Esperanzas

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Pasaron 11 días, Mingi ya no podía soportar más la situación, necesitaba hablar con él, no quería irse de su lado, fue a verlo todos los días, se pasaba la mayor parte del tiempo en el hospital, las veces que entraba a la habitación era en el horario de visitas, o sino hasta se quedaba fuera en el pasillo con tal de estar cerca suyo. Fue uno de esos momentos en los que sus padres, San y él se encontraban fuera de la habitación,  ya que el médico que estaba a cargo solicitó hablar con sus padres la noche anterior, y ya por la mañana llegaron temprano, con el corazón en la boca, esperando a ser atendidos y saber de que se trataba.

- Buenos días - se acercó el médico después de unos 20 minutos.

- Buenos días, Doctor - saludó su madre a la vez que se levantaba de su asiento- dígame ¿a que se debe? ¿mi hijo... está bien? - preguntó más que angustiada.

- Lo que quería comentarles, es que ya es momento de quitarle el sedante, y será mañana por la mañana - ante las miradas confusas de todos ahí, prosiguió - lo que esto significa, es que ahora entraría en lo que sería un estado de coma "natural", lo que se esperaría que despierte por su cuenta, aunque eso podría tardar tanto minutos, como horas, o... días, decidimos quitarlo ya que aumentar el tiempo podría empeorar su situación - aclaró.

- ¡¿Que tal si no despierta?!- preguntó su madre nuevamente, siendo un mar de lágrimas.

- Lo que más les pido es fe, si fuera una persona mucho mas mayor o con lesiones mucho más graves podrían ser resultados poco favorables, pero el tiene muchas posibilidades de despertar sanamente, aunque... -

- ¿Aunque qué? - intervino San apenas dejandolo hablar.

- Las secuelas siempre están - agregó el médico - el cerebro es muy delicado en cuanto a éstas lesiones, así que éste podría dejarle problemas neurológicos, pero todo dependerá de cómo evolucione, si despierta poco tiempo después de quitarle el sedante, sería una ventaja, ya que sería muy positivo para su recuperación.

- ¿Podría tener problemas de memoria? - habló Mingi, temiendo por la obvia respuesta.

- Claro, es algo muy normal en estos casos, lo más probable, es que no recuerde el día o más específicamente el momento del accidente, pero ya veremos todas esas cosas cuando despierte - sonrió levemente para transmitirles esperanza - mañana a las 11:30 lo llevaremos a cabo - añadió antes de saludar y retirarse. 



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Luego de haber avisado a los demás lo que el médico dijo sobre el estado de Hongjoong, San se acercó a Mingi, quien estaba nuevamente sentado en el banco del patio del hospital, pensativo.

- Tengo muchas esperanzas - dijo mientra se sentaba a su lado.

- Igual yo -

- El va estar muy contento cuando te vea -

- ¿Crees que... tenga problemas de memoria? - preguntó mirándolo preocupado.

- No lo sé... pero, espero que no - lo miró - en el caso de que perdiera la memoria y no nos recuerde, estoy seguro de que se enamoraría de vos nuevamente - rió, aliviando el ambiente, Mingi sonrió ante eso.

- Ya quiero verlo, quiero ver sus ojos otra vez

- ¿Queres ver como sus ojos te vuelven a mirar con amor? - se burló San, logrando que las mejillas de Mingi se pusieran coloradas.

Al decir eso, Mingi recordó  todos los momentos en que notó a Hongjoong mirándolo de una manera tan cariñosa, o con amor como bien dijo San, había momentos en los que él simplemente estaba haciendo su tarea, pero podía sentir como el pequeño lo miraba con esos ojitos oscuros pero llenos de brillo que parecían una galaxia, lo miraba de tal manera que Mingi sentía como su corazón aceleraba su ritmo, aunque él creía que era porque lo ponía nervioso "para mal", sin embargo, nunca demostraba darse cuenta, porque claro, le gustaba sentir eso, y simplemente fingía no notar la mirada que Hongjoong le dirigía creyendo que estaba distraído y no se daría cuenta - Extraño esa mirada - sonrió.


En realidad, Mingi extrañaba mas que esa mirada, extrañaba prácticamente todo lo que tenga que ver con Hongjoong, extrañaba que lo ayudase con sus tareas, extrañaba cuando intentaba hacerlo enojar, cuando lo animaba para que confiara en sí mismo, cuando le hacía berrinches, extrañaba su dulce voz, extrañaba tantas cosas, que cuando Hongjoong despertara pensaba decírselas, decirle que cuando intentaba convencerse a si mismo de que odiaba esas cosas, muy dentro suyo sabía que no era así, que le encantaban, todas esas veces que "no entendía" porqué le pedía ayuda con algo, era porque en realidad quería verlo, quería hablar o estar con él, como aquella llamada "innecesaria" donde no encontraba la respuesta a un trabajo práctico, estaba seguro de que estaría, pero prefirió llamar al menor y sentirse mejor al escucharlo del otro lado, o esa vez cuando volvían de su excursión al museo y Hongjoong durmió pacíficamente apoyándose en él, donde sus rostros quedaron muy cerca logrando que Mingi fijara su mirada en los labios del pequeño, ¿pasó por su mente el querer besarlo? sí, pero creyó que nunca admitiría algo así ni para él mismo y ahora lo hacía cada día. Hubo muchos momentos en los que Mingi se sintió atraído por él, incluyendo la primera vez que lo vió, entrando a su salón para dar información sobre las materias previas, lo observó fijamente de pies a cabeza, lo recordaba perfectamente, vestía con su busito rosa pastel un tanto holgado que amaba como le quedaba combinado con sus converse también rosas, lo miraba tan fijamente que notó como al cruzar miradas, Hongjoong se puso un tanto tímido y se sonrojó, notó perfectamente como la punta de su naricita y sus mejillas tomaban un suave color rosado, al mismo tiempo que sus ojitos parecían brillar, detalle que se le hizo extremadamente tierno, incluso sus manitos habían tomado ese color, pensó, que parecía un lindo y tierno Jigglypuff.

Beloved - MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora