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El cuartel general había implementado un pequeño cuarto en donde Tony podría trabajar.

Las paredes eran meros cristales, pues Fury quería estar al tanto de todo lo que Stark hiciera. Ese hombre no confiaba en el Omega; en nadie en realidad.

—¿Admirando al amor de tu vida? —Bucky se paró a un lado de Steve, quien miraba la manera en que Tony trabaja. Era un placer ver todos los gestos del millonario.

—Es lo único que puedo hacer. —Susurró sintiéndose derrotado.

James lo miro interrogante. Su hermano tendría que estar saltando de aquí para allá, sonriendo como idiota y dándole detalles de la maravillosa cita que tuvieron.

—¿Le diste la flor? —Preguntó finalmente.

El rubio negó.

—¿Qué? —Bucky tomó su hombro— ¿Por qué no?

Rogers le explico todo lo que había pasado en la salida. El cómo todo iba estupendo para después desmoronarse con unas simples palabras.

—¿Hablas de ese Alfa idiota? —Barnes estaba molesto. Víctor von Doom había dejado muy claro que los Omegas para él eran simples encubadoras. Y por supuesto que James se sentía ofendido, él era un Omega, pero era uno de los mejores soldados que tenía SHIELD.

—No se supone que esto fuera así. —El Capitán no dejaba de ver al genio.

Anthony parecía hacer arte con las manos.

Bucky siguió la mirada del rubio. Algo no cuadraba.

•••

Fury los había reunido en la sala de juntas. Tony evitaba la mirada del Capitán, quién no se cansaba de buscar sus ojos.

Todos sentían la tensión en el aire.

—Bien, señor Doom. —Dijo Fury— ¿Qué es eso que nos tiene que decir y que es tan importante?

El Alfa se levantó del lugar, para poner la más grande sonrisa. Steve sabía que no era nada bueno.

—Sí pedí que reuniera al cuartel, es para hacerles saber que el armamento estará a mi cargo desde ahora. —Vio como Tony se encontraba confundido, para después estar molesto.

—Yo soy el encargado del armamento. —Reclamó el Omega.

—Ya no. —Víctor le pasó unos papeles—. Hablé con los superiores; están de acuerdo en que tome la responsabilidad del armamento. No creen que un Omega sea el adecuado para manejar este tipo de cosas.

—Eso es una estupidez. —Anthony leyó los papeles—. No voy a ceder el mando.

—Lo harás. —Doom se mostró petulante—. Ahora soy tu Alfa ante la sociedad.

Steve no soporto más. Se levantó del lugar y enfrento a Víctor.

—Y un mierda. —Bucky jadeo ante la grosería que había dicho el rubio—. Eso no le da ningún derecho sobre Tony.

Ambos Alfas se miraban con ira.

—Claro que me lo da. —El Alfa de cabellos oscuros se veía confiado— ¿Y sabe por qué?

Con rapidez, Víctor se acercó al castaño, lo tomó de la muñeca y lo pego a su cuerpo.

Steve gruño.

—Porque nos vamos a casar.

El soldado rápidamente dirigió su mirada al genio, quien cerró los ojos y tenso la mandíbula.

—Es mentira. —Steve se negaba a creerlo.

—Ninguna mentira. —Doom afirmo su agarré en el Omega—. Es más, está cordialmente invitado a nuestra boda, Capitán.

En ese momento, Anthony se soltó de Víctor y salió de la sala de juntas, dejando a todos en silencio. Rogers salió detrás del castaño, no sin antes ser detenido por Doom.

—Stark es mio, Capitán. —Advirtió el Alfa.

Steve se safo del agarre con fuerza y corrió hacia el Omega.

•••

—Tony. —Al estar a su altura, lo tomó de la muñeca con suavidad—. Tenemos que hablar.

El genio paró, estaba molesto, humillado, se sentía como un maldito don nadie en ese momento.

—Steve, no es el momento.

—Lo es, Tony, mírame. —El rubio puso sus manos en las mejillas del hombre—. Tony...

El Omega miró al Alfa. Se sintió perdido en la mirada azul del contrario.

—Yo soy tu Alfa destinado. —Declaró el soldado—. Yo puedo percibir tu aroma.

Anthony se quedó paralizado. ¿Qué estaba diciendo?

—Steve...

—Desde que te vi, lo supe Tony, supe que eras para mí. —El soldado estaba desesperado—. Y cuando supe cual era tu aroma... No tuve más dudas.

El castaño se había quedado sin palabras. Nada tenía sentido en su cabeza.

—Aciano, también conocido como pincel. —Siguió el Alfa—. Ayer iba a dartela, iba a declararme.

Tony recordó el momento en que conoció al rubio. Todo había parecido tan... Magico. Él también estaba completamente seguro de que Steve era su Alfa destinado.

—Anthony, eres mi Omega destinado.

Y Tony fue débil.

Se abrazó al cuello del soldado y alcanzo sus labios. Degusto su boca, disfruto de su textura, se estremeció ante la sensación.

Steve se aferró a la cintura del Omega y siguió con el beso que cada vez tomaba más fuerza.

Ninguno de los dos quería separarse del otro.

—Tony... —Steve sintió que el aire se le escapaba al ver las mejillas sonrojadas del castaño y la mirada vidriosa.

—Me gustas Steve. —Dijo el genio—. Pero Víctor movió muy bien sus cartas.

Rogers no entendía de que hablaba.

—Perderé todo.

Steve no pudo soportar ver a Tony de esa manera.

AcianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora