Blas Jones eres mío

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Blas me arrastro hasta el estacionamiento para entrar a su auto, estaba demasiado excitado al verlo desesperado por tocarme.

Este saco sus llaves dispuesto a prender el carro pero yo lo detuve y me senté en su regazo.

— Hagámoslo aquí— le susurre en el oído mientras comenzaba a besar y chupar su cuello.

Dejaría evidencia de que tu cuerpo ya tiene dueño, Blas Jones eres mío.

—Como quieras— dijo mientras desabotonada mi camisa.

Quite sus manos de mi cuerpo y este miro sin entender.

Me quite mi cinturón y con este amarre sus manos, agradecí mentalmente el haber aprendido hacer eso con un video porno que vi ayer.

Lo había pensado demasiado, Jacob tenía razón tengo que conquistarlo y para lograr eso solo hay un camino, el sexo.

— ¿Qué haces? — pregunto este confundido.

Si la única manera de estar cerca de ti es por medio del sexo no voy a permitir que te aburras de mí.

— Hoy vamos hacer lo que quiera— comencé a decir mientras me arrodillaba ante él.

Había visto demasiado porno gay para aprender todo lo necesario del sexo oral, nunca había estudiado algo tanto.

Le baje la cremallera y saque su miembro de su pantalón, no lo niego por dentro está demasiado nervioso no quería cagarla como la primera vez.

— Haz lo que quieras— dijo resignado.

Comencé a lamer su glande y a mover mi lengua en movimiento circulares dejando mi saliva en su pene para lograr meter su miembro con más facilidad en mi boca.

Metí su pene en mi boca lentamente mientras con mis manos jugaba con sus testículos.

— ¡MIERDA!— gruñó este excitado.

Lo que me animo a meter más su pene en mi boca, aumente la velocidad de mis movimientos intentando estar relajado y no rozar mis dientes o ahogarme con su gran masculinidad.

Saque su pene de mi boca y acerque mi boca a sus bolas para lamerlas y chuparlas a mi gusto, no sabía nada mal, volví a su pene y pase mi lengua por toda su longitud.

Los jadeos y gemidos comenzaron a salir de la boca de Blas el cual parecía a punto de correrse.

Me volví a meter su pene en mi boca y el rubio aún con sus manos amarrada empujo mi cabeza haciendo que su masculinidad me hiciera sentir que me ahogaba, me trate de relajar y seguir el ritmo que él quería, parecía demasiado excitado lo cual me emociono a mi aún más.

Este me soltó el cabello, saque su miembro de mi boca para respirar y sin esperarlo su semen ensucio mi rostro.

Cogí un poco que estaba en mi mejilla y lo probé.

— Dulce— susurre.

Este me miro de una forma rara y se mordió el labio dándome una imagen provocativa. Mi miembro dolía estaba excitado.

Me limpie el restante su semen con un pañuelo que había en su auto.

— Suéltame que quiero follarte— me ordeno.

Me acerque a su rostro lo suficiente para sentir su respiración aun agitada y su mirada llena de deseo.

Me senté en su regazo nuevamente y sin pensarlo pegue mis labios con los suyo, bese lentamente aquellos labios carnoso y lamí sus labios para que este abriera la boca.

Metí mi lengua y jugué maliciosamente con su lengua antes de morder su labio para alejarme de él.

— Confórmate con eso porque no voy a dejar que este pene— susurre mientras pasaba mis manos por su virilidad— Me folle— termine de decir antes de salir de su auto dejando a este amarrado y excitado.

Te lo mereces por hacerme sentir inseguro.

Te domare Blas Jones, haré que te arrastre por mí y sobre todo haré que te enamores de mí.

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Abrí mis ojos con fastidio por la luz del sol, al parecer alguien había abierto las cortinas.

Me levante la cama con fastidio y salí de cuarto cuando vi que mi cama estaba vacía.

— Buenos días familia — salude al ver a todos estaba comiendo.

Me senté en la mesa y mi tío se levantó para traer mi desayuno.

— Tardes, ya son las 12 de la tarde— me corrigió mi madre.

Para mí eso es temprano porque me levanto demasiado tarde porque me gusta mucho dormir.

— Natalie deja de molestar al niño— me defendió el tío Lucas.

Sonreí al ver como mi madre rodaba los ojos con fastidio, el único hombre que puede mandar a mi madre es él.

— Zacky te quería pedir un favor— dijo mi tío mientras me pasaba mi jugo— Necesito que le prestes tu computador a Jacob para que de sus clases virtuales—

Mire al pelirrojo este estaba comiendo la comida con tranquilidad escuchando a la vez la conversación.

— Claro no hay problema ahora que coma se lo presto— dije.

Igual no lo necesitaba porque hoy solo iba a adelantar una lectura que nos dejaron en la clase de literatura.

Comí mi espaguetis mientras escuchaba a mi madre quejarse de un inversionista que era un total machista que se la pasaba diciendo comentarios malintencionados que daban a entender que mi madre tenía ese trabajo y es pago por acostarse con hombres, como era de esperarse esta no se dejó menospreciar.

Jacob y yo nos levantamos de la mesa, fuimos a la cocina y ambos lavamos nuestros platos antes de ir a mi cuarto.

— Ahí está mi computadora— le señale donde estaba mi computadora.

Este se acercó a mi escritorio y predio mi computadora mientras yo alistaba la ropa que me iba a colocar después de darme un baño.

— ¿Zac eres gay? — pregunto el pelirrojo de repente.

Sentí mi cuerpo temblar a escuchar su pregunta, me voltee y lo mire.

— ¿Por qué lo-o... pre-eguntas? —cuestione un poco nervioso.

Este se acercó a mí con la computadora en la mano y me mostró las páginas que a mí se me había olvidado cerrar.

— Porque tu navegador está lleno de porno gay— respondió este.

Mi cara se puso de todos los colores, estaba demasiado avergonzado.

SERPIENTE (Homosexual) PRIMERA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora