Capítulo 1

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1908

"El calor de la tarde cubría a ambos y la luz del sol hacía ver sus ojos de un color miel que ella amaba.  Él se acercó a ella, lo suficiente para apreciar los pequeños detalles de su rostro, la tomo entres sus manos y la besó. Y sin darse cuenta, sin esperarlo, ambos se habían enamorado."

-Te juro que voy a quemar ese libro. - dijo Frédéric a mi lado. - Vamos, Odette, es verano, los libros se quedaron en el colegio y la diversión está aquí afuera. 

Separé mi vista del libro unos instantes, Frédéric me estaba viendo fijamente mientras me ofrecía su mano para irnos de la sombra del viejo árbol en la colina e ir con los demás niños. Lo miré por unos instantes y finamente sonreí y le contesté.

 -Prefiero leer - y así volví a adentrarme a mi libro, pero no por mucho...

-Odette...Odette...¡Odette!- repetía Frédéric mientras me empujaba ligeramente.

-¿Qué?-

-Por favor- hizo un puchero que logró que finalmente cerrara mi libro.

-Eres un bebé llorón- dije mientras me levantaba y sacudía mi vestido.

 -No soy un bebé, ya tengo 12 años- cruzó sus brazos y elevó la barbilla y no pude evitar reír.

-Claro que sí- sólo es 5 meses mayor que yo, pero soy más alta que él.

-Claro que no- se acercó más a mí.

-Claro que sí- reí levemente mientras él se subía a una roca para superar mi altura.

-Claro que no- dijo triunfante.

El tenerlo cerca me producía una clase de nervios en el estómago, él sonrió y yo le respondí de la misma manera. 

-Oigan, ¿vienen?- gritó un niño desde abajo de la colina, era un compañero de clases del colegio de Frédéric . Mi amigo respondió que sí por ambos y tomó mi mano para correr colina abajo.

El atardecer fue hermoso, después de ir a la piscina con los demás niños, regresamos a la colina a disfrutar de los últimos rayos del sol. Yo estaba tratando de secar mi cabello, mientras él trataba de peinar el suyo, el sol hacía que su cabello castaño, aún mojado por el agua, se viera más claro, mientras el mío se seguía viendo negro.

-Tienes que admitir que te la pasaste bien.- sentí su mirada, pero no voltee a verlo.

-Meh- respondí con una sonrisa, a lo que él rió.

-Sabes que tus tardes son mejores por mí- la sonrisa permaneció en sus labios. Ahora yo reí.

-No, tus tardes son mejores por mí- bromee, pero él no reaccionó.

Me miró, aún con una sonrisa en los labios y se acercó a mí hasta que logró robarme un beso. Fue algo fugaz, como un parpadear, pero logró que los nervios y el cosquilleo se apoderada de mi cuerpo. Él tenía una sonrisa muy grande y nerviosa, mientras que el color rojo estaba sobre mi cara. 

-Te veo mañana- tomo mi mano y la rozó con su pulgar, para luego correr colina abajo y perderse entre las calles.

Me tiré en el césped, aún sintiendo tantas cosas dentro de mí.

-¿Dónde estuviste?- preguntó mi padre cuando entré a la casa. Mi cabello seguía mojado, al igual que mi traje de baño, que seguía en mi mochila.

-Yo...- mi padre suele aterrarme.

-Te hice una pregunta, Odette.- me miró de arriba a abajo esperando una respuesta.

-Estuve con unos amigos que conocí en las albercas.- 

-Estuviste de nuevo con el hijo de los Beringer, ¿verdad?- no contesté y bajé la cabeza. - Sabes lo que pienso de que te juntes ese niño. No está en tu nivel, Odette, manchas nuestra reputación. ¿Cuántas veces debo decírtelo?- dijo mientras golpeaba la mesa con su puño, haciéndome saltar. - No me dejas otra opción más que mandarte a estudiar al internado de España, al menos allá no podrás desobedecerme. Te irás la próxima semana, ¿entendiste?- las lagrimas caían sin que las pudiera detener, pero solo pude asentir y retirarme a mi cuarto.

Cuando llegué  a mi cuarto fui hacia mi ventana, desde ahí se podía ver la casa de Frédéric, estaba algo alejada del pueblo, pero aún así podía distinguirla. No puedo evitar preguntarme si estará pensando en mí y el cosquilleo regresa. Aunque se apaga rápidamente.

No puedo creer que ya no lo veré...

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Beringer: apellido francés derivado de Berger que significa Pastor.

30/04/2020

-Eve

-Eve

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