Dos años después.
Estábamos a punto de tener una cortas y deliciosas vacaciones, las de junio, eran mis favoritas, un mes sin clases significa un mes con niños en la casa. ¡Por Dios! ¿Cuándo dejaron de ser tan buenas? Eso pasó cuando mi esposo para castigarme dejó a sus hermanos bajo mi cuidado y no intenta reconciliarse conmigo, además, está el hecho de que tenía una amante y yo no tenía sexo en absoluto.
Odio ser madre sustituta y que no me amen.
Estaba alistando los paquetes para ir al colegio, las gemelas estaban peinadas y esperando en el auto, sus hermanos luchaban contra la resaca del fin de semana y Facundo estaba desaparecido, trabajando por supuesto. Les di a todos un batido tomate y les ordené que se montaran al auto.
—No iremos a clases —Salí corriendo al baño y deposité toda mi cena en el inodoro.
—Ya, en serio, las gemelas llegarán tarde.
—No, simplemente vete. —Rodé mis ojos y me monté en el auto.
Llevé a las chicas a la escuela y luego fui al café de mi madre, en cuanto entré tuve que ir directo al baño a domitar y luego entré a su oficina, mi hermana estaba dentro quejándose y llorando, había aumentado demasiado peso y su cabello se veía horrible, me quedé en silencio en un rincón hasta que mi madre me hizo una seña.
—¿Qué pasa contigo otro cariño? —preguntó mi mamá mientras me veía con una de sus socarronas sonrisas.
—Odio mi vida, quiero el divorcio pero antes quiero matar a los chicos y luego...
—¿Luego? —preguntó Ada.
—¿A ti qué te importa? Me odias, sal para que tenga privacidad con mi mamá. —dije
—Yo vine a quejarme primero. —No le respondí, sentí un retorcijón y acabé de nuevo en el baño.
Después de cagar mis pantalones, mi hermana fue por un paño y me llevó a mi auto cubierta, le agradecí abrí las ventanas y volví a mi casa, cuando entré me encontré con Facundo el cual recién llegaba.
—¿Por qué corres? —preguntó mientras me acercaba a la puerta.
—Me cagué y si sigo aquí lo haré de nuevo. —Dije y fui directo al baño. Facundo sacó la ropa del baño y se aseguró de meterme en la cama.
—¿Qué tienes un virus estomacal?
—No te burles, Facundo. Por favor. —Asintió y salió del baño, seguí en el inodoro y luego tomé una ducha y me puse una pijama cómoda, cuando salí Facundo había tendido la cama, encendido el aire acondicionado y cerrado las cortinas. Me acosté y unos minutos después apareció con una bandeja, traía granola con fruta y tostadas.
—Te traje tostadas, dicen que es bueno para esos problemas.
—¿Tus hermanos están en casa? —suspiré. —No me obedecen y hacen lo que quieren, no sé sobre Xiomara hace casi un día y me siento sola. ¿Sabías que mi hermana finalmente es gorda? —rió.
—Sí, tiene problemas de esterilidad, las hormonas no le caen muy bien.
—Mmm.
—He sido peor que un mal esposo, pero no se atienden solos los negocios y no confío en Daniel porque es un maldito y haces demasiado aquí y con tu empresa como para exigirte más por fuera. —Se quitó los zapatos y se fue al baño, unos minutos después volvió con una pijama y se acostó a mi lado, me cobijó y me abrazo antes de besarme.
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Las espinas de mi hermana
Chick-LitAdamira y Serena lo han compartido todo; útero, habitación, ADN, hermanos, amigos, autos apartamentos e incluso cursos universitarios. La necesidad de competir y el compartir era algo cotidiano para ellos, hasta que el amor tocó sus puertas y conoc...