Beloved - Minjoong

Promesa - Final.

Después de pasar otros días lleno de actividades y de recordar viejos momentos, Hongjoong y Mingi decidieron tomarse un tiempo para ellos en el último día de viaje, y salieron a caminar un rato solos a la playa, necesitaban descansar y nada era mejor que sentarse frente al mar tan calmado.

- Min - tomó su mano.

 -¿Que pasa? -

 - ¿Puedo preguntarte algo? aunque es tonto -

- Decime -

- ¿En serio cambié tanto? -

- No -

- Pero es lo que viven diciendo - Hongjoong tenía razón, desde su accidente hasta este día, siempre se encargaban de recordarle como anteriormente a lo sucedido él siempre fue el chico tierno, bueno y respetuoso, pero le hicieron creer que eso ya no era así, aunque la intención de sus amigos nunca haya sido lastimarlo o molestarlo, Hongjoong de verdad se sentía un poco mal cuando bromeaban con que Mingi y el "intercambiaron de personalidad", y por alguna razón tenía miedo de que todo eso fuera cierto, y Mingi lo notó perfectamente en las últimas horas.

- Lo único que cambió es que ahora demostras cosas que antes no y eso está bien, nunca demostrabas estar triste o enojado y ahora lo haces, pero seguís siendo el mismo -

- ¿Por eso te diste cuenta de que me puse mal el otro día? -

Mingi asintió - siempre sé cuál es tu ánimo -

-¿Ah sí? - lo miró curioso.

- Te conozco mas de lo que pensas -

-  Cómo es eso a ver -

- Mmm sé cuando estás triste porque agachas tu cabeza sin decir una palabra, y lo primero que haces al verme es acercarte y apoyarte en mi pecho para que te abrace y te haga mimos en el pelo - sonrió.

- Es verdad - confirmó con una tímida sonrisa.

- Cuando estás supuestamente enojado te pones serio y no me dirigís la mirada porque cuando lo haces sin querer te reís -

- ¡Es que no me puedo enojar con vos! - rió.

- También escondes tu cara en mi cuello cuando te pones tímido o algo te da vergüenza - prosiguió - Si estás preocupado haces puchero cada dos segundos y pones carita triste - elevó su labio imitandolo y logrando que Hongjong volviera a reír - Cuando estás contento sonreís tooodo el tiempo ¡por todo! e intentas contagiarle esa alegría a los demás, lo cual me encanta - mordió su labio inferior - y te pones inquieto... - agregó - cuando queres llorar miras para otro lado para que no te vea y se te pone la punta de la nariz roja porque te lo aguantas... - paró de hablar observandolo fijamente - como ahora -

- Es que - volvió a mirarlo con sus ojitos cristalizados - nunca me habían prestado tanta atención... -

- ¿No? -

-  No... al menos en mi relación anterior, o con  otras personas, nunca sentí que les haya importado así -

- Ah, de ahí viene -

- ¿Qué cosa?-

- Que seas tan inseguro -

- No sé, siempre pensé que ni siquiera soy interesante, no sé qué esperaba - rodó sus ojos restandole importancia.