XXV

65K 3.5K 325
                                    

Si ya me era extraño el solo hecho de estar vestida de esa forma y en un país absolutamente nuevo y ajeno a mí, me era aún más desconcertante el ir recorriendo del brazo de Harry, aquel inmenso salón en donde montones de desconocidos se iban acercando a saludarnos, felicitando al rizado por su nuevo y maravilloso hotel, para seguidamente ser presentada ante ellos como su "novia" y recibir con junto con ello las respectivas felicitaciones y halagos en cuanto a la hermosa pareja que supuestamente hacíamos. Ya habíamos repetido exactamente la misma rutina con un montón de personas más, y parecía que esta no iba a acabarse jamás.

Le di un sorbo a la copa de vino blanco que mantenía en mi mano, viendo partir a uno de los inversores de la cadena que recién se nos había acercado a saludar, yendo de la mano con la que era su esposa, una estirada como cualquier otra.

Aproveché que entonces por fin nos encontrábamos a solas para preguntarle algo a Harry que hacía bastante rato que me traía inquieta y pendiente.

-¿Dónde está Maggie? -farfullé, ciertamente, un tanto alarmada por la ausencia de la rubia-, ¿No se suponía que vendría con Joshua?

-Me estoy preguntando exactamente lo mismo, Navah -admitió, frustrado-. Y honestamente estoy empezando a preocuparme.

Lamentablemente, eso fue lo máximo que alcanzamos a discutir respecto al tema, pues antes de poder intercambiar otra palabra siquiera, un pelinegro de ojos marrones y con un rostro con el que ya estaba familiarizada, vino hacia nosotros para saludarnos a ambos con un cálido abrazo. Pude darme cuenta de que Zayn no traía la mejor de sus caras, y Harry también.

-¿Qué ocurre, hermano?, ¿No hay suficientes ricachonas que llamen tu atención? -preguntó, dándole unas palmadas en la espalda, luego de que nos saludara.

-No, no es eso, idiota. Hermano, mira, tenemos que... -trató de decir él, sin ser lo suficientemente rápido como para alcanzar a formular la frase por completo, siendo antes interrumpido por la llegada de una chica a nuestro pequeño grupo.

-¡Harold! -exclamó, robándose toda nuestra atención una bronceada mujer de cabellos azabaches y ojos azules, que abrazaba cariñosamente al recién nombrado, quien le correspondió tan entorpecido como nosotros-. Harry, cariño, ¿Cómo es que recién nos venimos a encontrar? -le preguntó una vez que se separaron. Pude percatarme del acento francés que perseguía a su inglés.

-Oh, lo siento. Es que llegamos recién hoy por la mañana, y ya sabes, ha sido un día muy ocupado -explicó Harry.

-¿Llegamos? ¡Pero si Zayn y Louis llevan tres días aquí! Por un momento pensé que me estabas evitando -dijo confundida, hasta desviar su mirada, reparar en mi presencia y decir:-. Oh, ya veo a lo que te refieres...

Harry frunció el ceño, perdido en la conversación, hasta que torpemente comprendió lo que sucedía, atinando a presentarnos.

-Discúlpame, eh... Chantelle, ella es Navah LeBeauf, m-mi novia -dijo, y seguidamente se dirigió a mí diciendo:- Navah, ella es Chantelle Roquefeuil, una vieja amiga y quien hizo posible la realización de este hotel -añadió, con una tímida sonrisa.

-Styles, date un poco de crédito porque nadie te cree esa humildad -bromeó ella-. Pero, un momento, ¿Escuché bien?, ¿Dijiste "novia"?

-Así es, novia -repitió él, orgulloso.

-Vaya, vaya, vaya... No tenía idea de que alguien hubiera conseguido dominarte, Harold -comentó, dedicándole una mirada acusadora que solo consiguió avergonzar al castaño. Ella rió ante su reacción y, acto seguido, se acercó hacia mí para estrechar nuestras manos-. Un placer conocerte, Navah.

-Igualmente -correspondí, un tanto cohibida.

-Ahora cuéntame, querida, ¿Cómo fue que conseguiste ganarte a este don Juan? -quiso saber, curiosa-. Porque mira que a este le he conocido millones, pero ninguna ha durado lo suficiente -añadió, siempre risueña, con una personalidad que me parecía más que extrovertida.

Million Dollar Man » Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora