Capítulo 4

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Busqué a mis amigas con la mirada,  la clase de arte -una de mis favoritas- comenzaba en unos minutos  y me sorprendía que aún no llegaran. Detrás de mí había algunos chicos platicando, por lo que hojee mis apuntes un poco no sentirme tan aislada, soy algo tímida, así que tengo pocas amistades. 

-Ey- un chico, de cabello rubio oscuro y ojos azules con cafés, junto a mí me estaba viendo. - Odette, ¿verdad? -

-Ah...Sí, soy yo. - 

-Un gusto, señorita Odette. Soy Víctor Santa Cruz.- sonrió y le respondí la sonrisa, amablemente. -¿Qué haces? - preguntó al ver mis hojas en el escritorio y a pesar de que respondí que "no era nada", se acercó. -¿Puedo?- 

-Claro.- dije, dándole permiso de ver mis hojas de apuntes.

-¿Puedo preguntar a quién va dirigida su carta, señorita?- Víctor había encontrado una carta entre mis apuntes.

-Es para mi padre, le gusta que lo mantenga informado.-

-Leclair...- leyó en voz baja el destinatario- Eres hija del Señor Leclair, empresario de Ménard.- para mi sorpresa era una afirmación y solo asentí confundida y él lo notó. -Había rumores, pero parece que son verdad.

-No sabía que la gente hablara de mí.- confesé.

-¿Te parece si salimos esta noche?- me miró unos segundos, después escribió algo en un papel. La maestra y mis amigas entraron en ese momento.

-¿Perdón?-

-La clase ya comenzó, dejen de hablar y vayan a sus lugares.- exclamó la maestra, mientras mis amigas se sentaban junto a mí.

-Te estaré esperando- Víctor dejó el papel -que era una dirección y hora citada- sobre mi escritorio y se fue a sentar.

-¿Estabas hablando con Víctor?- preguntó mi amiga Ana.


-¿Y luego qué pasó?- preguntó Frédéric mirándome, mientras yo veía unas flores cerca de nosotros.

Salimos a caminar por el campo del pueblo, para evitar los rumores. Cuando me dijo que había cosas que hablar me imaginé que quería saber mi historia con Víctor, por lo que le conté como nos conocimos.

-No fui a la "cita", mis amigas me regañaron y Víctor insistió, dejaba flores en mi escritorio e iba a buscarme, por lo que me vi obligada a ir a la siguiente cita y a la siguiente y así sucesivamente. Le dije a mi padre sobre Víctor a través de una carta y él dijo que lo aprobaba, así que cuando Víctor me pidió ser su novia, dije que sí. -

-¿Lo amas?- la pregunta hizo que dejara de caminar y viera a Frédéric, quien esperaba la respuesta.

-Pues, parece que nos vamos a casar. Si esto pasa mi padre podrá establecer una relación de negocios con los padres de Víctor. Eso es bueno...- volví a ver las flores.

-Eso no responde mi pregunta, Odette- no lo voltee a ver, pero sabía que estaba sonriendo.

-¿Qué has hecho en estos años, Frédéric? - cambié el tema y seguimos caminando.

-Bueno, después del collège comencé a trabajar en las tierras de mi padre como pastor. Aunque en mis tiempos libres iba al árbol a leer.- solté una risa. -Bueno, está bien, iba a intentar leer el libro que me dejaste antes de irte, aunque nunca lo leí completo. - volví a reír.

-Estoy segura que ni siquiera lo abriste- él rió también.

-Bueno, y ahora ayudo a mi padre con el comercio de los animales.-

Cartas en FranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora