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Pepper daba vueltas furiosa, se revolvía los cabellos con desesperación y rabia.

—Puedes empezar de cero, yo te ayudaré, volveremos a...

—Claro que podemos hacerlo, soy un genio, tu una magnifica CEO, pero esto va más allá de poder o no. —Tony se cruzó de brazos—. No Pepper, esas Industrias representan la vida de Howard y parte de la mía, además, es cuestión de orgullo. Víctor no me va a quitar todo lo que logré.

Virginia suspiró. Ella también se negaba a perder las Industrias; su vida tenía parte de estás. Ahí creció como empresaria y como mujer.

—Lo siento Tony. —La mujer se veía devastada—. Debí saber que Víctor hablaría con los inversionistas.

—No tengo nada que perdonarte Pepper. —Tony se levantó del sofá y la tomó de los hombros—. No es tu culpa.

Su amiga lo abrazo.

—¿Qué es lo que harás? —Preguntó la chica.

Anthony suspiró. Si queria recuperar lo que era suyo, tenía que seguir el juego... Por el momento.

—Primero, hablar con Steve.

•••

Cuando llegó a la gran torre, Steve se limpio las manos en el pantalón. Sentía que estás le sudaban.

Espero pacientemente; habia llegado con anticipación. Miró las calles concurridas, entreteniendose en los grandes anuncios.

—Hola Cap.

Volteó con rapidez, exaltandose tal vez por no sentir la presencia del castaño.

—Tony. —Steve sonrió grande.

El Omega le regreso la sonrisa. Era un Alfa extremadamente atractivo, más si le sonreía de esa manera. Tal parecía que la vida de Steve se iluminaba con verlo.

Rogers le pasó el casco y lo invito a subirse a la moto. Tony al principio se negó con algo de miedo, pero después de que Steve le dijera que prácticamente lo cuidaría de todo, ya no tuvo más excusas.

Recorrieron la ciudad de Nueva York; Tony después de 5 vueltas perdió el miedo. Ahora disfrutaba del aire golpeando su cuerpo y el calor de Steve.

Luego de algunos minutos, bajaron en un pequeño local de hamburguesas.

—¿Acaso fui investigado? —Anthony lo miro con sorpresa.

—Aunque no lo creas, lo imaginé. —Steve rio al ver la mueca enternecida de Stark. El gesto le había gustado.

Ambos entraron al lugar, disfrutando de la tranquilidad y el buen ambiente, además de la deliciosa comida.

Si Tony lo pensaba, jamás había tenido una cita en toda regla. Esta era la mejor.

Luego de comer, bromear y seguir con los sutiles coqueteos, fueron al cine a ver una terrible comedia de los años 50's. Era horrible, pero Tony le encontró cierto encantó. De ahí partieron al museo favorito de Steve. Había descubierto que el rubio era un amante del arte, además de un Alfa sensible a lo que muchos consideraban "una perdida de tiempo".

—Todo fue tan... Maravilloso. —El Omega reía como nunca lo había hecho.

Se sentía tan vivo.

—Me alegra que te gustará. —El rubio no dejaba de ver al castaño. Se sentía tan orgulloso de que él fuera su Omega.

El silencio los acompaño en su pequeña caminata en el parque, y todo hubiera seguido bien, de no ser por el ambiente incómodo que comenzaba a formarse.

—¿Estás bien, Tony? —El soldado paró el paso.

Stark bajo la mirada; de repente sentía los hombros pesados y el doble de su edad.

—Steve, tengo algo importante que decirte. —El castaño tomó la mano izquierda del rubio.

Rogers apresó ambas manos del Omega y las llevo a sus labios para besarlas con cariño.

—Te escuchó Tony.

El hombre de ojos oscuros dudo por segundos, esperó que algún ente divina interrumpiera el momento para no tener que soltar esas palabras.

—Steve... Lo mejor es que sigamos siendo amigos. —Anthony miró los ojos del Alfa y fingió una sonrisa.

El soldado arrugó el entrecejo confundido.

—¿Qué? —Miro como Tony apartaba sus manos.

—Escucha, no te voy a mentir. —El castaño se notaba incómodo con el tema—. Víctor von Doom envío el ramo correcto.

Esas palabras fueron como un valde de agua fría para Steve. Pensó en la flor que mantenía en su casa –la cuál se supone sería la próxima parada–. Tenía que ser un error.

—Pero... —Los ojos azules se dirigieron al genio. Este estaba cabizbajo— ¿sientes algo por él?

Anthony negó.

•••

—Considero que lo mejor para Tony es dejar el mando en alguien más... Capaz. —Víctor sonrió con el celular pegado al oido—. Así es, como el Alfa de Tony yo seré el próximo dueño. —Conforme la plática avanzaba, el rostro de von Doom se volvía serio—. No tenga cuidado, nos casaremos lo antes posible.

A la oficina entró Reed. Mantenía una mirada de reproche, pero aún así, no interrumpió la llamada.

—... Ya veo. —El Alfa de cabellos oscuros tenso la mandíbula—. Entiendo, eso no será ningún problema.

Y colgó.

—¿Sigues con eso? —Richards suspiró.

—Supongo que no será tan fácil. —Víctor juntos sus manos y apoyo los codos—. Los accionista piden más que un matrimonio.

AcianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora