Rojo

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Tarik

— Les puedo dar dinero pero déjeme ir— comencé a decir desesperado.

Mis ojos estaban vendados, mis manos y pies atados a una cama, mi cuerpo temblaba porque podía escuchar los pasos de personas al mi alrededor.

— Sólo te enseñaremos una pequeña lección —susurro alguien en mi oído no pude evitar sentir asco no me gusta esto, quiero irme de aquí.

— Es lindo...déjame jugar con él antes — sentí ganas de llorar yo no quiero estar aquí, yo no tengo que estar aquí.

Intenté soltar las ataduras de mis manos y pies pero solo lograba lastimarme.

— ¡AYUDA SAQUEME DE AQUI!—Grite.

Mi garganta ardía y mi voz cada vez perdía fuerza, no pude evitar gritar de nuevo cuando sentí una corriente atravesar todo mi cuerpo.

— No es un juguete, nuestro trabajo es solo enseñarle a no meterse en el camino del señor Klaus— murmuró un hombre a mi lado.

Las lágrimas caían por mis mejillas, no veía nada, las corrientes pasaban una y otra vez por mi cuerpo y por más que suplicara que se detuviera no lo hizo.

Sentí pánico cuando alguien comenzó a quitar mi ropa, algo mojo todo mi cuerpo y luego vino otro toque de electricidad más a mi cuerpo.

— Creo que ya fue suficiente— dijo otra voz en la habitación.

Mis súplicas se volvían susurros, ya no tenía voz pero no me iba a detener hasta acabar con este sufrimiento.

¿Por qué a mí? Yo no le he hecho nada malo a nadie...

El frío apoderó todo mi cuerpo no podía evitar temblar, lo que menos me importaba ahora era el hecho de que estuviera desnudo solo quería que esto parará, quiero salir de esta pesadilla.

— No lo es, el jefe dijo que solo nos podemos detener cuando el bastardo no recuerde su nombre— aquella voz desconocida solo hacía que mis lágrimas aumentaran— Esto es solo el comienzo— exclamó este con malicia.

Mi cuerpo ya no podía mas, mi mente menos, mis ojos se comenzaron a cerrar y mi dolor comenzó a desaparecer.

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Zac

Todo esto era mi culpa, si yo no hubiese ido a la casa de ese hombre todo estaría bien, no quiero perderlo no a él, Tarik es mi amigo y no se merece nada de esto, nadie se merece esto.

— Más te vale y no equivocarte— le advertí a Agus— Si le pasa algo a Tarik te juro que tú vas a hacer el segundo en mi lista, el primero será el psicópata qué tienes como padre— aquel chico me miró mal.

Es un imbécil, mi familia y la de Tarik están con la policía intentando rastrear la ubicación pero yo no podía quedarme con los brazos cruzados cuando sé que cada minuto que pasa más peligro corre mi amigo.

— Cálmate, estoy seguro que en ese lugar está tu amigo, es el único lugar que no tiene a su nombre así que es el lugar perfecto— murmuro este.

No me confío, Blas coloco su mano en mi pierna sin dejar de quitar la vista de la carretera.

— No voy a dejar que nada malo pase, falta poco para llegar— me animó mi rubio.

Suspire solo deseo que mi amigo este bien, no quiero imaginarme lo que puede estar pasando alguien tan bueno como él no se merece eso.

Ya no tenía uñas y cuando el auto se detuvo a poco centímetros de una cabaña supe que habíamos llegado, nos bajamos del auto y nos detuvimos al ver qué había mucha seguridad en el lugar.

— Ustedes entren por la parte trasera, yo distraigo a los de seguridad— propuso Agus.

—Solo ten cuidado— susurró Blas con preocupación.

Lo mire mal, debería estar preocupado por mí no por él.

— Me debes un favor grande— dijo este con burla.

Se alejó de nosotros y logro llamar la atención de los de seguridad.

— No le debes nada ¿Ok?— le advertí a el chico a mi lado antes de apresurarme para entrar por la parte trasera de esa cabaña.

— Te ves tan sexy celoso...pero no es momento para esto, primero Tarik— me recordó.

Lo mire mal y comenzamos a entrar aquel lugar con mucho cuidado, un grito nos hizo alertarnos.

— Hay que subir, ese debe ser Tarik— me dijo el rubio.

Negué, tenemos que pensar no podemos ser impulsivos, saque mi celular y le mandé la dirección a Jacob para que se asegurará de darle la información a la policía.

— Ahora si podemos subir— le avisé.

Caminamos con cuidado, mirando a todos lados para supervisar que no hubiera nadie en el alrededor.

Lo gritos se habían silenciado y eso me hacía preocupar, aguanta Tarik ya esto acabará.

— ¿A dónde creen que van?— nos cuestionó una voz muy familiar.

De inmediato mi enojó volvió, enfrente de mi estaba el culpable de todo, aquel hombre sin humanidad alguna.

— Blas ve por Tarik yo me encargo— le pedí.

— Pero...—lo interrumpí.

— Haz lo que te digo— le ordene.

Blas con desconfianza entro aquel cuarto, se comenzó a escuchar ruido de inmediato, estaba claro que mi rubio le estaba dando una buena paliza a alguien allá dentro.

— Mis hombres se equivocaron, trajeron a ese chico pensando que eras tú pero claramente ese niño es importante para ti así que igual logre darte donde te duele— su voz sonaba tranquila ¿Cómo puede actuar así cuando hace este tipo de cosas? — Sabía que vendrías así que sígueme— me pidió.

Me negué de inmediato, no lo puedo negar estaba asustado y rabioso pero no lo iba a demostrar.

— No es una petición, es una orden ven conmigo si no quieres que mande alguien para que venga por tu querido Blas y tú amiguito— me amenazó.

Lo seguí, sé que me estoy arriesgando pero no quiero que nada malo le pase a ellos. Entramos a una oficina y este de inmediato me pasó unos papeles.

— Firma esto, necesito asegurarme que mi dinero este a salvo— exclamó.

Suspire ya agarre aquellos papeles que decían claramente que negaba a este hombre como mi padre.

— ¿Si lo firmo me dejas en paz a mí y mis amigos?— le pregunté.

Este asintió así que cogí un bolígrafo del escritorio y firmé sin pensarlo.

— Bueno ahora cumple tu parte— dije dispuesto a irme pero un sonido fuerte me hizo aturdirme.

¿Qué fue eso? Mire mi ropa y de inmediato supe que nada estaba bien cuando mi camisa blanca se comenzó teñir de un rojo oscuro.

Me había disparado...

SERPIENTE (Homosexual) PRIMERA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora