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Jin GuangYao saltó del sofá y corrió a la puerta en cuanto escuchó el sonido de la llave.


Nie MingJue había llamado a Lan JingYi para que se fuera con XiChen y el gato había quedado solo por dos minutos, ¡dos minutos eternos!

Nie MingJue entró en el departamento llevando la chaqueta en una mano. Cerró la puerta con un pie y empezó a desanudar la cinta de seda verde que le rodeaba el cuello.



¡No lo vas a creer!, comenzó Jin GuangYao, caminando de un lado a otro ante él. ¡Vi a a-Ling! Está guapísimo. ¿Sabes qué está estudiando? Me gustaría saber. Siempre fue mejor en las actividades físicas. Me gustaría saber qué hace ZiXuan. A-Ling se parece más a él a medida que madura. Aunque sigue teniendo los ojos de su madre: si tan solo sonriera tanto como ella. ¿Dónde queda España? XiChen dijo que a-Lin está con sus padres en España... ¿Está lejos? ¿Demoran mucho en volver? ¿Cuánto toma viajar ahora? Ya no usan espadas, ¿verdad? ¡Y hay más! ¡Lan JingYi es hijo de Lan Qiren! ¿Cómo pasó eso? ¿Quién es su esposa? ¿Sabes cómo lo descubrí? ¡Jiang WanYin! ¡Jiang Wanyin, el famoso y poderoso Sandu Sengshou, tiene un romance con Lan JingYi! O sea, no un romance porque el pequeño Lan solo tiene diecisiete años y Jiang WanYin dice que esperarán hasta que sea mayor de edad; pero... ¡estaban coqueteando! Sandu Sengshou es espantoso coqueteando... ¿Crees que sucediera igual en su vida anterior? ¿Crees que después de que todo pasara Jiang WanYin y el pequeño Lan...? Por cierto, ¿qué edad tienen mi hermano y la señora YanLi? Para tener un hijo de diecisiete años, deben tener más de treinta años al menos; pero ZiXuan solo era un año mayor que yo, así que... Este mundo es muy diferente. Tú eres demasiado joven y yo... ¿Qué edad tengo? ¿Tengo la edad de este cuerpo? ¿O la de mi alma al momento de morir? Necesito entender...



—¡Meaawww!!!


Soltó un largo maullido cuando Nie MingJue lo envolvió con una mano en torno a la cintura y lo alzó del suelo.


—No te quejes – le dijo con voz ronca —. Yo también te eché de menos.


Jin GuangYao se quedó inmóvil mientras Nie MingJue frotaba la mejilla rasposa contra su cabeza. De modo instintivo, estiró las zarpas y hundió las uñas en la ropa del hombre.


—Hey, no me rompas la camisa —le advirtió con dulzura —. Estoy cansado. Vamos a dormir, ¿sí? Espero que ese chico te haya cuidado bien. Según Jiang Cheng , tiene buen mano con los animales. Suele ayudarle en el refugio. A Lan Qiren no le gustaba la idea al principio; pero ahora dice que el chico se ha vuelto más responsable, así que está conforme. ¿Tú qué crees? ¿Es bueno entonces? —Suspiró con fuerza al llegar a la alcoba —. Estoy agotado. Odio esas fiestas estiradas y XiChen siempre me enreda cuando Wen Qing está complicada. Si cogieran todo el dinero que gastan en estas cenas podrían comprar comida y medicamentos para más niños. Igual podrían empezar por ayudar a los niños de aquí en lugar de enviar el dinero a otros países.


Puso al gato encima de la cama y empezó a desvestirse.

Jin GuangYao abrió mucho los ojos. Hubo un tiempo en que curaba las heridas de este hombre; pero había pasado tanto tiempo. Nie MingJue no tenía cicatrices ahora. Su piel era lisa y morena, ligeramente más clara en el área de las caderas y los muslos, probablemente también en...


—Mrereaw.


¿Qué estás haciendo, Meng Yao?, se espetó a sí mismo, inclinando la cabeza.


La cama se hundió y Jin GuangYao se echó atrás de forma instintiva. ¡Ese animal podría aplastarle!


Nie MingJue se acomodó, estirando brazos y piernas, mientras suspiraba pesadamente. Extendió una mano a ciegas y tanteó hasta encontrar al gato.

Jin GuangYao inclinó la cabeza bajo el peso de la ancha mano que palmeó con torpe suavidad antes de quedarse quieta aplastándole contra el colchón.


—Puedes acercarte más —masculló Nie MingJue con voz pesada.

—Nreow.


Ni loco.


—Como quieras —. Un largo bostezo —. Odio esas fiestas...


Lo sé, asintió Jin GuangYao, cerrando los ojos cuando el pulgar empezó a masajear entre sus orejas.


No duró mucho. La caricia se detuvo y un segundo después, los ronquidos de Nie MingJue llenaron la habitación.


Jin GuangYao abrió los ojos, irritado por el sonido. Con un leve bufido, bajó la cabeza hasta descansarla en las patas y cerró los ojos.

Justo como antes, pensó antes de dormirse.


En esta vida... miauDonde viven las historias. Descúbrelo ahora