incluso a sí mismo se quiere comer.

Mira el tallo delgado que sobresale de su cabecita rosácea, el que a su vez se sostiene de una ramita de papel pintada de marrón que está unida a un cerezo de unos setenta centímetros de altura. Un árbol enorme, el más grande de todos. De papel, sin embargo. Baekhyun suspira, había pensado que el árbol de donde pendía era el único ser vivo.

Tal parece que no.

Aunque, nadie sabe.

Mirando un poco más hacia abajo, allí donde la tierra de papel rellena la maceta del cerezo, Baekhyun distingue algo maravilloso.

Hay pequeñas y delgadas raíces. Desde su posición en las alturas mientras cuelga de una ramita Baekhyun reconoce la genuina vitalidad de esas raíces. ¡Son verdaderas, en verdad de un ser vivo! No es papel ni que nada. Y, curiosamente, se anclan al cerezo de papel pintado de rosa con esmero.

Sus ojos parpadean en confusión y se anima a hablarle a ese árbol por primera vez, expectante de una gloriosa voz.

—¿Me oyes? ¿C-cuál es tu nombre?

Por unos segundos todo permanece en silencio y calma, con tenues brisas de una tarde de marzo apoderándose del interior de la verde habitación. Baekhyun estaba a punto de creer que pasaría el resto de su vida en soledad, sin nadie con quien conversar o a quien amar, hasta que finalmente el magnánimo ser vivo hace acto de presencia mediante su voz. Las raíces le hablan a Baekhyun, así como también lo hace su estructura hecha de papel y, sobre todo, el interno y etéreo corazón.

—Park Chanyeol. Un gusto, pequeño.

Baekhyun percibe que aquel ser le sonríe. ¿Qué cómo puede saberlo? Cuelga de una de sus ramitas, así de simple: sencillamente puede sentirlo.

—¡H-Hola! Me llamo Baekhyun. ¡Oh, Chan Chan! Pensé que todo por aquí estaría siempre solo. ¿Cómo es que tú...?

Por fortuna, ante su imprudente y emocionada voz, Chanyeol no le reprocha y, por el contrario, envía una caricia tibia a su cabeza.

—¿Siéndote sincero, Baekhyun? Ni yo lo sé, pero desde que empezaste a florecer como sobre mí, me he sentido más vivo cada vez.

—Ya veo.

Baekhyun sonríe mostrando los dientes y se balancea para jugar un rato, teniendo la punta de la lengua de fuera, pensando en la paz que no había percibido una vez abiertos los ojos, hasta que Chanyeol habló y se presentó a él.

—¿Serás tú mi compañía, Chan?

Su tono de voz es quedo, palpando lo anhelante, mientras deja de balancearse, entonces se muerde los dedos y los saborea un poco sin pensarlo. Chanyeol procede a acercar sus botones de cerezo con tal de hacerle cosquillas en las enrojecidas mejillas a Baekhyun.

—Me robaste la pregunta, pequeño —Y se carcajea. «¡Pero qué lindo sonido!». Hace burbujear el interior de Baekhyun. No pudo haber tenido más suerte al encontrarlo, al hacerlo vivir, al empezar a enamorarse de su sola voz y su dulce canto.

Un canto que inicia desde entonces todos los días. Un canto de voz gruesa y melodías suaves. Un canto al que se le une Baekhyun poco después al reconocer que su voz es igual de bella como la de él, un canto que no deja de acoplarse una y otra vez entre tibios abrazos y risas a voces potentes.

Todo el mundo allí podrá ser de papel y simular la vida. Pero en los adentros de Baekhyun creció una semillita distintiva a la que se le atribuye la palabra amor. Nadie conocía su esencia o su forma o su sonido o su textura. ¿Se come, se lame, se escucha, se toca, se espera, se anhela? Nadie conocía la respuesta, hasta que la frutilla, antes de nacer, deseó no estar solo, deseó compartir, deseó construir momentos y recuerdos, deseó por siempre vivir. E incluso si las raíces se secan, si las flores se caen, si acaso la tormenta los destruye una vez que llega o su tiempo de vida se contrae, ellos a la tierra se integrarán y a lo mejor en forma de dos pequeñas mariposas habrán de coincidir, o acaso en un par de estrellas lejanas de la Tierra pero tan cercanas entre sí, o quizá retomen la forma de un par de personas. No se sabe. Pero que en todas y cada una de las vidas todo se haga con amor, así de sencillo lo predican Baekhyun y Chanyeol.

 Pero que en todas y cada una de las vidas todo se haga con amor, así de sencillo lo predican Baekhyun y Chanyeol

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¿Así o más cursi?

sweet heart, you look a little tired ; chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora