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Espero también te guste este capítulo.
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Doble los pedazos de papel y los metí a mi mesa de noche. Esa noche no soñé nada, la verdad, se sintió como si la noche se hubiera acabado en un parpadeo.
Me levanté de la cama y miré mi mesa de noche. Y pensé en Frédéric, pero lo saqué de mi cabeza lo más rápido que pude. Soy una mujer que está a punto de casarse, no debería pensar en alguien más.
Me amarré el cabello en una coleta alta e hice mi rutina de todos los días y en la tarde salí de nuevo al mercado, tenía que decirle a Francis que yo quería a Víctor. Lo encontré en el puesto de siempre, sonrió ampliamente al verme, lo que hizo que me sintiera mal.
-Sabía que vendrías, Odette, no sabes...-
-No es lo que crees, Francis. Quiero estar con Víctor.- su sonrisa se desvaneció, pero luego sus ojos se enfocaron en mi cuello.
-Odette, tienes marcas en el cuello, ¿qué pasó?- Francis trató de acercarse, pero dí un paso atrás.
-No...no, fue un collar que me pellizco, es todo.-solté mi coleta y cubrí mi cuello con mi cabello.
-Odette, no sé que haya entre Víctor y tú, pero sé que no son tan felices como lo serías con Frédéric.-
Sin poder evitarlo pensé en todos los momentos que pasamos juntos, lo feliz que me ponían sus historias, lo libre que me sentía junto a él, todo lo que sentí cuando me robó un beso...
-Lo ves, ya estás sonriendo. Odette. Sé que es una decisión difícil, pero tienes que escoger lo que te llene el corazón a ti y no lo que le llene los bolsillos a alguien más, ¿okay?- asentí pensando en lo que dijo.- Confío en que harás lo correcto. Y no te preocupes, le diré a Frédéric que necesitarás otro día para pensarlo.- sonreí y él me regresó la sonrisa.
-Gracias, Francis.- tomé una manzana, le pagué y me fui a casa pensando en todo lo que estaba pasando.
Regresé a casa unas horas antes de la cena. Entré y para mi sorpresa Víctor estaba ahí, sentado en la sala, parecía estarme esperando.
-¿Dónde estabas?- dijo, mirándome fijamente.
-Fui por manzanas.- alcé la mano en la que sostenía la manzana para que él pudiera verla y él se levantó de su asiento.
-Últimamente sales mucho, ¿no crees?- se acercó a mí y pude sentir como mi corazón empezaba a latir más rápido.- Vamos a mí cuarto, Odette.- me tomó de la muñeca y me paralicé.
-¿Por qué?- mi voz temblaba.
-Vamos.- su voz era seca, apretó mi muñeca y accedí.
Llegamos al cuarto, entré yo primero y pude escuchar como Víctor cerró la puerta detrás de mí. Mis manos empezaron a sudar mientras escuchaba como Víctor se acercaba a mí, pero para mi sorpresa pasó a lado mío y se dirigió a la cama, que estaba junto a mí. Él se sentó en la cama y me miró. Ninguno de los dos hablo por unos segundos.
-¿Qué te daba el vendedor, Odette?- respiré profundo.
-Nada.- Víctor se levantó de la cama y se acercó a mí.
-No me hagas preguntártelo de mala manera, Odette, dime qué te dio.- mi corazón latía con fuerza.
-No era nada...- su mano me golpeo en la mejilla, dejándome con los ojos llorosos y una sensación de cosquilleo en donde me golpeo.
-Sé que sigues hablando con Frédéric, Odette, no soy idiota. Pero eso acaba ahora. Vas a ser mi mujer y como mi mujer no vas a salir de casa, no vas a hablar con más gente, vas a estar aquí para servirme, como mi mujer respondes a lo que yo diga, ¿entendiste?- Víctor estaba casi gritando y podía decir que hasta daba miedo.
Víctor no es lo mejor para mí.
-No.- mi voz fue a penas audible.
-¿Qué?-
-Que no.- alcé más la voz y Víctor volvió a estrellar su mano con mí mejilla, esta vez más fuerte.
-¿Ves lo que llevas en la mano, Odette?- preguntó Víctor, refiriéndose al anillo de compromiso.- No tienes otra opción, estás atada de por vida conmigo.- sentí una presión en el pecho ante la idea y se me revolvió el estómago mientras miraba el anillo.
-No lo quiero.- saqué el anillo de mi dedo anular y se lo aventé a Víctor. Él apretó la mandíbula y los puños, logrando que me tensara. Daba más miedo que antes. Quería correr lejos de él pero mis piernas estaban temblando y aunque no lo estuvieran, estoy segura de que me alcanzaría antes de que llegara a la puerta.
Observé detalladamente todas sus acciones. Se pasó la mano por su cabello y luego rió.
-Eres una tonta.-Volvió a reír.-Estás haciendo todo esto para irte con él, ¿no es cierto?- seguí viéndolo sin decir ninguna palabra.- He trabajado duro, Odette, para llegar a lo que quiero. He tenido que quitar gente del camino, Odette, ¿crees que no lo haría contigo ahora que estoy tan cerca de lo que quiero?- me miró detenidamente y después se acercó a su mesa de noche, abrió el cajón y sacó una pistola pequeña. La sostuvo en sus manos con delicadeza, segundos después, cuando ya se había adaptado al arma en sus manos, la tomó con más firmeza.
-Ví...Víctor- las palabras se atoraban en mi garganta por el miedo, no sabía como reaccionar ante esto.
-Espero que esto te enseñe que siempre tienes que hacer lo que te diga, Odette. Mira que por tu culpa habrá que sacar a alguien del camino.- levantó el arma y sentí un peso sobre mi estómago.
-¡No!- Víctor salió del cuarto y bloqueo la puerta para que yo no saliera. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no pude evitar pensar que si me hubiera quedado callada nada de esto estaría pasando. La ansiedad invadió mi cuerpo. Todos mis pensamientos estaban centrados en una persona: Frédéric.
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TAN TAN TAAAAAAAAN
18/06/2020
-Eve
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Cartas en Francia
बेतरतीबUna historia corta que se desarrolla durante los inicios de la Primera Guerra Mundial. Odette, la protagonista, regresa a Francia, con un matrimonio arreglado por su padre, un importante político. Al regresar a Francia, Odette se reencuentra con su...