;nueve

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Y finalmente era lunes. Ayer se hizo eterno, aunque me lo pasé hablando con Manuel.

Me desperté un poco antes, quería estar lindo ahre.

Después de un buen tiempo buscando en el ropero, encontré algo que me convenció.

Miré el celular y tenía un mensaje de Manuel.

Manuel bbsito 😍

Teo
En cinco estoy fuera
7:32

Dale
Yo también
7:33

Hoy me escribió antes, así que podríamos estar un rato más juntos.

Acabé de prepararme y bajé a la puerta, me senté en las escaleras de mi porche, me puse a pensar un poco, tenía que aclararme.

Pero después vi unos pies en frente de los mío, tenía la cara agachada.

- Uy perdón Manu, no te había visto - dije mientras él se sentaba al lado mío.

- No pasa nada, tranquilo - dijo apoyando su cabeza en mi hombro - Aún es pronto, podemos quedarnos un rato - asentí.

- ¿Hoy vamos a tu casa, no?

- Obvio que si, pero capaz está un poco desordenada, ya sabés, nos mudamos hace poco.

- Bueno no importa. El punto es estar con vos - no quería replantearlo así, pero así salió - y acabar el trabajo, claro - dije intentando arreglarlo.

- Si si, lo que vos digas - dijo él riendo - Te ves lindo sonrojado, ¿sabés? - dijo agarrando mis cachetes.

- Ay pará Manu - dije quejándome entre risas.

- ¿Vamos ya? - dijo mirando la hora en su celular.

- Manu, no quiero ir - dije haciendo puchero.

- No podemos faltar Mateo - dijo él, quería quedarme acá con él - hacemos una cosa, en clase te apoyás en mi hombro y yo te hago mimitos, ¿si?

- Y bueno, si es así quiero ir todos los días a la escuela - dije causanda que Manu riera.

- Dale vamos - dijo agarrando mi mano para ir hacia la escuela.

Llegamos a la escuela, nos sentamos en nuestro lugar y hicimos lo que Manuel propuso. No iba a tardar mucho en dormirme.

Y efectivamente eso pasó, una hora después tenía a Manuel intentando despertarme.

- Dale Mateo despertá - dijo moviendo mi brazo.

- Uh perdón Manu - dije levantándome de su hombro.

- ¿Vamos al recreo? - dijo y miré al reloj de clase, lpm ya era la hora.

- Nos podemos quedar acá porfa, ya es rutina quedarnos, no quiero bajar - dije haciendo pucherito.

- Bueno - dijo él volviéndose a sentar - No me encuentro bien Mateo.

- Ay no, ¿qué te pasa? - dije abrazándolo.

- Me duele la cabeza.

Me quedé pensando, quería que se mejorase. Y aunque para mi sea una locura y muy atrevido, lo iba a hacer.

- Vení aquí - dije palmeando mis piernas.

- ¿E-éstas seguro? - dijo titubeando.

- Sí Manuel. Si no querés no pasa nada - ya me estaba arrepintiendo.

Pero se levantó y se sentó encima mío. Lo abracé y apoyé mi cabeza en su espalda.

Comencé a hacerle mimos en sus piernas.

Él apoyó su cabeza en la mía y se calmó un poco, estaba muy tenso.

- Mateo.

- ¿Qué pasó?

- Te quiero, mucho.

- Manuel yo también, no quiero perderte.

- ¿Por qué pasaría eso?

- Y no se, puede pasar cualquier cosa - lo único que podía pasar es que me rechazase, pero no se lo iba a decir obvio.

- Eso no pasará Mateo, te lo aseguro.

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