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Emma

Después de la última clase del día, exhausta por la jornada más larga de la semana, recogí mis cosas para meterlas en la mochila y salí del aula de especialidades

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Después de la última clase del día, exhausta por la jornada más larga de la semana, recogí mis cosas para meterlas en la mochila y salí del aula de especialidades. La mayoría de mis compañeros ya se habían ido cuando sonó el timbre, dejándome como la última en salir. Descendí los cuatro escalones del edificio de mi facultad entre la multitud de adolescentes que salían de sus clases, en medio del caos habitual de la hora pico.

Mientras buscaba mis audífonos en mi bolso distraídamente, noté que Zoe ya se había ido y que Harry y yo no habíamos hablado en dos días. Le había enviado mensajes, pero no obtenía respuesta. Tan ensimismada estaba en el fondo de mi bolso que terminé chocando con alguien, haciendo que su celular cayera al suelo

— Lo siento tanto, yo iba distraída con mis... cosas.— me disculpé, mirando al chico con quien acababa de colisionar: Roger Montgomery, el chico guapo del que tanto hablaban Zoe y sus amigas.

me disculpé, mirando al chico con quien acababa de colisionar: Roger Montgomery, el chico guapo del que tanto hablaban Zoe y sus amigas.

— Lo lamento de verdad.

— Esta bien, yo también iba distraído.— Levantó su celular.— Soy Roger Montgomery.

— Emma Wilson.— Acepté su mano, estrechándola.

— ¿De cuál de estos edificios vienes, Emma?

— Hmm... ciencias químicas.— Señalé el edificio a unos cuantos pasos.— ¿Tú?

— Arte.— Señaló uno de los que se encontraban un poco retirados.

— Un poco retirado.— Susurro, él asiente.

— Si, bueno iba a la cafetería que se encuentra por aquí, ¿tienes más clases?— Negué.— ¿Aceptarías un café o algo en disculpas?

— Claro, aunque en realidad la culpa fue mía.

— Podría discutir eso, pero en realidad el sol me está matando.— Puso su mano en su frente dándose un poco de sombra, sus ojos estaban entrecerrados, pero el azul sobresalía con los rayos del sol, tenía unos ojos preciosos.— ¿Vamos?

Reí.— Vamos.— Me di media vuelta y comencé a caminar a su lado. Mientras lo hacíamos no pude evitar mirarlo de reojo, traía unos jeans negros ajustados, sobresaltando sus largas y formadas piernas, traía una hoodie negra de su cuello colgaban unas cuantas cadenas, también una cámara.— ¿fotógrafo?

— Algo así.— Ladeó su cabeza.

— Genial.— Sonrío, llegamos a la cafetería ya que en realidad si estaba muy cerca, Roger abrió la puerta dejándome pasar primero.

— Iré a pedir, ¿café?—Asentí.— Compraré también donas.

— Bien, yo iré a buscar una mesa.— Él asintió, nos separamos y caminé a una de las mesas que son con sofás de los dos lados, dejé mi bolso y me dispuse a esperar.

She | h.s  |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora