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Virginia Potts había ayudado en el plan de Rogers.

Luego de hablar con Natasha y estar de acuerdo en secuestrar al novio, consiguió identificaciones falsas y a cada uno lo puso en un puesto que los ayudaría a pasar desapercibidos.

James y Natasha serían parte del personal de meseros, avisarían cualquier movimiento extraño o en dado caso, si Víctor se llegaba a presentar de imprevisto, mientras que Steve sería el chófer de la limosina en donde se supone llevarían al novio a la iglesia.

Luego de estar rondando el lugar, Natasha se comunicó con Steve por el intercomunicador para darle luz verde. James se había ocupado del verdadero chófer.

Cuando el rubio se presentó, recibió órdenes estrictas de llevar a Tony Stark a la iglesia sin desviarse, pasará lo que pasará. Sonrió cortésmente para después aceptar lo dicho.

Víctor fue demasiado ingenuo al no darles una descripción más detallada del capitán.

Con tranquilidad, tomó la limosina y se dirigió a la torre Stark, no sin antes agradecerles a sus amigos y despedirse de ellos.

Planeaba estar fuera por un tiempo.

Cuando llegó a la gran torre, no se espero encontrarse con el coronel Rhodes. Suspiró con alivio cuando esté le sonrió y le hizo prometer que cuidaría de Stark.

Así es como había llegado a ese momento. Mientras Víctor esperaba algún ataque de su parte, él prefirió pasar desapercibido, sin alertar al Alfa y dejando que se confiará.

—¿De verdad vas a secuestrarme? —Tony le sonrió por el retrovisor.

Steve no dijo nada, pero la mirada que le envío fue más que suficiente. Rogers ya tenía todo planeado.

El rubio siguió conduciendo un largo rato en el que Tony aprovecho para descansar. Se sentía fatigado y estresado, así que se permitió dormir.

—¿Tony? —El Omega abrió los ojos somnoliento, acostumbrando su pupila a la luz—. Llegamos.

El genio se estiró en su lugar y después bostezo estirando su cuerpo. A Steve le pareció adorable.

Bajo de la limosina, y al instante, Steve lo tomó de la mano. Se sentía tremendamente bien.

Caminaron por unas cuantas cuadras, hasta llegar a una pequeña casita.

Tony miro la humilde fachada. Era bonita en realidad.

—Vamos. —El Alfa lo guío al interior de la casa.

Lo primero que sintió al entrar, fue una repentina nostalgia. Tony no entendía por qué.

—Víctor no nos encontrará aquí. —Steve lo jaló al sofa. Tony se sentó encima de las piernas del rubio y se dejó arrullar—. Esta era mi casa, de mi madre y mía.

Anthony sintió que Rogers besaba sus cabellos.

—Tus papeles no dicen nada de este lugar.

—Esa era la intención. —Steve rio, pasando por alto que Tony lo había investigado—. Fue parte de mi niñez, después de los 18, no volví. Sólo le daba mantenimiento, pensando que algún día necesitaría este lugar.

Brooklyn era el sitio perfecto para esconderse, sobre todo si era en el barrio más bajo del lugar. Víctor tardaría en rastrearlos si es que no se cansaba de buscar.

Se quedaron en silencio, poniendo en orden sus pensamientos, ordenando cada episodio del día.

—¿Qué pasará con la industria? —Tony recargo su espalda en el pecho del soldado—. Víctor se quedará con todo.

Steve acarició su cabello, tratando de calmar al Omega. Le dolía verlo tan mal.

Stark decidió que por un momento, no pensaría en nada relacionado con la industria.

Dejó que Steve lo mimara por largas horas.

Comieron casi al caer la noche, hablando de lo que harían de ahora en adelante, hasta que el celular de Steve sonó.

—Es la señorita Potts.

Tony agarro el aparato y contestó.

—¿Pepper?

—"¡Tony! ¿Cómo estás?" —La voz del otro lado de la línea se escuchaba animada.

—De maravilla. —Stark le sonrió al rubio.

—"Eso es fantástico, porque te tengo grandes noticias". —Tony guardo silencio para escucharla—. "Pude mover mis influencias, llegando a un trató nuevo con los inversionistas. Víctor no podrá acceder a la industria ni utilizar tu tecnología si no está casado contigo".

Anthony abrió los ojos con sorpresa.

—¿En serio?

—"Por supuesto, te dije que me encargaría de esto". —La mujer rio seguramente feliz de su gran azaña—. "Por otro lado, leí el acuerdo que le impusieron, y efectivamente, no podrás acceder a tus cuentas bancarias, no podrás manejar al 100% las Industrias y no podrás usar la tecnología Stark libremente, hasta que tengas la marca de un Alfa y esperando un heredero".

Tony suspiró.

—"Pero, oye, las letras pequeñas hacen la diferencia". —Y después de unos segundos de suspenso, Potts hablo de nuevo—. "Nunca dice que ese Alfa tiene que ser Víctor von Doom".

El Omega miró a un curioso Steve.

Sonrió con alegría. Después de todo, nada estaba perdido.

•••

[4 años después]

Víctor se encontraba en su oficina leyendo papeles que tenía que firmar. Eran contratos de pequeñas empresas que no tenían nada que ofrecer. 

Suspiró irritado. Hizo a un lado los documentos y pidió silenciosamente que su cabeza dejará de punzar.

Hace 4 años sus planes se habían ido a la borda por los ineptos de sus guardias. Steve Rogers había pasado en sus narices y le había robado al Omega.

Ahora podría estar en la cima del mundo, con todo ese poder y tecnología, pero Rogers tuvo que entrometerce.

—Víctor. —Reed entró a la oficina sin tocar.

El Alfa lo miro de mala manera. Lo único que quería, era estar solo.

Sin decir palabra, el científico le pasó el periódico de ese día.

En grande, estaba escrito "Regresa Tony Stark". Víctor arrugó el papel mientras leía con cólera.

Tony había llegado a reclamar lo que por derecho le correspondía; y no había llegado solo, pues en la foto, se podía apreciar al gran Capitán América, con un niño castaño en brazos de aproximadamente 1 año. Junto a esa foto, había una más donde en el cuello de Tony se podía apreciar una mordida.

Estaba marcado.

Víctor golpeó el escritorio.

—¡Ese maldito Omega!

Richards negó ante la actitud del Alfa.

Lo vio caminar de un lado a otro, para después salir de la oficina dejándolo solo.

Reed tomo el periódico en el escritorio y cambio de página. Había una gran foto de Steve y Tony sonriendo, con un bebé dormido en los brazos del genio.

—Todos tenemos un destino, Víctor. —El hombre sonrió al imaginar lo feliz que Tony era—. Y su destino es estar juntos.

AcianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora