De un momento a otro, las cosas comenzaron a tener sentido. Las piezas encajaban como si estás fueran un rompecabeza en la cabeza de Steve.
—¿Dónde está Doom? —Preguntó a uno de los agentes que pasaban.
Este le dijo que el Alfa estaba en el estacionamiento.
Apresurado, salió de la agencia. Conforme avanzaba, más seguro estaba de sus sospechas.
—Señor von Doom. —El hombre de traje elegante volteo a su dirección.
Con la fuerza que lo caracterizaba, Steve lo tomó de las solapas. Su mirada tenía un brillo amenazante.
—Fuiste tú. —Prácticamente gruñó el rubio—. Tú nos escuchaste.
Los ojos de Víctor pasaron del pánico, al enojo y después a la burla.
—Sinceramente creí que le llevaría más tiempo descubrirlo. —El de cabellos oscuros se soltó con agresividad—. Aun así es demasiado tarde.
—No voy a dejar que te cases con mi Omega. —Advirtió el soldado.
Víctor sonrió victorioso, seguro de haber ganado.
—Capitán, me subestima. —Siguió—. Antes de que puedas hacer algo, yo ya tendré a Tony en mis manos.
Antes de irse, Steve le dio un puñetazo en la cara. Víctor cayó al suelo y sintio el sabor metálico en la boca.
•••
—¡Steve! —James en cuanto lo vio, corrió directo a él.
El rubio espero al Omega, aun cuando sentía la rabia en su cuerpo.
—Víctor von Doom te escuchó. —Bucky tenso la mandíbula—. Ese infeliz...
—Lo sé. —Dijo Steve mientras se sentaba en una de las tantas sillas.
James se quedó sin palabras, ¿lo sabía?.
—¿Cómo...? —El Omega de largos cabellos negó—. Eso no importa, ¿qué es lo que harás?
El rubio suspiró.
—Voy a recuperar a mi Omega.
•••
Los días siguientes fueron una fantástica rutina de coqueteos y besos a escondidas. Steve cada que podía acechaba al genio.
Si lo veía pasar, se excusaba con cualquier cosa y salía detrás de él para encerrarlo en cualquier cuarto y llenarlo de besos. Cuando lo encontraba en su taller, lo miraba por largas horas, admirando la facilidad con la que trabajaba, con la que armaba y planeaba.
Se sentía maravillado con el genio.
Y al final del día, lo secuestraba para llevarlo a una pequeña cita.
—Steve... —Tony trató de hablar, pero el soldado no dejaba de besar sus labios.
Desde ese primer beso, Steve no podía parar.
Tony paso sus brazos por el cuello de Rogers y se dejó hacer. Los dientes del soldado estiraron su labio inferior, y con el jadeo que Stark soltó, se dio paso al interior de su boca.
Su cuerpo tembló cuando la lengua de Steve acarició la suya, además de las pequeñas succiones en medio de la caricia.
Ambos estaban en el pequeño departamento del Alfa, acostado en el sofá, bien abrazados. Tony arriba y Steve debajo de él.
—Me encantas Tony. —Susurró el soldado.
Anthony le sonrió. Eso era lo que él quería; sentirse amado, querido, deseado, atesorado.
—Tengo que irme. —El castaño así como lo dijo, así se aferró al soldado.
Rogers beso sus cabellos.
—Quedate a dormir. —Sugirió el rubio.
Los grandes ojos de Tony lo miraron con sorpresa.
—Que atrevido Capitán. —Ambos rieron.
El Omega no dijo nada después de eso, pero jamás se levantó. Era una respuesta afirmativa después de todo.
Esa noche, y por primera vez, Steve aprecio cada rasgo de Tony, velando su sueño y acariciando sus cabellos. No quería que esa noche acabará.
•••
Al día siguiente, después de una hora completa despidiéndose entre besos y risas, Tony llegó radiante a su torre.
Soltaba cada 5 minutos un suspiro enamorado.
Había sido la mejor noche de su vida.
—Buenos días, Jarvis. —Dijo en cuanto entró al elevador.
—"Buenos días, señor".
Cuando el elevador marco su piso, salió con una gran sonrisa... Lástima que está no duró mucho.
—¿Víctor? —El castaño sintió que su buen humor se iba al carajo.
Víctor lo miro con irritación.
—Lo pensé anoche Tony... —El Alfa meneó el vaso de whisky—, y creo que es la mejor desición.
—¿De qué carajos estás hablando?
Dos hombres entraron a la habitación. Eran guardaespaldas grandes y robustos.
—No voy a dejar que ese Alfa se te acerque.
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Aciano
أدب الهواةHistoria cliché Créditos de la idea: Unos Pelos de Gato. [Stony] [Omegaverse] •Aclaraciones: Portada: Pinterest (yo sólo la edite).