Capítulo 2

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22/Julio/1914

Desde la ventana del tren podía ver como avanzábamos a gran velocidad. El cielo estaba despejado y el paisaje era verde. Era un día de maravilloso, el verano se notaba en todas partes, pero a diferencia de los demás espectadores dentro del tren, yo no estaba viendo con atención el paisaje frente a mí. 

Las piernas me temblaban, aunque no se notaba por el vestido que llevaba puesto, y las manos me sudaban debajo de los guantes. Los nervios se estaban apoderando de mí.

-¿No te parece un paisaje glorioso, mon amour?- Víctor exclamaba asombrado, a lo que yo solo asentía levente- Estoy seguro que es uno de los mejores días de verano que tendremos. Mira ese cielo, esos árboles, podría ser un gran cuadro...-

-¿Volverás pronto?- Frédéric estaba triste por la noticia de que me iría a España.

-No...no lo sé- yo seguía viendo el suelo, porque no quería que me viera llorar.

Él tomó mi mano con delicadeza, lo que me hizo voltear a verlo. Me dedicó una sonrisa y las ganas de llorar aumentaron. Yo no quería irme...

-Oye, Odette, ¿me estás prestando atención? - preguntó Víctor al ver que yo me encontraba dentro de mi propio mundo.

-¿Eh?...O sí, claro...el paisaje...-sonreí levemente.

-Exacto, es maravilloso, precioso, único...-

-Estaré aquí para cuando regreses- limpió mis lagrimas y volvió a sonreír.

Estará ahí para cuando regrese...

-¡Odette! Soy tu novio, deberías tenerme el respeto de escucharme cuando te hablo.-

-Yo...lo siento, estoy nerviosa de regresar a Menard.-confieso.

Hace unas horas estaba en mi fiesta de graduación de la preparatoria junto a mis amigas y ahora estoy en un tren, de camino a casa, junto a mi novio y no puedo dejar de pensar en una promesa que me hizo un niño de 12 años. 

Aún no sé que haré cuando lo vea. 

Tal vez solo estoy pensando de más...lo más probable es que ni siquiera me recuerde. 

-Odette, todo estará bien, lo prometo.- Víctor tomó mi mano por unos segundos y sonreí. -Ahora, ¿podemos seguir viendo el paisaje?-

-Claro- aunque seguía sin poder despejar mi mente del todo.


El viaje pasó más rápido de lo que esperaba, ya faltaban unos minutos para llegar a la estación, por lo que a lo lejos ya podía distinguir la iglesia, mi antiguo colegio, el parque y el árbol en la colina...

-Venga, Odette, no tenemos todo el día- el tren había llegado a la estación desde hace unos minutos, pero no podía levantarme de mi lugar, aún sentía que las piernas me temblaban. Respiré hondo y salí del vagón del tren, mientras Víctor cargaba nuestras cosas.

Después de 6 años las cosas siguen igual en el pueblo y me siento en casa, esto logra calmarme. Miro a todos a mi al rededor, no reconozco a nadie, no hasta que me encuentro con sus ojos. Frédéric está en la entrada de la estación, sonriendo hacia mí. No le devuelvo la sonrisa porque sigo impresionada con que de verdad esté aquí, esperándome.

-¿Odette? ¿Me escuchas?- Víctor tomó mi mano, logrando sacarme de estado de conmoción.

-Eh...sí...sí, claro- le dediqué una sonrisa rápida, regresando mi mirada a Frédéric, pero él ya no estaba ahí.

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1/05/2020

-Eve


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