Extra

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(Este capítulo contiene sexo explícito. Si no te interesa, no continúes y quédate con la imagen tierna del resto de la historia)


—¿Seguro que no pueden pasar al menos un rato? —volvió a preguntar Lan XiChen —. Podrían estar solo media hora... A mi tío le gustaría mucho. Ayer mismo me comentaba que hace semanas que no te ve, que si te habías marchado del país.


Nie MingJue le escuchó en silencio. Era la quinta vez que su amigo insistía en que fueran a la cena por el aniversario de bodas de Lan Qiren y Jin su. El hombre pensó en quienes estarían presentes –Jin ZiXuan, Lan WangJi, Wei Ying, Jin Rulan, Jin Su, Lan XiChen... - y recordó la expresión aterrorizada de a-Yao cuando lo mencionó una semana antes.


—Lo siento, a-Chen — se disculpó por quinta vez —. Meng Yao todavía no se siente cómodo entre mucha gente.

—Oh, entiendo. ¿Cómo está?

—Mucho mejor. Se está poniendo al día con todo; pero las reuniones son demasiado estresantes aún. Más adelante quizás.

—Eso espero — suspiró el Lan al otro lado del teléfono.

—Felicítalos de parte nuestra — repitió Nie Mingjue antes de despedirse.


Sí, Jin GuangYao – oficialmente Meng Yao — llevaba difícil las reuniones. Aunque ya hablaba sin dificultad, era incómodo ser el único en una cena que no se quitaba el gorro. Además, la cola no aguantaba mucho apretada en el interior de los pantalones. Pero esos seguían siendo pequeños detalles: lo que más estresaba a Jin GuangYao era la posibilidad de que "alguien" recordara.


Nie MingJue todavía estaba sorprendido por la facilidad con que todos aceptaran la presencia de "Meng Yao". Con su apariencia, parecía tener unos veinticinco o veintiséis años, lo cual le hacía demasiado joven para haber estudiado con cualquiera de ellos, exceptuando a Jiang Cheng. Nie MingJue se había preguntado qué diría al regresar de su viaje con un desconocido que viviría en su casa, en su cuarto. Quedó anonadado cuando HuaiSang recibió al otro cual si lo conociera de siempre. Solos en la cocina, el menor de los Nie sorprendió incluso más a su hermano expresando su felicidad porque a-Yao hubiese despertado del coma contra todo pronóstico.


—Tú nunca perdiste la esperanza — había sonreído HuaiSang aquel día —. Siempre supiste que él volvería a ti. Me alegro tanto de que a-Yao esté de nuevo en casa.


Fue fácil para ambos atar cabos y armar la historia. En especial cuan Lan XiChen le reclamó que no le hubiese avisado de que iba a visitar a Meng Yao en el hospital y que no le llamara en cuanto se produjo el feliz suceso.


Según lo que todos creían que sucediera, Meng Yao había entrado a trabajar en la agencia Qinghe hacía tres años. En apenas unos meses, quedó claro que Nie MingJue estaba tonto perdido por su asistente... y su enamoramiento era profundamente correspondido. Para evitar comentarios, Meng Yao buscó otro empleo y entonces empezaron a salir. Las cosas marcharon de maravilla entre ellos – con alguna que otra discusión sin importancia – y hasta planearon mudarse juntos. Una semana antes de la fecha acordada para la mudanza, Meng Yao regresaba a casa del trabajo cuando el taxi en que viajaba tuvo un accidente. El conductor murió y el joven quedó en coma. Habían transcurrido once meses y doce días. Todos los amigos habían perdido la esperanza de que el chico despertara; pero no MingJue. MingJue había visitado a su novio en el hospital tanto como su trabajo se lo permitía, no había buscado otra relación y había estado convencido de que a-Yao volvería a él. Como finalmente sucediera.

En esta vida... miauDonde viven las historias. Descúbrelo ahora