Capítulo 10: Aire

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Las gafas rojizas típicas del uniforme de Ranger separaban los ojos de Brisa de aquella masa de agua salada. La voz del capitán del remolcador resonó en su cabeza.

— Te vemos, intentaremos guiarte lo mejor posible. — el hombre hablaba desde la sala de mandos. — Pero ahí abajo estás sola. 

Brisa dejó escapar un bufido que se convirtió en unas burbujas que ascendieron hasta desaparecer en la superficie. La Ranger comenzó la inmersión tratando de no importunar demasiado a los Pokemon que habitaban en aquella aguas. Se ayudó de las corrientes para seguir hacia el fondo. 

— Aproximándose hacia el objeto metálico — avisó la voz del Navegador, que al estar sumergido bajo el agua tenía un tono más grave de lo normal.

El dadajet parecía haberse quedado enganchado en una formación rocosa y algunos pokemon se habían quedado a su alrededor, curiosos por descubrir que era lo que había entrado a formar parte de su ecosistema. Brisa comenzó a nadar hacia el lugar, no le hizo falta sacar el capturador, pues esos pokemon estaban tan poco acostumbrados a los humanos que se marcharon rápidamente en cuanto la vieron acercarse. 

— No se ha detectado ningún tipo de contaminación en las aguas debido a fugas de aceite. — anunció el Navegador trayendo buenas noticias por primera vez en mucho tiempo. 

Brisa fue a acercarse para así afianzar los enganches en el aparato y que el remolcador pusiera subirlo a la superficie. Pero un Kingdra enfurecido apareció de una de la grietas que había en el fondo marino. Debía tener cuidado, los Kingdra no se caracterizaban por ser muy agradables, además, si llegaba a embestirla podía llegar a envenenarse. Brisa se quedó lo más quieta posible y comenzó a alzar su brazo con la intención de lanzar su capturador. Sin embargo, el dragón marino se inclinó hacia delante y expulsó una gran cantidad de agua. 

El agua comenzó a enturbiarse y Brisa se tuvo que aferrar con fuerza a una de las rocas para no verse arrastrada por aquellas corrientes. Incluso las comunicaciones con el barco se vieron interrumpidas durante aquellos instantes de incertidumbre. 

Las aguas se calmaron y el ambiente comenzó a clarearse. 

— ¿Brisa? ¿Estás bien? — la voz del capitán se cortó debido a la profundidad a la que se estaba acercando. — Hemos notado bastante movimiento, ¿estás bien? — volvió a preguntar quedándose a la espera de la respuesta de la joven. 

Brisa afianzó su agarre a uno de los arrecifes antes de contestar. 

— Todo bien. Pero el dadaget ha desaparecido — dijo viendo como una luz rojiza era engullida por el océano. — Está cayendo cada vez más. 

— Vuelve al barco. —pidió el capitán — No tienes oxígeno suficiente. 

Brisa alzó su cabeza, contemplando el barco, que desde su posición no era más que una pequeña sombra. Pensaba regresar, debía hacerlo si quería sobrevivir. Pero la voz del navegador llamó su atención.

— El vehículo está cayendo a mucha velocidad hacia las profundidades. El riesgo de fuga de aceite acaba de aumentar un 300 por 100. Podría ser una catástrofe. 

— Capitán, voy a bajar. Cuando tenga el ovni afianzado tiraré dos veces de la cuerda. — soltó antes de cortar las conexiones con el barco. 

Brisa comenzó a descender con rapidez siguiendo al Kingdra desde una distancia prudencial, estaba demasiado inquieto y a su paso creaba remolinos que atraparían a cualquier incauto que cayese en ellos.

La ranger seguía de cerca al pokemon, que a pesar de estar en su medio natural comenzaba a cansarse de aquella persecución. Debía calmar al Kingdra, aunque eso significase perder el dadaget de vista. Trató de mantenerse quieta y elevó su brazo. 

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⏰ Última actualización: May 15, 2020 ⏰

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