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— Mhmm... 5 minutos más.— Susurré sin abrir mis ojos. Esperen, su voz, su perfume. Abrí los ojos a tope.— ¡Bebé!— Me lancé a sus brazos tomándolo desprevenido lo que hizo que cayera encima de mi en la cama.
— Así es como esperaba que me recibieras.— Susurró en mi cuello.
— Te extrañé, un mes ha sido mucho tiempo.
— Lo sé cariño.
Habían pasado algunos meses desde que visitamos a mi familia en Carolina, habíamos pasado un tiempo maravilloso allá. No ha pasado mucho, conseguí un trabajo de medio tiempo, donde también realizaba las pasantías que requerían en la universidad. Harry y yo estamos mejor que nunca, mis padres ya saben de nuestra relación, días después de cumplir dos meses, Harry me acompañó a la reunión familiar de los domingos donde al fin lo presenté como mi novio.
Llegamos a casa de mis padres luego de un corto viaje en auto, Harry estaba nervioso lo sentía a leguas, la forma en que pasaba su mano por su cabello y apretaba constantemente el volante me lo confirmaba, pero también estaba emocionado, decía que de alguna forma estábamos formalizando aún más nuestra relación.
— Vamos bebé. — Entrelacé nuestras manos.
— Estamos a punto de decirle a tus padres que somos novios, y tu padre me odia.— Susurra mientras esperamos que abran la puerta.
— Te he dicho que no te odia, deja de pensar eso.
— ¡Hija, has llegado y trajiste a Harry!— Mi madre saludó con entusiasmo.
— Ehm... si, ¿no ha llegado nadie cierto?
— No, pasen, pasen. Tu padre está en el patio junto a Will y su novia.— Cerró la puerta detrás de nosotros.
— ¡Hija!— Exclamó mi padre con una sonrisa. Desvió su vista a mi novio y se borró su sonrisa.— Harry.
— Papá he traído a Harry porque queremos decirles algo.— Vaya eso sonó como si nos fuéramos a casar o estuviera embarazada. Me persigné internamente.
Harry estaba a punto de hablar pero mi padre lo interrumpió.
— Luego, luego, tus abuelos no vendrán así que ayuda a tu madre a poner la mesa. Harry tráeme una cerveza muchacho.— Ordena mi padre, Harry me mira y yo asiento.
— Presiento lo que quieres decirnos, me alegra que sigan juntos, es un buen chico.
— Lo sé mamá.— Acomodé los platos sin borrar la sonrisa en mi rostro.
— A tu padre le agrada, me lo dijo cuando llegamos de visitar a la abuela.— Sonrió divertida.— Solo quiere hacerle saber al chico que hay alguien cuidando de ti y que mira por ti, para que cuide lo que hace.
