Pocos días habían pasado desde su primer "encuentro" y Tomás y Zahira ya se habían vuelto mejores amigos.
Después de un rato, la niña no le pareció tan "agrandada" sino lo opuesto, era bastante buena onda.
Tomás descubrió que les gustaba la misma música y ambos adoraban leer libros reales. Zahira no tenía tantos como él, pero el niño le dijo que si alguna vez se veían en persona le iba a regalar algunos que ya se había aprendido de memoria.
Lo lindo de ser pequeño es que los sueños están a la orden del día y estos mantienen viva la esperanza. Así, Tomy y Zahi, soñaban juntos con un mundo de "posibilidades", de encuentros, de compartir actividades juntos, como la de ir a la plaza.
Él había determinado revelarle a su amiga el "lugar secreto" donde estaba la nave espacial del parque, ubicada justo detrás de dos araucarias. No siempre se podía ver entera, pero cuando había tormenta y el viento agitaba las copas con furia, el milagro ocurría.
—¡Qué lindo sería poder vivir en el espacio! Ahí seguro no está el virus—
dijo Tomás, anhelante.—¿Pero en qué planeta? Ninguno es habitable —observó Zahira.
—No digo en un planeta, sino en una nave espacial.
—Ahhh...Pero seguiríamos encerrados—determinó la niña y, como siempre, tenía razón.
Igual jugaron, cada uno desde su lado de la pared, a ser astronautas y vivir en el espacio. Tomás era el capitán de la nave espacial (a veces).
—¿Con quién hablas Tomy? —había preguntado un día su mamá.
—Con...una compañera de clase, estamos en videollamada —respondió, astuto.
—Bueno, no te distraigas tanto y ponete a hacer la tarea que en un rato cenamos-indicó, desde el pasillo.
Menos mal que no se le había ocurrido entrar. Aunque Tomás, por las dudas, ya tenía la Tablet en las manos.
En un momento, le había preguntado a su amiga si quería hablar con él por videollamada, así de paso la veía. Pero Zahira se negó. Le dijo que tendrían que esperar a poder salir para verse, porque quería conocerlo en persona, así sería más "especial".
Aquello intensificó la curiosidad del niño, y provocó que sus cachetes se pusieran más colorados que de costumbre.
—¿Esa voz era la de tu mamá?—indagó Zahi.
—Obvio, ¿de quién más va a ser?—Tomás le había contado que era hijo único.
—No sé...yo no tengo mamá—reveló la niña.
Tomy sintió que le crujieron las tripas.
—Nunca me dijiste...
—Vos no preguntaste...
—¡A veces te pregunto cosas y no me respondes! —rezongó él—. ¿Y qué le pasó a tu mamá?
—Se enfermó y falleció...
Recordó que sus papás le habían contado que ellos también habían perdido a muchos de sus seres amados a causa de la enfermedad. Tomy no tenía abuelos.
—Por el vi...
—Sí. Fue hace mucho igual. Estaba en el hospital internada porque había nacido mi hermanito y pasó. Por suerte Tizy no se contagió.
Tiziano, "Tizy", tenía seis años. No compartía cuarto con su hermana, pero a veces se escabullía en su pieza y hablaban a través del hueco de la pared. A Tomás le parecía un niño muy simpático e inteligente (también le encantaba el fútbol y las aventuras interestelares como a él). Por eso, le había regalado una pequeña nave espacial de colección que logró pasar por el "agujero negro" -la abertura- y llegar a la otra "dimensión" -la habitación de Zahi-.
—Es triste lo que le pasó a tu mamá—comentó Tomy. Le hubiera gustado agregar que "estaba en el cielo con los ángeles y que la cuidaba desde ahí siempre", pero no sabía si Zahira era creyente y, por ahí, se enojaba—. Ahora está en paz, en las estrellas—
dijo, en cambio.—Sí, es cierto —acordó, para su sorpresa—. Por eso me gusta verlas...
—Seguro está en el Lucero, porque es la más brillante —aseveró él—. Si querés en nuestro próximo viaje al espacio podemos ir a verla.
Por un rato solo se oyó el silencio. Tomy pensó que su amiga se había ido, tal vez se había disgustado por algo, hasta que oyó el eco de un llanto.
Entonces se sintió raro. Por un lado angustiado por Zahira, por su pérdida y, por el otro lado, afortunado porque él tenía a ambos padres con vida.
Se prometió que desde ahora en adelante, cuando jugaran a los viajes interestelares, ella siempre sería la capitana de la nave.
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Confinados
Short StoryTomás es un niño que solo conoce el mundo exterior a través de una ventana. El panorama puede llegar a ser hermoso, pero también letal. Una amenaza invisible lo obliga a permanecer confinado en su hogar y a mantener "contacto" social de forma virtu...